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SERPIENTES Y ESCALERAS

 
Los cambios no son sencillos, menos en cuestiones políticas o en el ejercicio de gobierno. La gente espera mucho de López Obrador y también de Cuauhtémoc Blanco. Administrar la expectativa nunca ha sido fácil.

 

Las expectativas que hay sobre el gobierno de Cuauhtémoc Blanco son altas a pesar de que muchos conocen su inexperiencia como gobernante; el futbolista ganó la elección gubernamental con un amplio margen, prácticamente sin recursos para campaña y con la única promesa de hacer justicia y acabar con la corrupción. Hoy el ex seleccionado nacional vive su mejor momento, es gobernador electo, goza de la simpatía y del apoyo del presidente electo de México y la opinión pública celebra todas sus expresiones. En poco más de un mes iniciará su etapa como ejecutivo estatal y deberá entonces cumplir lo que prometió. Gobernar Morelos no es cosa fácil.

La agenda del estado está saturada de asuntos pendientes por resolver y cada día se acumulan más; la estrategia del gobierno saliente es obvia: generan conflictos, sueltan temas y apuesta a que todo le explote en las manos a la siguiente administración.

Las semanas que separan al gobernador electo de su designación como autoridad constitucional deben ser aprovechadas por su equipo de transición; la etapa que viven ahora no es de descanso ni mucho menos de diversión, es un momento clave que deben utilizar para enterarse de la situación que guarda la entidad y para tomar las riendas del gobierno estatal, para entender el panorama social y político que heredarán y también para establecer los acuerdos, amares o alianzas que les ayudarán a gobernar.

Por eso es fundamental que el equipo de transición que encabeza José Manuel Sanz haga más de lo que ha hecho hasta ahora y dimensione el reto que tienen enfrente. El secretario técnico del ayuntamiento, cabeza del equipo de enlace con el nuevo gobierno, tiene liderazgo y define la agenda, se apoya en Alejandro Villarreal, en Mirna Zavala y en Samuel Sotelo, pero necesitan ampliar más su espectro de actuación, sumar a más elementos que le ayuden a entender y anticipar los problemas y separar a aquellos cuya simulación afecta el proyecto del nuevo gobierno.

Los retos que enfrentará la administración de Cuauhtémoc Blanco no son menores, ni se resolverán sólo con la buena voluntad del mandatario. El régimen perredista dejará al estado en una terrible situación en distintos rubros, está sembrando bombas de tiempo en los municipios y oculta información clave y necesaria para tomar decisiones. El gobierno de la coalición tomará las riendas de una entidad en llamas y sin los detalles claves para poder enfrentar los problemas.

A poco más de seis semanas de la toma de protesta de Cuauhtémoc Blanco Bravo como gobernador constitucional de Morelos aún hay muchos aspectos que el equipo de transición no ha anticipado. Además de que reciben información a cuentagotas y sólo de aquellos temas que al gobierno de Graco Ramírez le interesan, hay asuntos de corte legal, política, financiera y de comunicación que el staff del futbolista no ha previsto.

Tomemos como ejemplo la agenda legislativa que anunció Cuauhtémoc Blanco acompañado de algunos diputados; según el mandatario electo se ha tomado el acuerdo con el congreso siguiente para revertir de inmediato las reformas constitucionales y designaciones hechas por los diputados de Graco Ramírez; la propuesta suena bien, pero es evidente que al gobernador electo su equipo jurídico no le ha dicho que ese proceso pasa por los municipios y que con los cambios hechos por la actual legislatura (cambiar la afirmativa ficta por negativa ficta) será muy complicado sacar dichos temas tan rápido como lo promete.

Más claro: el gobernador electo tiene la voluntad de avanzar de inmediato en aspectos que demanda la sociedad, pero su equipo jurídico y sus analistas políticos no le han explicado que eso no será posible aún teniendo la mayoría legislativa, porque quienes tienen que ratificar los cambios constitucionales son los alcaldes actuales y corresponde a ellos tomar dicha decisión.

En castellano: los presidentes municipales salientes tendrán que valorar si apoyan las iniciativas del gobernador entrante o negocian desde ahora con los legisladores salientes la aprobación de sus cuentas públicas. Ni jurídica ni políticamente el tema será sencillo aún cuando Cuauhtémoc Blanco y sus aliados legislativos tengan todos los votos necesarios en el congreso para hacerlo. ¿Ya le explicaron eso al gobernador electo?

