Graco, una vida a la basura
Toda su vida Graco Ramírez buscó dos cosas: consolidar su economía y trascender en la política; le costó 60 años lograr lo primero y seis en anular lo segundo. Graco pudo lidiar con muchas figuras de poder en México, pero fue incapaz de controlar a su familia.
Al término de su mandato como gobernador, en el cierre de su carrera política y al final de su vida Graco Ramírez se nota apesadumbrado, cansado, enfermo, derrotado.A sus casi 70 años el tabasqueño puede voltear la vista y entender muchas cosas, darse cuenta de sus errores y comprender, quizá, que echó a la basura el esfuerzo de toda una vida. El perredista participó en luchas sociales, lidió con presidentes de la república, pero no pudo controlar a su familia.
El perredista se abrió paso en la política desde la oposición, aunque inició su actividad política en el PRI;creció en los pasillos de poder, convivió con muchos gobiernos y siempre se caracterizó por su tenacidad, su habilidad para negociar y su olfato para anticipar las cosas. Graco Ramírez pudo manejar muy bien el doble rol de político de oposición y aliado incondicional del gobierno, lo cual le convirtió en un cómplice muy valioso para quienes ostentaban el poder en el país.
Los tiempos buenos de Graco Ramírez tardaron en llegar a pesar de que por dos décadas disfrutó las mieles del poder. El tabasqueño era conocido por su gusto por la buena vida, los buenos vinos, los viajes, las viejas y los amigos que compra el dinero. Graco no era el típico político de izquierda: soñador, que enarbola ideales, vive de manera modesta y rechaza la burguesía. El gobernador de Morelos es más bien un político tipo Los Chuchos, afecto a los excesos, a las relaciones múltiples, a las fiestas sin control y a las marcas de lujo; Graco no es como Jesús Ortega, a quien le encanta la vida en los centros nocturnos con mujeres exóticas y caballeros de moral relajada, lo suyo es más bien discreto, aunque con tanta o más intensidad y variedad que la de su compañero de parrandas.
Durante más de 40 años Graco Ramírez forjó una carrera política, pero no alcanzó a consolidar su patrimonio económico; antes de que iniciara el nuevo siglo el tabasqueño seguía padeciendo inclemencias económicas a pesar de estar en la nómina de varias dependencias federales, como la Lotería Nacional; frecuentemente recurría a préstamos que en rara ocasión liquidaba, de ahí su penoso episodio con Carlos Ahumada en la época que Rosario Robles era jefa de gobierno del Distrito Federal.
Fue a sus sesenta años, como senador de la república, que la suerte económica sonrió al perredista; su habilidad política y sus relaciones de poder le permitieron anticipar la política que impulsaría el presidente Felipe Calderón y por ello buscó la comisión de energía. A Graco Ramírez le tocó operar la Reforma Energética del presidente panista y, aunque no se logró tal cual la quería el mandatario federal, obtuvo, dicen, una compensación económica de más de 300 millones de pesos por los servicios prestados a la nación.
Muchos de estos datos están consignados en los dossiers que sobre el personaje en cuestión tiene el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional y los conocen quienes lo han visto o tratado a lo largo de los años; en los expedientes de gobierno se detallan muchas más cosas de su vida pública y privada del perredista: sus acciones, sus relaciones y sobre todo de la forma como el político ha subsistido en un ambiente de lucha jugando un doble papel político, social y personal. Con estos datos varios presidentes lograron allegarse fácilmente de los servicios de Graco Ramírez o contenerlo cuando se pasaba de la raya.
La reflexión que el tabasqueño tendría que hacer hoy es distinta a lo que ha hecho en los últimos seis años; lo sucedido antes de su paso por el senado de la república puede entenderse en base a la personalidad, gustos, aficiones, adicciones y anhelos: Graco Ramírez siempre luchó por el poder, pero también fue afecto a la buena vida; por años obtuvo lo primero pero no logró lo otro, hasta que con Felipe Calderón su suerte cambió.
