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SERPIENTES Y ESCALERAS

Día 2: orden

A Cuauhtémoc Blanco le dejaron la casa totalmente desordenada. Hay mucho por hacer en Morelos, se necesita voluntad, conocimiento, experiencia y capacidad para sacar al estado adelante. La mejor forma que tiene el gabinete de mostrar lealtad al gobernador es trabajando y dando resultados.

Cuauhtémoc Blanco ya es gobernador en funciones, asumió el mando de la policía estatal el primer minuto del 01 de octubre y tomó la protesta de ley doce horas más tarde en un acto público desordenado, poco representativo en lo social y con un mensaje que dejó mucho que desear. A partir del primer minuto del décimo mes del 2018 el ex deportista es responsable del estado, de sus instituciones y sus habitantes; su primer reto es responder a la demanda popular de justicia, el segundo es poner orden en la administración estatal.

El gabinete presentado por el gobernador está muy lejos de ser el equipo ideal que necesita Morelos para salir adelante; estamos frente a una mezcla peculiar de figuras y personalidades, algunas con una trayectoria brillante y otros totalmente fuera de lugar. Habrá que dar tiempo para ver si la elección del ex seleccionado nacional fue correcta o si es el caso, esperar que realice los cambios necesarios sin el tabú político del qué dirán.

La confianza es por el momento aliada de Cuauhtémoc Blanco, la gente espera que el novel mandatario cumpla su única promesa de campaña y lleve a juicio a quienes saquearon la entidad, por eso todo lo que diga o haga en estos primeros días será aplaudido. A la gente no le importó que en su primer mensaje como gobernador constitucional confundiera los tres niveles de gobierno con los tres poderes del estado, ni tampoco que su discurso de toma de protesta fuese tan simple y sin contenido; la gente espera justicia y por ello, por ahora, todo le será perdonado.

En el nuevo gobierno deben tener claro que la luna de miel de esta administración será más corta que un fin de semana en Acapulco; la gente está esperanzada en que se haga justicia y la entienden como meter a la cárcel a Graco. Si el nuevo gobierno no actúa de inmediato o a la vuelta del tiempo los ciudadanos se enteran que aunque se enjuicie a Graco Ramírez, por edad no pisará la cárcel, el enojo popular puede volverse contra la nueva administración.

Blanco Bravo debe de estar consciente del suelo que está pisando para entender que su rol como jefe del ejecutivo estatal no será nada parecido al papel que jugó como alcalde de la capital. Ahora Cuauhtémoc Blanco está encargado del estado, tiene responsabilidad sobre todos los municipios y deberá convivir con los otros tres poderes. A su gobierno le tocarán resolver todos los problemas de seguridad, afrontar las crisis económicas y maniobrar con la gobernabilidad de un estado altamente politizado. Item más: no hay ahora a quien echarle la culpa si las cosas no salen bien.

Precisamente por esto el nuevo jefe del ejecutivo debe poner orden en la administración estatal y para ello es fundamental que exista orden en su equipo de gobierno. Blanco Bravo no es político y eso facilita mucho las cosas, porque no carga con los tabúes de los políticos y puede actuar con más libertad que la de aquellos que llevan años montados en el presupuesto portando una camiseta.

Cuauhtémoc Blanco debe tener claridad de que el orden es una premisa muy importante para que las cosas salgan bien; el orden en el ejercicio de gobierno se debe medir a partir de resultados, no de las mentiras tradicionales que los empleados dicen al jefe para tenerlo contento. El gobernador tiene que estar bien enterado de las cosas, debe tener varias fuentes confiables de información y no entregar a nadie, como lo hizo su antecesor, la responsabilidad ni el control del gobierno.

La administración que recibe el americanista está llena de complicaciones, el de Graco Ramírez fue un gobierno de robo, pero también de simulación; el gobernador era agresivo y autoritario con sus colaboradores y estos, para llevar la fiesta en paz, comenzaron a darle por su lado para tenerlo tranquilo. El perredista se la paso presumiendo cosas que no existían, declaraba en base a la información que le daban sus secretarios y estos muchas veces falseaban los datos para tenerlo contento.

