LIV Legislatura… / Opacidad y componenda / Auditoría Superior
Tania Valentina y otro diputado, se reúnen
en privado con Vicente Loredo, el auditor superior
les entrega información, con la que pretenden blindarse
y blindar a sus cómplices, de otro modo los diputados,
no se habrían dedicado 42 días a hacerse pendejos
A medida que el reloj avanza, la decepción ciudadana crece y el descontento social se atiza desde varios frentes, lo mismo desde la Universidad Autónoma del Estado (UAEM), que desde descentralizados y organismos autónomos claves en la operación del gobierno y su compromiso con la prestación de servicios públicos y el bienestar ciudadano.
El cambio de estafeta en el gobierno del Estado y en el Congreso local, motivó una demanda unánime: cárcel a Graco Ramírez y a todos aquellos que saquearon a nuestra entidad, lo mismo funcionarios colocados para ese fin, por Rodrigo Gayosso, que a los integrantes de la llamada “familia real”, pero también a los diputados que robaron hasta hartarse los recursos del poder legislativo: Francisco Moreno, Julio Espín Navarrete y Hortensia Figueroa Peralta.
Y es precisamente en el Congreso del Estado, en donde Graco dejó sembradas más trampas, con la imposición de diputados de toda su confianza, abanderados por Javier Gacía “El Gato” y, su esquirol de cabecera; la preferida de la familia Ramírez Cepeda, Tania Valentina Rodríguez que, desde la presidencia de la Junta Política, cumple a cabalidad el compromiso de bloquear todo aquello que conduzca a causar problemas legales al tabasqueño más odiado en Morelos.
Basta con revisar lo siguiente: han pasado 42 días desde que se instaló la LIV legislatura local y, hasta la fecha, no se ha molestado ni con el “pétalo de una declaración” a los diputados que se fueron. Me tocó ver a Hortecia Figueroa, valentona y bravucona como es, dando órdenes y a quienes la recibieron, diputados todos, “agachaditos y obedientes”.
La permisiva lentitud en los procesos de entrega recepción y dejar correr el reloj, para que los plazos fatales se cumplan y dejar impune el robo de los “jefes del cártel de Matamoros”, es una clara señal de que ya hubo arreglo y ese, sólo pudo darse al más alto nivel, para que se haya generado un muro de silencio, cómplice y corrupto, que permita a los que recién concluyeron, hace 42 días, que se vayan tan tranquilos.
OPACIDAD Y COMPONENDA
El proceso de entrega recepción en el Congreso del Estado, avanza a paso de tortuga, se hace tedioso y engorroso; los integrantes de la legislatura se distraen en estupideces, como la de cambiar nombres a las calles de la Ciudad, dejando de lado todo aquellos a que se comprometieron, especialmente lo que tiene que ver con la transparencia.
No hay un solo diputado que haya hablado de la nómina de pensiones y jubilaciones doradas que heredaron los que se fueron; el ejemplo a la mano es el de la diputada Ana Guevara Ramírez, a quien se le reconoció haber trabajado desde los 15 años de edad, en el ayuntamiento de Puente de Ixtla, propiedad todavía de Julio Espín. Esa mujer, relacionada (me dicen que en condición de amasiato) con Jaime Álvarez Cisneros, ahora participa en la revisión del proceso que la benefició, a pesar del conflicto de intereses.
Nadie, absolutamente nadie en el Congreso ha tomado con seriedad aquello a que se comprometieron, en cuanto a echar abajo las jubilaciones doradas, de ninguno de los 3 poderes, municipios y organismos descentralizado o autónomos. El desencanto social crece a una velocidad vertiginosa y voltean a ver el edificio del Vergel, como un elefante blanco, inservible y corrupto.
Más:
Habilidosa, vividora y traicionera como es, la diputada Tania Valentina Rodríguez asumió el control de la porquería, que sólo sirve como agencia de colocaciones y basurero de corruptelas, centro de operación y corrección de raterías, especialmente en los ayuntamientos para arreglar cuentas públicas, denominado Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización, cuyo titular, José Vicente Loredo Méndez, se ha enriquecido hasta la locura; gracias “al arreglo de cuentas” en los ayuntamientos. “Loredo tiene casas de fin de semana en Acapulco, Cancún y… San Diego, California… ¿De dónde sacó el dinero?... Sencillo, del arreglo de cuentas en las tesorerías municipales”, me confió una persona cercanísima a él y a Tania Valentina.
Hoy, la diputada presidente de la Junta Política, Tania Valentina trae amenazado a todo mundo, con dar a conocer desvíos millonarios en los ayuntamientos; ilícitos que sólo se conocen entre una burocracia dorada de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización y, claro, que conocen también dos o tres diputados. Nadie más.
Parte de los arreglos entre Tania Valentina y algún (os) legisladores más, es que Juan Carlos Sánchez Romero, el coordinador de auditoría y colaborador consentido de Vicente Loredo, se vaya al Congreso del Estado, a una dirección general, como pago de favores hechos a algunos alcaldes, a los que "arregló" sus cuentas públicas y hoy despachan en la LIV Legislatura local.
Tania Valentina y otro diputado, se reúnen en privado con Vicente Loredo, el auditor superior les entrega información, con la que pretenden blindarse y blindar a sus cómplices, de otro modo los diputados, no se habrían dedicado 42 días a hacerse pendejos