Aunque existe la creencia que ahora tiembla mucho más que en el pasado, esta es una percepción errónea; lo que ocurre es que hay más tecnología para registrar los sismos
Algunos de los sismos más devastadores que ha experimentado México a lo largo de la historia ocurrieron en septiembre. Por lo que ciertas personas especulan sobre si el noveno mes del año marca el arranque de la “temporada de sismos”; algo totalmente falso.
Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, señaló que no existe una “temporada de sismos”, pues los movimiento telúricos ocurren todo el tiempo y en cualquier época del año.
“En el mes de septiembre surgen creencias, mitos de que hay épocas para que ocurran los temblores, así como las hay para las lluvias. Hay que dejar claro que los sismos se originan al interior de la tierra y nada tienen que ver con fenómenos atmosféricos. Los sismos ocurren a lo largo del año y hay que estar preparados”, subrayó el académico.
¿Tiembla más que antes en la CDMX?
El investigador explicó que no acontecen más sismos en la Ciudad de México que antes, sino que al haber más estaciones de monitoreo, se detectan en mayor medida y con mayor facilidad; algo que no ocurría en el pasado.
Simplemente en el Valle de México cuentan con una red de 30 estaciones que detectan los movimientos registrados en esta zona, por ejemplo, los registrado este viernes en Iztacalco y Narvarte.
“Estamos acostumbrados a la intensidad de los sismos que provienen de las costas del Pacífico, de magnitud mayor. Los que se originan en el Valle de México no van más allá de 3 o 3.5”, agregó.
Quintanar Robles señaló que aunque la actividad es moderada en la capital del país, es la zona oriente la de mayor sismicidad, aunque también demarcaciones como Cuajimalpa y Benito Juárez.
El investigador agregó que la extracción de agua en el Valle de México amplia el riesgo sísmico, pero indicó que no es el único factor. Además señaló que México es un país sísmico, por lo que nunca dejará de temblar.
“Los habitantes de la Ciudad de México deben considerar que los temblores ocurridos fuera del Valle de México tienen la capacidad de inducir sismicidad en nuestra urbe, adicional a la que se origina aquí mismo”.
Por ello, es necesario revisar las construcciones y reforzarlas para evitar posibles colapsos futuros. Mientras no podamos predecir los sismos, “lo que nos queda es mitigar los posibles daños, haciendo caso a las autoridades, realizar simulacros y tomar estos fenómenos en su punto cabal”, concluyó.