Agitadas aguas universitarias
Pescadores siniestros tiraron sus redes. Buscan pescar peces gordos en el río revuelto de la UNAM.
La demanda compartida de sacar a los porros, a la que nadie se opone, comienza a competir con demandas de índole política.
Uno de los blancos es el propio rector Enrique Graue, cuya posición es apetecible para distintos grupos de poder.
La comunidad universitaria debe cerrar filas en torno al rector.
Los porros no se mandan solos. Alguien los instruye y, claro, les paga. Hay que ubicar, detener, y llevar ante la justicia a los autores materiales e intelectuales del ataque del lunes.
Con voluntad política puede hacerse rápido, antes que los interesados en confundir a la comunidad logren su propósito.
Ofertas políticas
Ni la burla perdonan.
Arturo Escobar, coordinador del Partido Verde en San Lázaro, reconoció —no le quedaba otra— que hubo una negociación política con Morena.
Es verdad que por un acuerdo político cinco diputados del Verde se sumaron a Morena, que así logró una mayoría absoluta en la Cámara baja. Mayoría absoluta que no consiguió en las urnas.
Escobar asegura que no fue parte de la negociación permitir que el gobernador de Chiapas obtuviera licencia en el Senado para regresar a la entidad.
Lo que negociaron los verdes, que son un puñado de apóstoles, fue el apoyo de Morena para un programa contra el cáncer infantil.
Escobar rubricó el acuerdo con una frase que abochorna: “Nos salió baratísimo”. Es un político curtido, no le ganó la risa.
Como consecuencia natural, Morena aseguró el control de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro durante toda la Legislatura.
Disolver para refundar
Una de las pocas tribus que todavía acampa en la pradera perredista, la de Los Galileos, pidió disolver al partido.
Fernando Belaunzarán y Guadalupe Acosta Naranjo aceptaron que el partido atraviesa la peor crisis de su historia, por lo que requiere disolverse para poder después refundarse.
Los Galileos quieren volver a empezar de cero. Eso significa poner el registro al servicio de un nuevo proyecto al que están convocados los demócratas de todo el país.
La pregunta es si los demócratas aceptarían ir a un partido tan desprestigiado.
Aseguran que seguir en la lógica del clientelismo para elegir al nuevo dirigente nacional supone que no se entendió el mensaje de las urnas. En eso tienen razón.
Planilla de unidad
Los panistas tampoco le encuentran la cuadratura al círculo.
El proceso de relevo en la dirigencia nacional, después del malogrado periodo de Anaya, los tiene entrampados.
En la intentona de encontrar una salida, grupos contendientes están dispuestos a deponer diferencias y constituir una planilla de unidad.
La encabezaría Marko Cortés, que sería presidente, y Héctor Larios, secretario general. Se dice que el poblano Rafael Moreno Valle respalda esta opción como una fórmula para destrabar el proceso.
La convocatoria para la elección se tiene que lanzar el lunes próximo, de modo que el tiempo para llegar a un acuerdo se agota.