Igual que este hay varios temas en la agenda estatal que ameritan más análisis que el superficial que el están entregando al futuro mandatario. Insisto: en el equipo de transición destaca el liderazgo de José Manuel Sanz y la experiencia de Alejandro Villarreal, la capacidad de Mirna Zavala y las buenas intenciones de algunos otros personajes, pero también se nota que el paquete es demasiado grande para tan pocas personas y frente a la actitud perversa de la administración saliente se requiere de un análisis más riguroso, reflexivo y sensato de quienes acompañan a Blanco.

Hay aspectos que el futuro gobernador constitucional de Morelos debe tomar en cuenta para no cometer los mismos yerros del tabasqueño; ofrecer lo imposible, elevar excesivamente las expectativas, prometer algo que aún no se tiene (o no se puede), caminar sin acuerdos ni aliados y gastar su fuerza en pleitos innecesarios es sumamente peligroso y puede dejar marcas permanentes en su gobierno.

Cuauhtémoc Blanco prometió encarcelar a Graco Ramírez y a Rodrigo Gayosso, pero para lograrlo necesita de mucho más que la intención de hacerlo; junto con algunos legisladores de Morena ha ofrecido revertir las reformas hechas por la Legislatura 53, pero no tienen aún todos los elementos indispensables para procesarlo. El futbolista debe ser muy cuidadoso de su discurso, debe comprender que ya no es un ciudadano y que cada expresión personal que hace se convierte en una promesa de gobierno.

Las expectativas sobre Cuauhtémoc Blanco son muy altas y él mismo se encarga todos los días de elevarlas con sus promesas; es evidente que en la cabeza del deportista existe la idea de actuar en contra de los corruptos, pero también se nota que su equipo no le ha dicho que aún no tienen todos los elementos indispensables para pasar del dicho al hecho.

Cuauhtémoc Blanco presume que no es político, pero para ser gobernador tiene que aprender a hacer política.

  • posdata

El 01 de octubre del 2012 Graco Ramírez tomó protesta como gobernador constitucional del estado de Morelos, la ceremonia de investidura fue distinta a las anteriores porque al perredista se le ocurrió que asumiría el cargo en la plaza de armas, no en la sede del poder legislativo como marcaba la ley; lo haría frente al palacio de gobierno, dijo, porque desde ahí muchas veces criticó a los malos gobiernos de Jorge Carrillo Olea y Sergio Estrada Cajigal.

Esa fue la primera de muchas ocurrencias que tuvo el tabasqueño a lo largo de su sexenio, a partir de ahí comenzamos a ver una serie de acciones autoritarias disfrazadas de democracia que lo único que pretendían era engrandecer la figura del gobernante para mostrarlo como una especie de rey chiquito que decidía todo sin consultar a nadie.

A Graco Ramírez se le ocurrió modificar el escudo oficial del estado porque le pareció que uno de color rojo era más acorde a los nuevos tiempos y sobre todo más atractivo para sus gustos personales; el jefe del ejecutivo pidió al congreso que oficializara el cambio y aunque los diputados de negaron a su capricho, de todos modos lo plasmó en la documentación oficial y desapareció el histórico escudo del Estado de Morelos que estaba en las escalinatas de la sede del ejecutivo.

De la misma manera como Graco Ramírez cambió el escudo oficial del Estado de Morelos, también modificó el nombre de la sede del poder ejecutivo; pidió que le dejaran de llamar Palacio de Gobierno porque el suyo era un gobierno democrático y no existirían los palacios, ordenó que se le denominara Casa Morelos, porque sería la casa del pueblo. También la residencia oficial, conocida antes como Casa Morelos dejó de ser nombrada de esa manera, aunque en ambos casos entre el pueblo y el gobernador se pusieron barricadas, se elevó la seguridad y se decoraron con todos los lujos.

Pero las ocurrencias del perredista no fueron sólo de este tipo, hubo otras que costaron millones de pesos al estado y que al final resultaron ser tan absurdas como la multimillonaria remodelación de sus oficinas en el palacio de gobierno, a donde rara vez acudió, pero donde de todos modos colocaron cristales blindados; o como los arreglos que la noble pareja decidió hacer a la residencia oficial porque “estaba destruida” y cuyo costo fue superior a doce millones de pesos.

