Reacción coordinada
Por la cercanía del cambio de gobierno, algunas decisiones que tendrán impacto después del 30 de noviembre deben tomarse por consenso entre el gobierno saliente y el entrante.
Eso ocurrió con el ofrecimiento, revelado por la prensa norteamericana, del gobierno de Donald Trump de darle a México 20 millones de dólares para deportar migrantes centroamericanos antes de que lleguen a Estados Unidos.
El ofrecimiento existió. El actual gobierno consultó con el próximo. Llegaron a la conclusión de rechazarlo.
Olga Sánchez, futura secretaria de Gobernación, respondió tajante: México no será policía de Estados Unidos para detener migrantes.
De viva voz
Tenía muchos años que un rector universitario no se sentaba a resolver un diferendo de manera directa con los alumnos.
Quien ganó con el encuentro entre alumnos del CCH Azcapotzalco y Enrique Graue, fue la Universidad.
Graue dialogó con los estudiantes y se comprometió de viva voz, sin intermediarios, a resolver sus demandas.
Sacó a relucir su experiencia como profesor.
A pesar de los porros y sus dueños, el doctor Graue demostró que en la Universidad de la Nación el diálogo es la única forma de resolver problemas.
50 años después
La Marcha del Silencio original se llevó a cabo hace medio siglo.
Ocurrió durante el viejo régimen, autoritario e inflexible, sin capacidad para procesar protestas y sin la más mínima disposición para el diálogo.
Cinco días después de esa marcha el Ejército tomó las instalaciones de Ciudad Universitaria.
Las cosas hoy son diferentes, hay cambios cualitativos. Las marchas de protesta, sí son pacíficas, transcurren sin sobresaltos. Ha habido miles.
Varios de los líderes estudiantiles del Movimiento del 68 hoy son parte de la coalición política que ganó las elecciones y ocuparán puestos de gobierno.
Un país diferente y, al menos en este aspecto, mejor.
Revuelta desde el poder
Integrantes de la bancada de Morena en el Senado, que es mayoritaria y tiene por lo tanto margen de sobra para realizar cambios legales, llaman a la revuelta desde el poder.
El senador Oscar Ramírez advirtió a la SEP que si no se cancelan las evaluaciones magisteriales de inmediato, se violentará la paz social.
Los maestros podrían, amenazó Ramírez, tomar carreteras, plazas comerciales y alterar el orden.
Se le olvidó decir que las evaluaciones son parte de una ley y si quieren eliminarlas el único paso admisible es emprender el proceso para cambiarla.
Pueden hacerlo. Suyo es el poder. ¿Por qué se resisten a aceptar su condición de fuerza mayoritaria?
Por su larga e insuperada tradición de oposición rijosa, prefieren el atajo de la revuelta para hacer los cambios.