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Serpientes y escaleras

Cuatro sexenios llevamos viendo cosas terribles, sin consecuencias. Nos hemos acostumbrado a la corrupción, a los abusos de poder, a las mentiras políticas y a la inseguridad. Nada pasa en Morelos, porque la ley aquí no se aplica.

 

Los últimos años en Morelos han sido de impunidad. Muchos casos hemos visto en los que el manto protector del poder político o económico hacen la diferencia al momento de aplicar la ley. Hechos delictivos, actos de corrupción, abusos de autoridad o hasta accidentes han sido parte de una historia que se entrelaza a través de un mismo hilo conductor: impunidad. Mientras no se haga valer la ley y se aplique la justicia, las cosas no van a mejorar en nuestra entidad.

Algo, además de la estrategia política y de seguridad, está fallando en Morelos. Desde hace años se ha vuelto público el negocio de poder, son conocidas las formas que utilizan los gobernantes para hacer dinero y también es notorio el modo como hombres y mujeres con fuero se intercambian favores.

Socios, amigos o (últimamente) familiares, son el primer eslabón de la cadena de corrupción del gobierno. Los empresarios saben con quién hay que pactar para poder convertirse en proveedor y también con quién no se debe uno pelear, porque de inmediato comienza la persecución y el veto.

Insisto: son historias conocidas en las que se cuentan nombres y lugares, se describen con lujo de detalles los acuerdos, los porcentajes, pero también los riesgos de no respetar ese camino. Sucedió con Estrada y sus amigos los Becerra, también con Adame y su familia (Mayela y Armando los principales) y pasa ahora con Graco a través de Elena, Rodrigo y Domingo.

En los pasillos de poder es común escuchar sobre estos temas y conocer detalles, incluso, sobre la manera como lavan el dinero. “… dice que tiene unos amigos judíos en México que por un porcentaje te reciben el dinero en efectivo y te lo colocan en cualquier lugar del mundo a nombre de quien tu quieras”. Ciertas o falsas, las historias se narran todo el tiempo en muchas mesas de Morelos y en la capital del país.

El problema es que amén de lo ofensivo que resulta esto, la corrupción económica no es el único problema que enfrentamos como estado. Esa impunidad en el manejo de los recursos y el robo (no hay otra manera de decirlo) del dinero del estado se ha trasladado a otros ámbitos del gobierno y ha trastocado la estabilidad social de nuestro estado.

Lo que hemos visto en Morelos desde hace varios años es producto de esta forma de ejercer el poder, de gobernar a partir de ocurrencias y no dimensionar (ni respetar) la investidura de un jefe del ejecutivo. A Estrada Cajigal se le hacía sencillo jugar con el poder, padrotear con el cargo y relacionarse con todo tipo de personas. Al mecánico le gustaba la frivolidad y nunca entendió su responsabilidad, hasta que el cúmulo de errores explotó y lo puso contra la pared.

Marco Adame no tuvo la frivolidad de Estrada, pero su mandilonería le convirtió en un patiño de su mujer. El médico era prudente en su actuar, pero no tiene el carácter para controlar su familia y consecuentemente careció de los arrestos para mantener en orden al estado. Al panista se le echó a perder el gobierno en las manos y sus omisiones permitieron que en esta tierra se asentaran cárteles delictivos que, dicen, llegaron a través de su familia.

El triunfo del PRD fue resultado de esos problemas. Graco no ha sido nunca un personaje querido ni tampoco respetado en Morelos, pero frente a los adversarios que le pusieron en el 2012 su figura resaltó y su partido se convirtió en la válvula de escape del enfado social.

Pero Graco no ha sido mejor que sus antecesores y, por el contrario, ha repetido y multiplicado las fallas de los gobiernos pasados. Graco es frívolo como Estrada y omiso como Adame, tiene la arrogancia de Carrillo, pero supera a los tres en ambición económica, dependencia a su mujer y descontrol familiar. El tabasqueño es igual de peleonero que Sergio Estrada, pero carece del carisma del panista, tiene un buen discurso público como el de Adame, pero no conoce al estado y desprecia a su gente, tiene un buen nivel político como Carrillo Olea, pero ha cometido muchísimos más errores que el general y tiene muy mala imagen en el centro del país.

Aunque en todos los casos han ocurrido cosas graves, nunca pasa nada. Carrillo Olea pidió licencia al cargo, pero lo hizo por presiones distintas a las de Morelos; el general estaba peleado con el presidente y los conflictos locales sirvieron de pretexto a la federación para obligarlo a dimitir.

