El martes olvidaron que tienen aplastante mayoría y, como lo suyo lo suyo es hacerla de tos, hicieron lo aprendido en su fogueo cuando eran opositores: asaltar la tribuna.
De haber actuado por inercia o por instinto, su pantomima no pasaría de ser una anécdota de humor involuntario colectivo.
Lo que preocupa es que impusieron un demencial punto de acuerdo para exhortar al gobierno federal a suspender la evaluación docente, valiéndoles un cacahuate que así lo estipula la ley derivada de la reforma educativa que sin juicio han condenado a muerte, pero que les guste o no es la vigente.
Su obligación es legislar, lo cual equivaldría a que se pusieran a trabajar en una disciplina que ignoran todavía, y toman el sucio atajo de sugerir que no se aplique un mandato constitucional.
Con su misma lógica, debieran proponer algo efectivamente “popular” y no tan debatible como alcahuetear a lamentables profes como los de sus contlapaches de la CNTE: que se congele la recaudación de impuestos. Pero no se atreven…