Por eso llama la atención lo que pasó con Graco como gobernador de Morelos; cuando ganó la elección el perredista ya tenía más de 60 años y su vida estaba económicamente resuelta; era el momento de trascender, de buscar algo más que dinero y consolidar lo que hizo a lo largo de cuatro décadas. Graco lo dijo de manera pública en varias ocasiones:ya tenía dinero suficiente y quería pasar a la historia como el mejor gobernador del estado... pero algo pasó en el camino.
Además de un doble rol político el tabasqueño tiene también una doble personalidad; como figura de poder es firme, duro, peleonero y permanentemente retador, presume que ha crecido en la crisis y que el caos es su mejor ambiente. Pero en lo personal el tabasqueño es distinto, es dócil, mandilón y sumamente maniobrable por su familia; sus gritos y desplantes dejaron de espantar a su mujer desde hace varios años y sus ordenes familiares ya no son obedecidas por ninguno de sus vástagos. Graco es bulleador en lo público y bulleador en lo privado.
A partir de ellopodemos entender lo que ha pasado en Morelos: el 01 de julio del 2012 los morelenses votaron por un gobernador, pero eligieron a una familia disfuncional; el jefe del ejecutivo era un hombre con experiencia en la vida pública, relaciones de poder y olfato político, pero su familia la encabezaba una mujer con serios traumas personales, con frustraciones mentales por su origen y una ambición económica desmedida que heredó a sus hijos.
Desde el principio del sexenio se notó la influencia de la familia en la vida de Graco: fueron Elena y Rodrigo sus principales asesores en el nombramiento de los funcionarios y ellos quienes determinaron los ejes de acción de su gobierno; la Damota impulsó, entre otras figuras, a la secretaria de hacienda Adriana Flores, a Doña Lámpara en el Instituto de Cultura y a la robustísima Nadxieelii Carranco en la Comisión de Auxilio a Víctimas; El Gayo colocó a Andrik Ruiz de Chávez en la Secretaría de Salud y a todos los encargados de las finanzas de las secretarías.
Graco Ramírez pudo mantener cierto control del gobierno hasta el segundo año, pero entonces algo pasó. Fue, dicen, un severo conflicto interno lo que obligó al gobernador a ceder el control del estado a su familia; un chantaje, cuentan, pero en forma de cómodo arreglo para ambas partes: el tabasqueño entregó el manejo de la administración a su familia y ellos se encargaron de abultar las cuentas de los bancos; el perredista se dedicó a hacer grilla nacional y buscó un sueño que todos sabíamos absurdos, pero que él creyó a los suyos: la Presidencia de México.
A sus casi 70 años Graco Ramírez concluye su gestión y su vida con un fracaso; el dinero que obtuvo como gobernador no se lo podrá gastar en lo que le resta de vida y la trascendencia que soñó como político nunca llegará, porque se convirtió en repudio popular.
Graco pudo ser un buen gobernador y además fortalecer sus finanzas personales, pero se dejó llevar por las ambiciones de su familia. Hoy ya no hay nada que hacer, es odiado en el estado, está apestado en la política nacional y nadie creeen su futuro. Peor: la petición popular es que se le investigue, procese y encarcele.
¿Así quería Graco terminar su carrera política y su vida?
· posdata
Acuso recibo de una serie de documentos que un grupo de ciudadanos han obtenido, catalogado y ordenado con metodología y técnicas de investigación cuantitativa sobre la obra pública realizada por la actual administración.
La información, comentan quienes prefieren que se omita su nombre, la han entregado ya a diferentes áreas fiscalizadoras estatales y federales y con ella ponen al descubierto los negocios multimillonarios del gobernador perredista y su familia, como por ejemplo el caso de Jerónimo Bernal Soliveras, ex Director General del Fideicomiso Lago de Tequesquitengo, César Mendoza Tajonar, encargado de la construcción del estadio de futbol Agustín “Coruco” Díaz, de Zacatepec, y/o los conciertos de artistas como Sting, Placido Domingo, entre muchos otros.
