:Que la panista Martha Érika Alonso prevé ofrecer una postura pública a las primeras horas de este sábado, cuando puede concluir el recuento de los votos contenidos en más de 7 mil paquetes de la elección para gobernador, verificada el 1 de julio pasado y que le dio a ella el triunfo en primera instancia.
De hecho, se sabe que todo está listo para un evento público masivo de Por Puebla al Frente en el auditorio Acrópolis organizado para celebrar el resultado del voto por voto, casilla por casilla, ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en los 26 distritos.
:Que una decena de agentes federales se topó en Guanajuato con más de 30 sujetos armados hasta los dientes, con ametralladoras, lanzagranadas y explosivos, y a pesar de ser superados en número y en un terreno agreste, los uniformados le echaron técnica, se desplegaron y tras dos horas de refriega hicieron huir a la mayoría de los agresores y abatieron a ocho sujetos, por un policía con lesión en una pierna.
El desenlace es también un mensaje al equipo de gobierno entrante, que ha dicho que la Policía Federal no está preparada para afrontar el crimen.
:Que en la recta final de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio ocurrió lo impensable: el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, llamando a Andrés Manuel López Obrador para interceder ante Donald Trump a fin de concretar un tratado comercial trilateral, después de las desaveniencias públicas entre esos personajes.
Como México ya tiene amarrado el pacto bilateral con Estados Unidos, con la bendición del equipo de transición del Presidente electo, se aclaró de inmediato que sí habrá ayuda pero nada que implique echar atrás alguno de los puntos ya cerrados, cuyo resumen ejecutivo entregó ayer Ildefonso Guajardo al Senado.
Por cierto, la especie de la llamada del premier canadiense a AMLO salió durante la reunión con el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, y diputados locales y federales de la entidad.
:Que como muy pocas ocasiones, AMLO decidió modificar su agenda sabatina y darse el tiempo suficiente para acompañar a César Yáñez como testigo de su boda civil.
Aunque el Presidente electo pretendía tener un evento al mediodía en Ciudad de México o en Puebla, y de ahí salir corriendo a la boda de uno de sus hombres más cercanos, definió posponerlo para no quedarle mal a los novios.