I. Puño en alto. Enrique Peña Nieto participó en el macro simulacro por los sismos. Estuvo acompañado por elementos de Protección Civil y parte de su gabinete; al final todos levantaron el brazo derecho en señal de unidad. “Recordamos con respeto a quienes perdieron la vida en los sismos que cimbraron al país en 1985 y 2017”, tuiteó. Al escucharse la alerta sísmica, descendió de su oficina rumbo al punto de reunión en los jardines de Los Pinos, para participar en el simulacro. “Los eventos de septiembre pasado nos mostraron que juntos somos capaces de superar cualquier adversidad”, dijo. Destacó el papel que tuvieron las Fuerzas Armadas durante los sismos, pues, afirmó, respaldaron en todo momento a la población damnificada. Reacción institucional digna de elogio, algo que no tuvo en 1985 Miguel de la Madrid.
II. Gran idea. Bajo la premisa de que “con los sismos se sembró la semilla de un pueblo comprometido. Dejamos de ser víctimas para volvernos rescatistas solidarios”, la diputada María Rosete, de Encuentro Social, informó que presentarán al Congreso un punto de acuerdo para que el 19 de septiembre de cada año se conmemore el Día de la Unidad Nacional y Solidaridad, y también una iniciativa que modifique la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional “con el fin de izar la bandera a media asta el 19 de septiembre de cada año”, explicó. ¿En verdad no se les ocurren mejores ideas, o al menos que ofrezcan resultados? ¿Por qué no pensar en una ley que sancione de verdad a los constructores que entregan edificios de papel de china condenados a ser tumbas multitudinarias ante un sismo?
III. Bordado fino. La buena política se rige por acuerdos, alternativas, avances y beneficios para la población. Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, sigue el manual al pie de la letra. Anunció para Oaxaca 34 mil 258 millones de pesos en inversión pública, lo que detonaría una etapa de desarrollo, gracias a que se impulsará una zona franca libre de impuestos en el Istmo. Fue recibido por el gobernador Alejandro Murat. Entre otras buenas noticias, se comprometió a reconstruir el municipio zapoteco de Juchitán, de los más afectados por los sismos de septiembre pasado. La ayuda, reiteró, llegará primero a quienes menos tienen, mismos que no soportarían una promesa incumplida más. No los defraudará.
IV. No se le va a hacer. El senador electo Noé Castañón Ramírez envió una carta a Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva del Senado, en la que le solicitó que le tomaran protesta, pues aseguró que ya fueron resueltos legalmente sus procesos penales. Sin embargo, todo indica que Castañón no puede tomar protesta, ya que aún está sujeto a proceso judicial. Hay al menos tres carpetas de investigación por el delito contra la ley de amparo, por falsedad ante la autoridad diversa a la judicial, y por violencia familiar. Todas abiertas. Por ello se espera que Batres rechace la solicitud que hizo el senador electo el pasado lunes para posesionarse del cargo, y, lo más importante, del fuero que le daría impunidad durante seis años. Está vez ni papi Noé Castañón, exministro de Chiapas, lo salva.
V. Sobrecupo. Alfonso Durazo, próximo secretario de Seguridad Pública, sostuvo que los tráileres que trasladaban 150 cuerpos cada uno en Jalisco, habla de la insuficiencia de la capacidad instalada en los Servicios Médicos Forenses para conservarlos. Tras inaugurar los Foros de Consulta para la Pacificación y Reconciliación Nacional en Saltillo, destacó la importancia de mejorar las condiciones de las instancias de seguridad y de ahí pasar a las de procuración y administración de justicia. Inquietante que haya más cadáveres que los que caben en el Servicio Médico Forense. Antes decían: “todos cabremos en el panteón”. Pero ante la escalada violenta, no se lo crea. Pinta para mentira.