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VIDA POLÍTICA

   
 
 ES EL MOMENTO DE REHABILITAR LA POLÍTICA…

 Efectivamente, ayer el obispo Ramón Castro en su mensaje a los legisladores electos que asistieron a su homilía dominical los llamó a rehabilitar la política en Morelos, porque hoy está convertida en un asunto perdido.

En el año 1972 Jesús Reyes Heroles admitía que de dejar de formarse las escuelas sobre la práxis politicus o la práctica política, basada en la filosofía de cada partido, que en aquel tiempo eran tres: PRI, PAN y el Partido Comunista Mexicano (PCM), podría llegarse a caer en el pensamiento de la basura.

Cierto, en el Partido Revolucionario Institucional se tuvo hasta los años noventas del siglo pasado las escuelas de formación ideológica hacia los jóvenes, que buscaba entre los liderazgos estudiantiles en las escuelas públicas.

Acción Nacional, formó jóvenes hasta que fue gobierno federal, porque en su afán de mantenerse como gobierno le era más fácil heredar los cargos públicos como si fueran los del principado.

La izquierda llegó al poder con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo y un auténtico luchador social: Herberto Castillo, quienes intentaron hacer del Partido de la Revolución Democrática un instituto político progresista.

Los tres junto con algunos otros verdaderos líderes de la izquierda, intentaron crear un nuevo estilo de gobierno, cierto lo lograron al obtener Cuauhtémoc Cárdenas el triunfo electoral en la Ciudad de México, con programas sociales nuevos o que habían conocido dentro de los viejos pensadores priístas.

Hoy, los partidos políticos están prácticamente desaparecidos y el Movimiento de Regeneración Nacional es un compacto de ideas diversas, de movimientos civiles y de esperanza social por cambiar un país hundido en la corrupción.

Las estadísticas serias asumen que Andrés Manuel López Obrador para un 85 por ciento de los mexicanos es la esperanza de un cambio, muchos -hasta sus enemigos- piensan que desde el primer día que asuma la Presidencia de la República, el tabasqueño cambiara el país, como en su momento lo prometió Vicente Fox y solo logró cambiar de familia.

Pero desde el año de 1972 a la fecha los cambios en el país han sido bastantes, sobre todo porque la política y la filosofía, así como el buen servidor público fue exterminándose, para convertirse la administración pública en un lugar para el cambio del estilo de vida, incluso para jubilarse a los 25, 30 o 40 años de edad, sin tener los requisitos legales.

Los partidos políticos y los servidores públicos como los representantes populares electos tienen la gran oportunidad no de cambiar su estilo de vida, sino de incidir en un nuevo país, estado y municipio.

Los que ayer fueron a la homilía del obispo Ramón Castro deben saber que los demonios no se salen ni se corren con una visita al umbral de lo divino, tampoco con una santiguada y con el recibimiento de la carne y la sangre de Cristo.

Desde el primero de septiembre, los futuros legisladores locales y federales tienen una gran tarea, que no es precisamente solo legislar y dar entrevistas porque su función será exigida por la sociedad desde el momento que griten “sí, protesto”.

La renovación del arte de hacer política solicitada por el obispo Ramón Castro tiene mucho de fondo, los que ayer acudieron a la Catedral deben analizar la solicitud del jefe de la grey católica.

Ojalá y por el bien del pueblo de Morelos, nuestra próxima representación popular lo haya entendido y sepa que lo único que debe es hacer política a beneficio de quien les dio la oportunidad de servir.

Las instituciones son para servir al pueblo y quienes las representen deben anteponer todo por amor a su pueblo, decía Jesús Reyes Heroles y es el momento de recordar sus palabras, como las de otros grandes hombres que ha tenido este país.

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