Sexto y último
El escenario político imperante en el sexto y último Informe de Gobierno quedó plasmado para la posteridad con la imagen de Enrique Peña flanqueado por Muñoz Ledo y Batres.
Presidentes de la mesa directiva de diputados y senadores, respectivamente, Porfirio y Martí encarnan al nuevo partido dominante en el país y en el Congreso, Morena.
Los tres cumplieron. El mandatario informó y los presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores se ajustaron con rigor al protocolo.
Ni el más mínimo gesto de descortesía, ya no digamos de interpelación.
Se avizoran cambios, entre ellos la forma en que se presentan los informes, en lo que también la mayoría de Morena podría mirar al pasado.
La huella del narco
No puede dejarse pasar el enfrentamiento de ayer, en las inmediaciones de la Rectoría de la UNAM, entre activistas del CCH Azcapotzalco y grupos de porros que pueden y deben ser plenamente identificados.
La rectoría reaccionó repudiando cualquier tipo de violencia en el campus y, lo que es más importante, anunció que denunciará penalmente a los responsables. Hay fotos y videos.
Si las autoridades capitalinas y universitarias quieren desentrañar la madeja y llegar al origen del conflicto, tienen que seguir la huella del narcomenudeo en ese plantel del Colegio de Ciencias y Humanidades.
Los vendedores de droga buscan control del CCH para realizar su vendimia sin ser molestados. De eso se trata.
El caso requiere atención prioritaria.
Fuertes presiones
El INE cumplió uno de los trámites más complejos, declarar la pérdida de registro a un partido político.
En este caso a dos: Nueva Alianza, que compitió aliado del PRI, y Encuentro Social, que fue parte de la coalición de Morena.
Los consejeros han estado sujetos a fuertes presiones, y después del fallo del Tribunal Electoral sobre el fideicomiso de Morena, las presiones se incrementarán.
Ya hay dirigentes morenistas pensando en cambios legales para acotar al instituto. Cuidado.
Las vacaciones son primero
Llegó la hora del cambio. El gobierno en funciones está en su recta final y el nuevo gobierno tiene que estar listo en todos los frentes.
No todos han entendido que su ciclo terminó y que hay que dar un paso de lado.
En el Sistema Nacional de Seguridad Pública ya se comenzaron a pedir las renuncias, pero hay quien se amarra a la silla y al hueso adjunto.
“A mí me puso el Presidente”, es lo que dice cuando le piden la renuncia.
Lo curioso es que si siquiera está al frente de la oficina, sino disfrutando de unas largas e inoportunas vacaciones; eso sí, bien acompañado.
Cuando vuelva tendrá que rendir cuenta de las insuficiencias.