LA COBARDE HUIDA DE ÁNGEL COLÍN LÓPEZ…
La inexperiencia política y falta de madurez personal del secretario de Gobierno, Ángel Colín López, provocó que sea sancionado con todo el rigor de la ley por el Congreso local.
El berrinche del servidor público que se dice abogado y que al parecer pasó por las aulas, evidenció su egolatría, pero también deja mal parado a un gobierno que desde hace algunos años es sordo, mudo e invidente ante la sociedad.
Su postura de salir enojado y sin responder al máximo tribunal popular, hace que sea sujeto al juicio constitucionalista y advierte su posible inhabilitación para ocupar cargos en el sector oficial.
Soberbio, deshonesto y hasta grosero es Ángel Colín López, el que antes de que la suerte le llegara con el nombramiento de secretario de Gobierno, se alquilaba como recaudador y amenazador de inquilinos del municipio de Jiutepec.
El pasado de deshonestidad del hoy secretario de gobierno vuelve a revivir, porque muchos vecinos todavía recuerdan que llegaba a los domicilios de manera prepotente a pretender cobrar el impuesto municipal o los echaba a la calle.
Pero también es recordado que “por una lanita” podía resolver disminuir los adeudos que tenían al municipio de Jiutepec sus residentes, sobre todos aquellos que viven en fraccionamientos de lujo y que tenían atrasos en el pago del impuesto predial.
Hoy como secretario de gobierno, Ángel Colín López es destacado por su ineptitud, porque desconoce qué pasa en un estado convulsionado como es Morelos.
Eso lo evidenció en la inconclusa comparecencia que tuvo en el Poder Legislativo el pasado viernes, que al no poder responder a los cuestionamientos de los diputados prefirió huir como los cobardes.
Con su salida de la Cámara de Diputados, también aumentó la percepción social de que hay un gran fraude en el gobierno estatal y en el que hay la complicidad del secretario de gobierno.
El encargado de la política interna del estado simplemente es un irresponsable, un sujeto que solamente como los arribistas está sentado en una confortable silla, percibiendo un salario de 90 mil pesos mensuales, más la compra de sus gastos de galletas y hasta de su ropa interior con recursos públicos.
Hoy este imberbe profesionista de diploma, olvidó que su papel como servidor público es acatar el marco legal por el que juramentó para ligar un salario que jamás volverá a tener en lo que le reste de vida.
En su comparecencia ante los diputados locales, también juramentó ante la Soberanía Popular decir la verdad y acatar lo que al marco legal corresponde, pero violentó el mismo y su verdad quedó rota como su palabra.
Interesante será saber que sigue por parte de la Quincuagésima Cuarta Legislatura estatal, porque las violaciones al marco Constitucional del estado no deben resolverse con un simple apercibimiento, debe darse una sanción ejemplar.
Los diputados cuentan con todos los elementos legales para someter al juicio político al abogado de título, pero también aprobar su inhabilitación para evitar que ingrese a otro cargo público.
Mientras todavía sigue la cuestionante popular sobre qué pasó con los recursos para la alarmas sísmicas, los recursos de apoyo hacia las familias que perdieron sus bienes durante el sismo del 19 de septiembre pasado.
Ángel Colín López no deberá irse del Ejecutivo sin antes responder sobre lo que le pedía la diputada coordinadora de la bancada legislativa de MORENA, Keyla Selene Figueroa Evaristo:
“Por ser usted la gente más cercana y de confianza del gobernador Graco Ramírez ¿está usted dispuesto a meter las manos por él?, ¿está dispuesto a asumir en forma conjunta con su gobernar de todas las consecuencias jurídicas, políticas, administrativas y sociales que surgen por el deterioro en que dejan hoy la administración pública del gobierno del estado de Morelos?”.
La respuesta del secretario de Gobierno fue huir, salir del recinto parlamentario acompañado por otro trepador: Alfonso Hernández Gurrola, hasta el estacionamiento y largarse como efectivamente lo hacen los cobardes.
La ausencia como secretario de Gobierno de Ángel Colín López es plena, porque al terminar la administración de Graco Ramírez su herencia será la de dejar un estado en ebullición, con grandes problemas como el de la inseguridad.
La ineptitud conjunta con la soberbia de Colín López dejan como resultado inestabilidad en una entidad que hace seis años todavía estaba tranquila y tenía un secretario de gobierno, al menos decente.