ALBERTO MOJICA Y JULIO CÉSAR YÁÑEZ MORENO, EN EL PECADO, LLEVAN YA LA PENITENCIA….
La ignorancia supina y soberbia de los diputados Julio César Yáñez Moreno y de Alberto Mojica Linares los llevó a violentar varios reglamentos, leyes y hasta la convocatoria del Parlamento Juvenil 2018, realizado la semana pasada.
Les ganó su estrechez mental y falta de lecturas sobre las leyes mexicanas y, por obviedad, las del estado, al permitir que sus menores y muy respetables hijos subieran a la máxima tribuna popular de la entidad.
Ambos desconocen que para hacer uso de la tribuna popular debe darse bajo ciertos términos Constitucionales solo lo pueden hacer quienes hayan sido electos por el voto ciudadano, así como los que llegan por la mayoría relativa.
De esa misma tribuna pueden hacer uso Presidentes de la República y gobernadores, así como los Reglamentos y Decretos lo marcan quienes tengan la edad para ser el Diputado Infantil o Diputado Juvenil, sustentados en una convocatoria definida –bajo el precepto legal- por la Cámara de Diputados en turno.
Quienes lo hagan sin cumplir con los requisitos de leyes obviamente violan la misma y están sujetos a diversas acciones legales en su contra, porque a pesar de ser una tribuna popular el marcaje de Honorable no es solamente por capricho, sino que también la Ley de Instituciones del gobierno federal marca cómo y quienes pueden acceder a esa honorabilidad institucional.
Sin embargo, por presunción y sacarse la foto, ambos Julio César Yáñez Moreno como Alberto Mojica Linares al impulsar a sus hijos, que –por cierto- incumplían hasta con el requisito de la convocatoria expedida violaron la ley y por ende deben ser sujetos a una sanción.
Solamente con lo que suscribió la convocatoria para pertenecer a los 30 diputados juveniles y cinco suplentes la edad mínima requerida es de 12 años, pero los hijos de ambos diputados no pueden ser de momento integrantes ni del Parlamento Infantil.
La falta de respeto a la máxima tribuna por parte de Julio César Yáñez y Alberto Mojica Linares fue evidente, inconstitucional y hasta las evidencias quedaron en las fotografías que solicitaron les tomaran a sus hijos.
La flagrante violación de la ley debe ser inmediatamente sancionada, sobre todo porque uno de los delitos que más priva en Morelos es el de la omisión y sobre todo cuando es la autoridad quien agrede por orgullo, soberbia y presunción a las comunidades.
Los niños no son culpables de la incultura jurídica de sus padres, porque el ejemplo que hoy les dieron es que violar la ley es mejor que respetarla.
Lo que hicieron los diputados a pesar de que les quedan nueve días en el cargo, son acreedores a una sanción legal y pueden ser sujetos de ser inhabilitados a ocupar un cargo público.
Habrá que recordar que hace algunas décadas el Subcomandante Marcos pretendió tomar la máxima tribuna popular del país, hubo la negativa de los diputados del Partido Revolucionario Institucional con toda la razón.
También la máxima tribuna del país ha sido negada a eminentes personajes de la vida cultural y científica nacional, porque si continuamos violando las leyes vamos a caer en un estado de ingobernabilidad, como parece estar actualmente Morelos.
El abuso de autoridad del presidente de la Comisión de la Juventud del Congreso estatal, Alberto Mojica Linares, como de su compañero pesedista Julio César Yáñez Moreno quedará en la historia de lo que no debe hacerse.
Sin duda alguna esta violación legal generará un mayor pensamiento negativo de la sociedad hacia los diputados en comento, porque no por tener un cargo tienen derecho a violar las leyes.
El cuestionamiento del Diputado Juvenil Alberto Marroquín Basave actuó con sustento y en defensa de la legalidad, debido a que los hijos de Alberto Mojica y Julio César Yáñez Moreno la violaron con flagrancia.
Ambos pequeños carecen de la edad mínima requerida por la convocatoria, que es de 12 años de edad, como lo marca la convocatoria.
Es más tampoco pueden pertenecen al Parlamento Infantil y eso es más grave, porque Mojica Linares y Yáñez Moreno actuaron más que por ignorancia supina con la prepotencia que hoy les otorga el cargo.
Y ahí está uno de los ejemplos del porque la ciudadanía les negó a ambos el voto para ser diputado federal Alberto Mojica Linares y alcalde de Cuernavaca a Julio César Yáñez Moreno, porque el futuro de Cuernavaca sería un desastre.
Habrá que recordarles a ambos diputados ese viejo y popular adagio: antes de morir el padre le dijo al hijo que no le dejaba dinero, joyas ni una propiedad, pero a cambio le dará un apellido limpio porque nunca incurrió en actos deshonestos ni agredió a su comunidad. ¡Ojalá lo hayan entendido!