Después de ello nada ocurre. Los tres siguientes gobernadores se han relacionado con la delincuencia, ha cometido enormes actos de corrupción, han violado reiteradamente la ley y se ganaron el desprecio popular. A pesar de todo ello nada pasa y por lo mismo, todo pasa.

Mientras la ley no se aplique en Morelos, las cosas seguirán descomponiéndose.

  • posdata

El 18 de mayo del 2009 Adrián Trejo escribió lo siguiente en el periódico El Economista:

“En febrero de 1998, fueron detenidos el excoordinador del Grupo Antisecuestros de la Judicial de Morelos, Armando Martínez Salgado, los comandantes Jacinto Armendáriz Rosas, Pedro Rafael Reybal Martínez, José Luis Estrada Aguilar y Oscar Ignacio Portugal Popoca, y el agente Fidel Pascual Espinoza López, justo en el momento en el que pretendían deshacerse del cadáver de Jorge Nava Avilés, a quien también le apodaban “El moles”.

Este último había sido detenido, torturado y finalmente asesinado en las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia de Morelos.

Días después, el 19 de febrero de ese año, la Procuraduría General de la República informó que el propio procurador estatal, Carlos Peredo Merlo, fue quien dio la orden a Martínez Salgado y Estrada Aguilar para deshacerse del cadáver del presunto delincuente.

La detención de estos policías detonó el primer escándalo de gran magnitud en el que se vio involucrado el gobierno de Morelos y que terminó, meses después, con la caída del entonces gobernador, Jorge Carrillo Olea.

Lamentablemente, en las tres últimas administraciones, los funcionarios encargados de la administración de la justicia en el estado han caído por sus vínculos con las bandas de narcotraficantes que operan a ojos vista en el estado.

En el ya lejano 1998, junto con el procurador Peredo Merlo, se arraigó y posteriormente se destituyó al exsubprocurador Rafael Borrego Díaz y el exdirector de la Policía Judicial del Estado, el mítico Jesús Miyazawa Álvarez.

Años más tarde, el 7 de abril del 2004, ya con Sergio Estrada Cajigal como Gobernador -el primer panista en el cargo-, fue detenido José Agustín Montiel López, coordinador general de la Policía Ministerial -antes Judicial- de Morelos, por formar parte de una banda que daba protección a los narcotraficantes Juan José Esparragoza Moreno El Azul y a Vicente Carrillo Leyva.

Junto con Montiel fue detenido también Raúl Cortez Galindo, coordinador operativo de la misma corporación.

Montiel y Cortez formaban una célula que recibía cocaína procedente de Colombia en el aeropuerto de Cuernavaca; desembarcada la droga, se trasladaba al municipio de Los Reyes la Paz, en el Estado de México, a bordo de patrullas de la policía morelense.

Lo interesante del caso es que estos sujetos vincularon sentimentalmente a Estrada Cajigal con una hija de El Azul, lo que explicaría la operación de estos grupos con la complacencia del gobierno estatal.

Sin embargo, el 13 de abril del 2004 el entonces procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, deslindó totalmente al gobernador Estrada Cajigal de las acusaciones de estos sujetos.

Incluso, el propio gobernador se había entrevistado con el subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos para ponerse a “su disposición’’ en el caso de que fuera requerido; no lo fue y Estrada, hoy militante priísta, salió librado del entuerto.

El turno corresponde hoy al gobernador Marco Antonio Adame Castillo.

La semana pasada, el Ejército Mexicano y la Policía Federal Preventiva detuvieron a 40 policías municipales de Yautepec, acusados de brindar protección a narcomenudistas de la zona.

También fue detenido el Coordinador de Seguridad Pública municipal; sin embargo, dos días después todos los policías y su Coordinador fueron dejados en libertad “por falta de pruebas".

Ello, sin embargo, desató una ola de protestas y una lluvia de sospechas sobre los mandos superiores de la policía ministerial y estatal, que obligó a la renuncia del secretario de Seguridad Pública Estatal, Luis Ángel Cabeza de Vaca; de Francisco Sánchez González, exsecretario de Seguridad Pública Municipal y Tránsito Metropolitano de Cuernavaca, y del procurador del estado, Francisco Coronato Rodríguez.