La familia gubernamental decidió solicitar varios créditos para llevar a cabo obras que llenaran su vacío espiritual, dejaran satisfecho el ego de la primera dama y engrosaran la cartera de sus hijos. De esa manera se derribó y se volvió a edificar el estadio Agustín Coruco Díaz, se remodelaron calles del primer cuadro de la ciudad y se levantó un museo. Las “ideas” de la familia perredista generaron un endeudamiento estatal superior a los 13 mil 500 millones de pesos.

Las ocurrencias de Graco fueron de todo tipo y compartidas por su familia; al tabasqueño se le ocurrió que podía gobernar a distancia y buscar la candidatura presidencial; su hijastro no se quedó atrás y se apropió del partido, compró el congreso y luego se apañó la candidatura a gobernador; la esposa se visualizó como diosa Tlahuica, se organizó conciertos e hizo del estado su reino. Los tres usaron a Morelos como un instrumento para engrandecer su ego y abultar sus bolsillos.

Las ocurrencias fueron características de este sexenio, derivado de ellas se genero una gran inestabilidad política, se descompuso el ambiente social y se hundió al estado en la crisis más grande de toda su historia. Al final del camino Graco sigue sin aceptar que se equivocó, insiste en defender sus payasadas y supone que repitiendo mil veces sus mentiras se volverán realidad.

Este breve recuento de cosas tiene un objetivo: que el nuevo gobierno entienda el porqué del fracaso el gobierno actual y los motivos del enojo ciudadano. Cuauhtémoc Blanco tiene un reto enorme enfrente, pero con poco que haga será mucho mejor que Graco Ramírez.

El objetivo del nuevo gobierno debe ser uno: reconciliar a la sociedad y castigar a los corruptos, el futbolista debe tener claros los errores del tabasqueño para no repetirlos y hacer de su gobierno una continuación de la crisis.

Hasta ahora Cuauhtémoc Blanco no ha mostrado ninguno de los signos de locura que caracterizan a Graco Ramírez, ni tampoco se le conoce una familia tan ambiciosa como la del tabasqueño. Si su discurso es real (y me parece que lo es), su compromiso es con la gente y su lucha será contra los corruptos; el futbolista viene de abajo (así lo dice) y su profesional es resultado de su esfuerzo individual.

Si como gobernador pone tanto empeño como puso como futbolista y entiende que gobernar no es un negocio, las cosas le irán bien a él y a todos los morelenses. El primer paso es que tenga un buen equipo a su lado.

  • nota

Javier García “El Gato” y Ariadna Barrera serán piezas muy importantes de la próxima legislatura. Vale la pena observarlos con atención.

  • post it

En un par de semanas, dicen, Cuauhtémoc Blanco Bravo presentará a su gabinete. Muchos desde ahora presumen su influencia en ese gobierno y algunos más se atreven a repartir posiciones a sus amigos.

Independientemente del nombre y del perfil de quienes sean seleccionados por Blanco Bravo para integrarse a su administración, será importante que el futuro mandatario tenga en cuenta un aspecto importante: paridad.

Será un buen mensaje para todos que la integración del próximo gobierno contemple a varias mujeres en posiciones de primer nivel; damas valiosas y capaces las hay en Morelos, están en la iniciativa privada y en la academia, en los centros de investigación de la UAEM y de la UNAM y también en organizaciones sociales, civiles y de profesionistas.

La lucha de las mujeres para ser tomadas en cuenta data de muchos años y no puede perderse por ningún motivo. Ellas dan certeza y confianza, son valiosas, capaces y muchas veces han mostrado su talento, su eficacia y su incorruptibilidad.

Ojalá que el próximo gobernador incluya en su equipo a varias de las mujeres valiosas que tenemos en Morelos, ojalá que las escuche, que atienda sus consejos y aprenda de ellas su ecuanimidad y su amor por los demás.

Al final del día son ellas quienes gobiernan en casa y son ellas quienes forman a nuestros hijos. A Cuauhtémoc como a casi todos, lo formó una mujer.

  • redes sociales

Hablando de mujeres, recordemos una máxima de vida: sólo hay dos tipos de hombres: Los mandilones y los que no lo aceptan.

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