Los ciudadanos en cuestión son gente respetable, profesional y comprometida con el estado; igual que muchos ciudadanos se sienten ofendidos por la manera como se administró el estado y los abusos que se cometieron al amparo del poder. Lo investigado y ordenado por ellos puede servir de base para la integración de las denuncias contra varios funcionarios del estado y familiares del gobernador, empezando por Rodrigo Gayosso y José Domingo Ramírez Cepeda.
Agradezco públicamente la confianza de quienes me comparten la información y me comprometo a publicarla conforme la vaya analizando. Su trabajo es, sin duda, mucho más profesional y contundente del que en más de un año ha hecho el Fiscal Anticorrupción o el que nunca ha realizado el Auditor Superior.
Las dudas sobre los malos manejos de este gobierno están confirmadas. Toca el turno de actuar a las autoridades.
· nota
La vida da vueltas: hace 20 años Graco Ramírez perseguía a Jorge Carrillo Olea, lo tildaba de asesino, de represor, lo acusaba de proteger a secuestradores y narcotraficantes. Hace algunos meses decía que López Obrador representaba una involución, lo describía como intolerante, mesiánico y loco; era, afirmaba Graco, un ser despreciable y lo peor que podría sucederle a México.
A propósito de ambos personajes recordemos lo que sobre AMLO y JCO publicó hace unas semanas un rotativo nacional:
“Andrés Manuel López Obrador confirmó que el priísta Jorge Carrillo Olea, fundador del Cisen, ha colaborado con su equipo de trabajo en seguridad nacional y que incluso lo invitó a formar parte de su gobierno.
López Obrador dijo que el ex militar declinó participar en su administración por motivos de edad, pues ya no quiere tener ninguna responsabilidad pública, y rechazó que el ex gobernador de Morelos sea uno de sus asesores.
“Él no aceptó trabajar en el gobierno, como otros que hemos invitado y no han aceptado, y me da mucho gusto también decirles que tengo solicitudes de ciudadanos que quieran trabajar sin cobrar, porque tienen posibilidades económicas y quieren trabajar sin cobrar seis años”.
López Obrador detalló que el Cisen se transformará en el Sistema Nacional de Inteligencia que dependerá de la próxima Secretaría de Seguridad Pública, y no se dedicará al espionaje, sino a generar inteligencia para el combate a la delincuencia organizada.
López Obrador ha planteado que entre las primeras iniciativas que presentará la bancada de Morena en la Cámara de Diputados será una reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal para quitarle a la Secretaría de Gobernación las funciones en materia de seguridad. En esa reorganización se plantea quitar al Cisen de Gobernación, para que todas las labores de inteligencia estén a cargo de la futura Secretaría de Seguridad Pública.”
Veinte años después veamos dónde está Graco y dónde Carrillo Olea.
· post it
Mediocre, para no perder la costumbre, el secretario Ángel Colín no pudo mantener la compostura durante su comparecencia ante diputados y terminó huyendo del recinto legislativo entre gritos de “cobarde”.
El egresado de la Univac mostró que es un hombre muy limitado en lo profesional y sumamente arrogante en lo personal; su única virtud para acceder a su actual cargo (que seguramente será el más alto que ocupe en su vida) es ser “muy” amigo de Rodrigo Gayosso.
Así se manejó la política en este estado: por amistades e incondicionalidades.
... Y a pesar de su torpeza Graco Ramírez lo felicitó.
· redes sociales
Lo comentan (y celebran) los señores Meade a los cuatro vientos: ¡Ya pactamos!
Presumen una reunión sostenida la semana pasada con una importante figura del equipo de Cuauhtémoc Blanco; “¡Fuimos a comer y nos fue a toda madre!, ¡Ya estamos dentro! Les vamos a enseñar dónde están los negocios y les ayudaremos a manejar la política.
En esa comida, cuentan, estuvieron Jorge Meade González, Jorge MeadeOcaranza y Andrik Ruíz de Chávez. La tertulia, dicen, se pactó en una comida previa en la que sólo estuvo Meade Jr.
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