Los robos a restaurantes con todo y comensales se dispararon en la Ciudad, modalidad que es muy redituable para los delincuentes, pues en cuestión de minutos obtienen botines de entre 10 mil y 25 mil pesos. En la mayoría de los casos los responsables evaden la acción de la justicia.
Estadísticas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina dan cuenta de que en 2017 se iniciaron un total de 75 carpetas de investigación por este delito; mientras que ahora, en los primeros siete meses del año, se contabilizaron 93 casos, lo que representa un incremento de 30.1%.
Los datos se elevan si se toman en cuenta las cifras de 2016, cuando el delito de robo a restaurantes, cafeterías, taquerías o negocios de este tipo cerró con apenas 25 denuncias ante la autoridad competente.
De acuerdo con las autoridades capitalinas, no se trata de bandas organizadas dedicadas exclusivamente a este negocio, pues con base en las investigaciones realizadas desde el año pasado se determinó que quienes participan activamente en el robo a restaurantes son “delincuentes ocasionales”, amigos —en su mayoría ex convictos— que se organizan para realizar el atraco.
Los restaurantes elegidos son aquellos que están colocados en vialidades primarias, pues de esta manera se les facilita el escape a los delincuentes, y son concurridos por comensales después de las 21:00 horas.
Un robo promedio tarda de entre dos y cinco minutos, mientras que el tiempo de respuesta de las autoridades es de otros cinco minutos; para cuando llegan los policías preventivos los delincuentes ya escaparon.
Este modus operandi complica la ubicación y detención de los responsables, quienes, a decir de los números de la PGJ, durante este año han cometido en promedio 11 atracos por mes, cifra histórica en este rubro desde que se contabiliza dicho ilícito.
Las delegaciones donde más se cometen los atracos son Benito Juárez, Coyoacán y Tlalpan, en colonias como Narvarte, Anzures, Portales, Santo Domingo, Acoxpa, Nueva Oriente y Toriello Guerra.
Las autoridades refieren que los asaltos anteriormente se cometían en la Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Gustavo A. Madero, donde ahora hay más presencia policial, a raíz de los diversos operativos implementados por las Secretaría de Seguridad Pública y de la procuraduría local, para inhibir este delito.
Los días en que se cometen con mayor frecuencia los crímenes son miércoles, viernes, sábado y domingo.
De los 93 casos registrados hasta el momento y los 73 contabilizados el año pasado, sólo 17 personas han sido capturadas; de esas, ocho están en prisión y el resto alcanzó la libertad con el nuevo sistema de justicia penal. De los que se encuentran tras las rejas, todos son reincidentes.
El trabajo de investigación de la procuraduría capitalina ha determinado que los celulares robados a los comensales —la mayoría de alta gama— son vendidos casi de inmediato en los locales y las llamadas plazas de la tecnología que se ubican sobre el Eje Central, donde incluso las propias víctimas a través del GPS han encontrado sus aparatos.
Ahí mismo se rematan los equipos de cómputo como laptops, tabletas electrónicas e incluso, bolsas y mochilas que fueron robadas a los comensales, mientras que las joyas y otros objetos de valor se han encontrado en casas de empeño ubicadas en las inmediaciones de las colonias Doctores, Niños Héroes, Buenos Aires y en la zona de Tepito.