Gómez Urrutia se acreditó como senador electo, a fin de trabajar los próximos seis años por ayudar a 'reconstruir' al país y luchar contra la 'corrupción'
Aunque la inmunidad procesal, conocida como fuero, la tendrá hasta el miércoles, cuando se constituya el Senado, Napoleón Gómez Urrutia se acreditó como senador electo, a fin de trabajar los próximos seis años por ayudar a “reconstruir” al país y luchar contra la “corrupción”.
Autoexiliado desde el año 2006, cuando estalló un caso judicial por la pérdida de 54 millones de dólares de los integrantes del Sindicato Industrial de Trabajadores Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, mismo año de la tragedia de la mina de Pasta de Conchos, Napoleón Gómez Urrutia llegó ayer a la sede principal del Senado, en Insurgentes y Reforma.
Entró por el sótano uno, área de estacionamiento de los senadores, y se dirigió a la zona conocida como Pasos Perdidos, donde el secretario general de Servicios Parlamentarios, Arturo Garita, lo recibió para la entrega de la credencial que le permitirá el acceso a la reunión constitutiva del Senado, a realizarse el miércoles 29 de agosto al mediodía.
Poco después de las 16:30 horas, el líder de los mineros llegó al Senado. Habló con Garita, se tomó la fotografía para la credencial y después dio un recorrido corto al pleno del Senado. En ese momento llegó el panista Rafael Moreno Valle a tramitar su acreditación. Pero el exgobernador de Puebla nunca estuvo cara a cara con Gómez Urrutia, pues cuando el líder minero regresó al área de acreditación a recoger la credencial, Moreno Valle estaba en el recorrido del pleno.
A petición reporteril y con ayuda de Alberto Díaz, subdirector de Logística, Napoleón Gómez Urrutia accedió a mostrar ante las cámaras su credencial y aunque dijo que no daría declaraciones, porque el jueves ofrecerá una conferencia de prensa, aseguró que está “muy contento de estar de regreso a mi patria”.
Y a pegunta expresa sobre su agenda, aseguró que ayudará a reconstruir al país.