EL “ZOCO”: ¿SEGUIRÁ?
Resulta de ensueño el anuncio de las autoridades estatales y municipales sobre la reubicación del comercio informal en el centro de Cuernavaca, pero podría convertirse en una pesadilla. El Ayuntamiento a través del edil Cuauhtémoc Blanco y el Gobierno estatal mediante el subsecretario Jorge Meade González, anunciaron ayer el programa de ordenamiento comercial que cuenta teóricamente con el acuerdo de muchos líderes de comerciantes que han dado su anuencia, su apoyo y, dicen, hasta su aplauso, ante lo cual los vendedores semifijos y ambulantes deberán ser sacados del primer cuadro citadino de manera tersa, sin quejas ni protestas, persiguiendo el objetivo de tener en la ciudad un centro de primer mundo y todos vivamos felices para siempre jamás.
El problema es que si algo ha caracterizado a la administración del alcalde Blanco es la impericia política. A través del secretario del Ayuntamiento Roberto Yáñez, el munícipe se ha confrontado con diversos actores políticos y sociales y hasta con su propio equipo de trabajo, evidenciando que la mano izquierda no es lo suyo. Con ese antecedente no sería raro que en lugar de la presunta armonía reinante entre los comerciantes ante el anuncio de la reubicación, exhibido como mentira con la protesta de taxistas que apoyan a los fenicios, se convierta en más protestas y movilizaciones en contra del proyecto de sacar de calles, avenidas y plazas públicas a cientos de comerciantes que en teoría serán llevados a los mercados de la periferia o a plazas comerciales, hoy atestadas, como la Lido y Degollado. ¿Seguirá el “zoco” en el centro? Ya veremos.
La destitución del alcalde de Jojutla Alfonso Sotelo Martínez, por parte del Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje y debido al incumplimiento reiterado de un laudo laboral, prende los focos rojos en una docena de ayuntamientos cuyos titulares enfrentan adeudos millonarios por la misma causa. El peligro de la destitución es conocido por autoridades estatales desde que iniciaron los actuales gobiernos municipales, pero nadie ha lanzado el salvavidas a los munícipes.