Los dos primeros, junto con el policía ministerial, Salvador Pintado Vázquez, y la ciudadana María del Carmen Ríos Mendoza fueron arraigados por 40 días en tanto se profundiza la investigación.

El exprocurador Coronato Rodríguez, tramitaba ayer un amparo para no ser detenido ni arraigado.

Todo este recuento viene al caso porque pareciera que Morelos ya fue declarado territorio del crimen organizado, cuyas actividades no podrían prosperar sin la complacencia y complicidad de altos funcionarios de los gobiernos estatal y municipal.

Desde Carrillo Olea, que tenía como vecino al Señor de los Cielos sin que aparentemente se diera cuenta, hasta Estrada Cajigal y su “helicóptero del amor’’, el estado ha sido escenario de secuestros espectaculares o de disputas entre bandas rivales por ganar el territorio.

Lamentablemente para los morelenses, la administración de Adame Castillo no ha sido ajena a esta lacra.

Ayer la oposición, encabezada por el PRI y el PRD, solicitó la renuncia del Gobernador, como lo hizo en su momento Adame Castillo en su carácter de Presidente del Congreso de Morelos en el caso de Carrillo Olea.

Las investigaciones, en manos de la PGR que por cierto ayer alabó el comportamiento del gobernador, determinarán una primera radiografía de lo que el crimen organizado ha hecho en ese estado.

Qué pena.”

Han pasado más de 9 años desde que se escribió este artículo. Morelos pasó del PRI al PAN y ahora el PRD sin que la situación mejore. Hoy de nueva cuenta las sospechas sobre las acciones irregulares que suceden en la entidad apuntan a la policía y hacia el gobierno, ya se han detenido a varios uniformados por brindar protección a la delincuencia y una alcaldesa electa fue asesinada un día después de tomar posesión del cargo.

La violencia en Morelos no ha disminuido, ni tampoco los índices delictivos; lo que aumentaron son los secuestros, las extorsiones, los abusos de autoridad y los delitos del fuero común.

Como lo describía Adrián Trejo hace más de 9 años, el manto protector del gobierno federal ha permitido a los gobernadores librar el brazo de la justicia y ser políticamente exonerados a pesar del enorme descrédito social.

Con Graco Ramírez la situación de seguridad no ha mejorado y la percepción sobre el tema es peor que antes; los constantes incidentes violentos, la vinculación de policías en hechos ilícitos, los señalamientos que todo el tiempo se hacen hacia las autoridades a través de narcomensajes acompañados de cuerpos sin vida y la terrible estrategia de comunicación estatal, ha puesto al gobernante perredista en el mismo (o peor) nivel que sus antecesores.

De Carrillo Olea hasta Graco, la constante en Morelos ha sido la inseguridad y la violencia, con policías relacionados con delincuentes y autoridades cómplices de los grupos delictivos.

¿Qué ha cambiado?

  • nota

Segundo día de caos en el centro de Cuernavaca: el miércoles fueron los campesinos y ayer los comerciantes. Para este día está programada una nueva marcha, ahora de maestros.

La gente se enfada y sale a las calles a marchar, exigen respuesta al gobernador y para ser escuchados bloquean sus oficinas. Muchos ciudadanos resultan afectados por estas medidas, pero el personaje a quien los inconformes buscan presionar nunca está en el lugar que bloquean.

Cosas de la vida: la gente se queja del gobernador de Morelos y marcha en Cuernavaca, pero el tabasqueño que administra esta tierra vive en la CDMX.

  • post it

Dice el subsecretario Jorge Meade y el alcalde Cuauhtémoc Blanco que no habrá marcha atrás en el retiro de ambulantes del centro de Cuernavaca; ayer bloquearon la ciudad los integrantes del NGS, el sindicato que avala a estos fenicios.

¿Quién dirá la última palabra en esta historia?

  • redes sociales

Parece duelo: mientras más logros presume Graco en sus cuentas de redes sociales, más duro le tunde la comunidad tuitera.

Entonces el #GoberPanteonero utiliza su súper poder de bloqueo y colorín colorado.

Qué tendrá más Graco: ¿Seguidores falsos o personas bloqueadas?

  • es viernes

Cuando uno desea a una mujer, sólo conoce la mitad del propio deseo. El deseo completo sobreviene en el instante en que se tiene conciencia de que también la mujer lo desea a uno. Entonces sí la pasión se vuelve indescriptible.

Por ello: Hoy toca.

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