Recuperar a Ildefonso Guajardo
Ayer se realizó la tradicional comida anual organizada por la revista Líderes, con motivo de la edición sobre ‘Los 300’ más influyentes de México.
Hubo tres discursos en ella. El primero fue de Alfonso Romo, quien tuvo la representación de AMLO; el segundo de la exministra y próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; y el tercero, de Ildefonso Guajardo, quien representó al presidente Peña.
Los tres, por cierto, estuvieron en la misma mesa.
El cambio de gobierno ya se hizo notar. Hubo fila para saludar a Romo, a Sánchez Cordero o a Esteban Moctezuma, quien también acudió.
La intención de muchos, de acercarse y cruzar tres palabras con los integrantes del próximo gobierno, se hizo manifiesta.
Sin embargo, las palmas del evento fueron para el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Romo comenzó reconociendo el trabajo de Ildefonso en la renegociación del TLCAN. Y luego refirió la existencia de los diversos “Méxicos”, que pudo conocer en las giras con AMLO y llamó a los líderes reunidos a respaldar los proyectos del nuevo gobierno.
La próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, también refirió en su discurso el buen trabajo realizado por Guajardo en la renegociación del TLCAN. Y luego hizo una muy intensa defensa de la participación de la mujer.
Y al final, le tocó el turno a Guajardo.
El secretario de Economía comenzó agradeciendo los reconocimientos y ponderó el trabajo de Juan Carlos Baker, subsecretario; y Ken Smith, jefe de la negociación, quienes también acudieron.
Luego refirió lo que pasó un día de abril de 2017, cuando, estando en Londres, recibió una llamada del canciller Luis Videgaray, alertando respecto a la intención de Trump de notificar ese día la salida de EU del TLCAN.
La anécdota, contada diversas ocasiones en privado por Guajardo, pudo ser contada en público por su difusión en el libro de Bob Woodward, Fear: Trump in The White House, que comenzará a circular el 7 de septiembre.
Guajardo se detuvo a contar los resultados de la negociación de México con EU, explicando cómo se logró cambiar la intención de salir por un resultado favorable para México.
Quizás el tema más complejo –y que más cuestionamientos ha recibido– es el tema automotriz.
Guajardo explicó que el 70 por ciento de las plantas que operan en México cumple con los nuevos estándares en materia de reglas de origen. Pero, además, el 30 por ciento restante tendrá un plazo largo para ajustarse. Y si no lo hace, el costo será pagar un arancel de 2.5 por ciento.
Pero, además, habrá un espacio adicional amplio para la exportación que derive de nuevas plantas o la expansión de las existentes, asegurando un arancel máximo de 2.5 por ciento a quienes no cumplan con las reglas de origen, en caso de que Trump decida imponer una cuota extraordinaria de 25 por ciento, argumentando razones de seguridad nacional.
Guajardo además reconoció que, en términos de la negociación, la preservación de los capítulos 11 y 20, y la negociación del 19 que realiza ahora Canadá, son una garantía de mantener certidumbre.
El comentario en pasillos era unánime. No es posible que Guajardo no vaya a continuar en la vida pública del país después del 1 de diciembre.
¿Será que el presidente electo y otras fuerzas se movilicen para encontrarle espacio? ¿Será que Nuevo León pueda ser la opción?