Este es un error común en los gobernantes y en los políticos, es un error que Cuauhtémoc Blanco no debe cometer; el deportista no carga con los estigmas clásicos de los actores de poder, no sigue los cánones tradicionales y actúa por instinto; por eso es más sencillo que se equivoque, pero también que se mueva con más naturalidad que la permitida por la rigidez partidista. Más claro: Cuauhtémoc observará las cosas desde una óptica distinta, como ciudadano, y podrá corregir en cualquier momento, sin la tara política de que un gobernante nunca se equivoca. Cualquier persona se equivoca y lo prudente, cuando esto sucede, es corregir.

El nuevo gobierno debe ser implacable con la corrupción del pasado y su titular intolerante con los abusos en el presente; Morelos no aguanta otro saqueo como el cometido por Graco y su familia y los ciudadanos no están dispuestos a aceptar otro sexenio de mentiras y traiciones.

Recordemos que Graco Ramírez asumió el poder del estado con el control absoluto del congreso y el apoyo total del gobierno de la república; el perredista fue por varios años aliado y protegido de Enrique Peña Nieto y aún así las cosas se le complicaron. Cuauhtémoc Blanco asume el mando del poder ejecutivo con un congreso a su favor, pero con un ambiente legislativo muy complicado, con serias diferencias con la dirigencia nacional de Morena y un paulatino alejamiento con el próximo gobierno federal. Las cosas se le van a complicar muy rápido.

Orden, es lo que debe poner Cuauhtémoc Blanco en el gobierno estatal y lo que debe exigir a su equipo.

Justicia es el primer paso que demanda la sociedad morelense al nuevo gobierno; orden es el segundo paso para caminar con éxito.

·         posdata

La del lunes en la Ciudad de México fue una reunión crucial para nuestra máxima casa de estudios; fueron convocados los representantes de la Secretaría de Educación Pública y de Hacienda, el rector de la UAEM Gustavo Urquiza y un grupo de senadores. El objetivo, lo habían anunciado antes el jefe universitario, era salir de ese encuentro con un compromiso concreto de ayuda para resolver la crisis financiera universitaria y levantar las banderas de huelga.

Después de varias horas de discusión las partes se retiraron sin un acuerdo concreto, la UAEM informó a través de un comunicado que las autoridades federales habían dicho que el recurso que solicitaba la universidad de Morelos (640 millones) era demasiado y no podría otorgarse; la contrapropuesta federal fue de 408 millones de pesos y estaba sujeta a la aportación estatal del 50% del dinero.

Ayer al medio día el nuevo secretario de hacienda estatal informó que las finanzas heredadas no permitían apoyar con el dinero solicitado por la UAEM; a menos de 24 horas de haber tomado el cargo Alejandro Villarreal comunicó a la opinión pública que aunque existe la voluntad del nuevo gobierno por ayudar a los universitarios, el estado no cuenta con ese recurso.

El viernes pasado en un tuit lanzado desde su cuenta personal Graco Ramírez celebró públicamente que la federación hubiese destinado recursos extraordinarios para apoyar a la UAEM y afirmó que se había acordado depositarlos el 01 de octubre en la cuenta del gobierno estatal. Lo dicho por el tabasqueño fue falso, nunca hubo tal acuerdo y obviamente jamás llegó tal depósito; su tuit intentó generar expectativa y provocarle un conflicto a la nueva administración de Cuauhtémoc Blanco.

Gustavo Urquiza destacó la “buena voluntad” del gobierno federal par apoyar a la UAEM, pero dejó claro que no habrá recursos de la federación si el gobierno estatal no pone la misma cantidad . Recordemos que hace unos meses Gustavo Urquiza también ensalzaba públicamente la “buena voluntad” de Graco Ramírez para apoyar a la UAEM, pero al final el tabasqueño dejó colgados a los universitarios y sin dinero a nuestra máxima casa de estudios.

La respuesta federal y la local no dejan satisfecho a nadie: ni a los trabajadores, ni a los maestros, ni a los alumnos; será muy difícil que sin recursos se retiren las banderas rojinegras y se retome la actividad universitaria.

El problema financiero de la UAEM es mayúsculo y no se resuelve con “buena voluntad”.

