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EL “SUMISO” ORÍGEN DEL DÍA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN MÉXICO

Celebrar hoy el Día de la Libertad de Expresión, es recordar la sumisión de la prensa ante el poder político en turno, tan lejana que muchos la creen, pero tan presente que aún la vemos. He aquí su historia:

La tarde del 7 de junio de 1951, los directores de los principales diarios del país fueron invitados al Restaurante Crillón, ubicado en la Ciudad de México, para comer con el entonces Presidente de la República, Miguel Alemán Valdés.

Eran en nuestro país tiempos de la Revolución Institucionalizada, esto es, ya se “habían dejado atrás las armas, para dar paso a las instituciones”, como decían los discursos oficiales de aquellos tiempos. De esas instituciones, por mucho la más importante era la Presidencia de la República, cuyo titular tenía atribuciones legales y más allá de ellas.

Pero también, esos eran tiempos donde la crítica no se toleraba y donde predominaban los medios de comunicación sometidos a la voluntad oficial. Para mantener ese control, el gobierno disponía de innumerables herramientas y mecanismos; en el caso de los medios impresos, uno era la distribución de papel. Para tal fin, el gobierno del General Lázaro Cárdenas creó la Productora e Importadora de Papel, Sociedad Anónima (PIPSA).

Mediante PIPSA, el gobierno monopolizó la compra de papel en el exterior y controló en lo interno, su producción y distribución. Además, el gobierno federal, se reservaba el aprovisionamiento y distribución del papel destinado a los periódicos, a quienes de esta manera aseguraba un nivel estable en los precios del papel y garantizaba su existencia.

Ante el auge de los medios impresos en la década de 1940 y 1950, que iban de la mano del “desarrollo y modernización del país”, la demanda del papel también aumentó, y ante el contexto internacional de culminación de una atroz guerra mundial, el papel como muchos insumos eran excesivamente controlados y escasos.

En ese contexto 128 directores de medios impresos nacionales fueron convocados a una comida con el Presidente Alemán. La invitación que recibieron días antes, justificaba de manera textual:

“La prensa mexicana, integrada por todos los diarios, semanarios, y revistas serias y de carácter informativo, se halla en deuda con el presidente de la República, licenciado Miguel Alemán. Durante los cuatro años y medio ya transcurridos dentro de su periodo ha sido él, constante y escrupuloso mantenedor de la libertad de prensa, así como la de pensamiento y palabra”.

El menú de la reunión en el Restaurante Crillón, refieren cronistas de la época, fue, de entrada, hígado de ganso con jalea de champaña, huevos rellenos de caviar ruso, de platos fuertes hubo langosta a la americana, arroz a la criolla, tumba de jamón de York a la florentina y pato en salsa de Curazao; de postre crepas de cajeta de almendras, todo regado con vinos Chablis 1946 y champaña Charles Heidseck.

La variedad estuvo a cargo de la Orquesta de Pedro García, quien acompañaba las voces de nada más ni nada menos que Pedro Vargas y Toña la Negra. En una de las pausas, uno de los directores agradeció al Presidente por haber aceptado reunirse con los directores de periódicos y también afirmó: “Gracias Señor Presidente por la forma tan rápida con que resolvió la escasez de papel, que hace posible el ejercicio de la libertad de prensa”.

En 1952, en honor y recuerdo a la reunión del año anterior, los directores de medios impresos del país se volvieron a reunir con el Presidente de la República. Uno de los organizadores, que fue el Coronel José García Valseca manifestó a nombre de los presentes:

“Proponemos hoy a la nación mexicana que este 7 de junio sea, año con año, de consagración de los periodistas al ideal de la libertad de prensa que usted, Señor Presidente, ha enaltecido con respeto, como parte fundamental de nuestra nacionalidad”.

A partir de ese momento, de 1952, es que se bautizó el día 7 de junio como el Día de la Libertad de Expresión y se determinó que se celebraría año con año.

Más allá de cuestionar el origen de la celebración del Día de la Libertad de Expresión en nuestro país, que respondió a su época, a su momento y a las reglas políticas de un régimen autoritario, actualmente debemos partir de que la libertad de expresión no se otorga, se ejerce, además de que “celebrar la libertad de expresión” es reducirla en dimensión y significado.

Celebrar hoy el Día de la Libertad de Expresión, es recordar la sumisión de la prensa ante el poder político en turno, tan lejana que muchos la creen, pero tan presente que aún la vemos.

 

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