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OBSERVADOR POLÍTICO

 

 

Los seis años de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu fue un sexenio perdido. Asesinatos, feminicidios, secuestros, robo de autos, desaparición de jovencitas, impunidad y más impunidad; así como escasa generación de empleo, nulo crecimiento económico y problemas sociales que surgieron fueron las principales características de una administración que se enfrentó con casi todos los sectores de la sociedad como: Universitarios, empresarios, transportistas, comerciantes, abogados, comunicadores, líderes partidistas, entre otros. A una semana de concluir su sexenio, la gloria y el infierno le estarán acechando al todavía Ejecutivo estatal.

EL RECUENTO DE LOS DAÑOS.- Durante los últimos seis años de la administración de la nueva visión hubo claroscuros. Y es que sí tuvo logros como el haber convertido nuevos millonarios que surgieron desde él mismo, su familia, amigos y colaboradores cercanos aunque la mayoría han sido vinculados en negocios turbios, tráfico de influencias y actos de corrupción. Es, de igual manera lamentable que en este tiempo, se haya registrado una confrontación constante y permanente con diversas organizaciones sociales. Este quizá fue rasgo más distintito de su gobierno: Enfrentarse con todos y utilizar la “Ley del Garrote”.  Graco, donde se pare es repudiado, es una persona odiada, no puede caminar solo, forzosamente tiene que andar súper protegido para evitar las maldiciones y recordatorios del 10 de mayo. Siempre fue así, solo que durante la tragedia del sismo del 19 de septiembre, las cosas se desbordaron, la gente le perdió el miedo y empezó a sacar toda la rabia que tienen contra el aún mandatario y su familia. Por eso resguardaban siempre los eventos de Graco, de su familia, y permitían el acceso de sus invitados con extremas medidas de seguridad. La policía se convirtió en su seguridad además del ejército de guaruras que siempre los acompañaban armados con armas largas y a bordo de sus camionetas blindadas.

Sin embargo, la seguridad se dio pero para él desde el inicio de su mandato y como primera acción, ordenó a través de la Secretaría Ejecutiva de la Gubernatura remodelar las salas de juntas, el área técnica y la recepción de Palacio de Gobierno, y que sobresalió por el exceso y abuso –fiel a su costumbre-, el blindaje de su oficina personal así como la remodelación, remozamiento y adaptaciones de su área técnica, las salas de juntas, recepción e instalaciones con un costo cercano a los seis millones de pesos. Siempre lo negó, pero los hechos evidenciaron a una persona mitómana cobrando como gobernador.

Siempre trató de ocultar lo inocultable: "No tengo ningún blindaje, es un doble cristal porque hace mucho ruido en la plaza y no puedo trabajar, no puedo reunirme, no puedo. Yo sí vengo a trabajar a la Casa de Morelos, no como otros que no venían". En su misma secretaría de Comunicación confirmaron el blindaje especial que de su oficina mandó hacer Graco Ramírez, quien reiteró, siempre lo negó. Las empresas que participaron en las obras referidas fueron: Desarrollador En Grupo Retrat, S.A de C.V.; Natura Ingeniería, S.A de C.V.; Grupo Empresarial ERA, S.A. de C.V, y Olinca Servicios, S.A de C.V".

LOS YERROS DEL AÚN GOBERNADOR.- Su carácter explosivo y el haber estado sometido constantemente por su esposa Elena e influenciado por su hijo Rodrigo, así como por su ambición desmedida de querer de candidato a la presidencia de la república por el PRD, gastando recursos multimillonarios en espectaculares que colocó por la mayoría de los estados de la república mexicana, fueron solo algunos de los errores que cometió en su mal gobierno que lo han llevado a ser considerado el peor en la historia de Morelos. Graco, jamás quiso escuchar, siempre estuvo metido en una burbuja de cristal, no le importó la gente que le brindó su confianza en la jornada electoral del 2012. No hizo caso de los actos de corrupción en que incurrieron sus amigos, sus colaboradores y la gente que entró por órdenes de su hijo, como Sergio Beltrán Toto, Andrick Ruiz de Chávez, entre muchos otros que están hoy en día en la larga lista de personajes que serán investigados y quizá encarcelados.

El rechazo hacia su gobierno provocó que cientos de miles de morelenses hayan marchado en reiteradas ocasiones por diferentes causas, lo mismo protestaron universitarios, católicos, estudiantes, transportistas que organizaciones civiles para exigir más y mejores condiciones de vida sin que hayan tenido eco sus demandas. El aún titular del poder Ejecutivo se peleó casi con todos, lo mismo le daba enfrentarse y calumniar a Cuauhtémoc Blanco, a quien lo atacó y difamó mediante una campaña mediática en medios nacionales pagados con recursos del erario que al ex rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez; a Gerardo Becerra Chávez de Ita, vocero de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos –y hoy fiscal anticorrupción, hay nanita-, que con el obispo de la diócesis de Cuernavaca, a quien intentó quitarlo de su camino en reiteradas ocasiones, sin lograr por fortuna. Pero en su camino también se peleó con los maestros, médicos, campesinos, empresarios, magistrados, consejeros electorales, entre otros. Nunca se deja ayudar ya que estaba convencido que todo marchaba bien, o al menos eso es lo que le decían. Por esa razón, todas las calamidades que sembró Graco Ramírez durante más de seis años son las que estará cosechando en breve, en muy poco tiempo sin importar que estará cumpliendo en corto tiempo los 70 años de edad. Hoy, Graco ya no aquél perredista que amenazaba, gritaba, ofendía y agredía. Hoy, se ve con escaso pelo cano, desfigurado, triste, sin ganas, cansado, y quizá con muchos pero muchos millones de pesos que difícilmente podrá gastárselos aunque eso sí, con un rechazo social impresionante muy difícil de poder comparar acaso con personajes como Enrique Peña Nieto, Mario Villanueva Madrid y Javier Duarte, entre otros.

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