·         nota

El discurso y la integración del gabinete son los primeros puntos por los cuales ha sido criticada la nueva administración; independientemente de la lectura, el contenido del mensaje del jefe del ejecutivo fue obtuso, sin emotividad, sin fuerza, sin nada que valga la pena recordar. Cuauhtémoc Blanco debe ser más cuidadoso de los documentos que le dan y su equipo debe ser mucho (pero mucho) más profesional al momento de preparar las intervenciones del gobernador.

El gabinete tampoco resultó del agrado de muchos, algunos nombramientos generaron polémica, otros podrían caer en ilegalidad y unos más simplemente resultan inexplicables. En el gabinete del ex seleccionado nacional hay varios americanistas y hasta un árbitro panista que en el 2015 (cuando Cuauhtémoc Blanco compitió por la alcaldía) apoyó al candidato del PRD.

Este último caso, el de Gilberto Alcalá Pineda, ha llamado la atención nacional y fue la pieza que algunos medios nacionales tomaron como referencia para destacar al americanismo que milita en las filas del gobierno de Morelos.

Así lo publicó ayer Milenio:

Gilberto Alcalá defiende su puesto en gabinete de 'Cuau'; "no soy un improvisado”

El ex árbitro mexicano dijo que no es nuevo en la política ya que en 2006 fue electo diputado local en Cuernavaca.

El nombramiento del ex árbitro Gilberto Alcalá como secretario de Desarrollo Social en Morelos generó críticas al tratarse de un personaje ligado al futbol mexicano, pues el ex delantero y actual gobernador, Cuauhtémoc Blanco, también otorgó cargos a sus antiguos compañeros en el América, Isaac Terrazas y Germán Villa. 

Al respecto el ex silbante del balompié mexicano defendió su nombramiento  argumentando que la política no es nueva para él, ya que hace 12 años fue electo diputado local en Cuernavaca.

“Yo fui diputado local de 2006 a 2009 y del 2009 al 2012 fui parte de la Secretaría de Gobierno del estado de Morelos. No soy un improvisado, tengo trabajo político, fui diputado local del distrito 2 en Cuernavaca, Morelos, de la 50 Legislatura”, dijo Gilberto Alcalá a La Afición.

Consciente de que en su nueva encomienda deberá atender los problemas más urgentes de la población, Alcalá tomó el reto con "orgullo y responsabilidad”. “Es una hermosísima responsabilidad que me ha conferido el gobernador. Creo que la Secretaría de Desarrollo Social es una parte humana muy importante en este país y el estar designado para esa posición pues me llena de alegría, de orgullo y de responsabilidad”, puntualizó. 

Gilberto Alcalá es un hombre bueno, nativo de Cuernavaca y reconocido por su conocimiento deportivo, pero está muy lejos de ser alguien con experiencia política o en administración pública. La novatez política del ex silbante se nota en su actitud, en sus desplantes y en su postura; está, como dirían los clásicos, mareado en un pequeño y efímero tabique.

Esperemos que el equipo de gobierno que acompaña a Cuauhtémoc Blanco responda a la confianza que en ellos ha depositado el gobernador. Ojalá que en el futuro el slogan de la nueva administración no sea “Ódiame más”.

·         post it

Este jueves viene a Morelos Andrés Manuel López Obrador; la visita forma parte de su gira nacional de agradecimiento.

Será un buen momento para que el gobernador hable con el presidente electo, aclaren puntos y retomen la buena relación que han tenido a lo largo de los últimos meses. Lo que menos necesita Morelos (y su gobernador) es estar distanciado del gobierno federal.

·         redes sociales

Así lo tuiteó Graco Ramírez el viernes pasado:

Mi reconocimiento al Srio. @SEP_mx y Srio @SHCP_mx por haber acordado depositar el 1 de Octubre en Tesoreria del @GobiernoMorelos la contra parte estatal para solventar crisis financiera @uaem Ello ayudará a la normalización de esta querida institución.

Obviamente fue mentira. Ni hubo compromiso ni tampoco hubo depósito.

Además de ladrón y cobarde... mentiroso.

Comentarios para una columna optimista:

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