El aeropuerto, la consulta y el falso dilema
El 13 de noviembre de 2015, días después de la presentación del “proyecto alternativo de aeropuerto”, se reunieron, entre otros, varios representantes de Morena, el ingeniero José María Riobóo y el ingeniero agrónomo Sergio Samaniego Huerta, un grupo amplio de funcionarios federales encabezados por el secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo Ruiz Esparza, además de Roberto Kobeh, director general de Seneam y que acababa de presidir la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI); el doctor Bernardo Lisker-Melman, director de Mitre, y Carlos González, especialista en Manejo de Control de Tráfico Aéreo de la OACI.
Según la transcripción de aquella reunión a la que tuve acceso, la exposición del proyecto alternativo la hizo Samaniego Huerta, cuando terminó, Carlos González le preguntó: “¿Ustedes hicieron (análisis) técnicos en cuestión de aeronáutica?
Samaniego: “Hicimos una consulta o varias consultas a pilotos aeronáuticos que han estado trabajando, que han volado y han estado en Santa Lucía y ellos han incluso volado aviones. Ellos son los que nos han alentado a decir que esta posibilidad es muy factible, que no le ven ningún problema y sentíamos nosotros que no lo podría tener, aquello han dicho que funciona. Ellos son los expertos, son los que nos han aconsejado.
“¿No hay estudios?”, preguntó Ruiz Esparza.
Riobóo: “No. Tenemos consultas, una serie de consultas”.
González insistió en la necesidad de estudios técnicos de varios tipos.
Riobóo: “Bueno, las personas que les consultamos nos dieron varias explicaciones que se salen de nuestro conocimiento, con base en las cartas de navegación, incluso las presentaron y decían que eso era muy factible. Desde luego, esas cartas hay que modificarlas por la intensidad, el flujo aéreo que habría en la nueva instalación de Santa Lucía, eso es lo que ellos decían, pero el meterse a fondo, no hemos tenido ni tiempo, ni recursos para hacerlo, ni vamos a hacerlo”.
Hoy sabemos que no se hicieron esos estudios. No sabemos si el proyecto alternativo es viable. La consulta no es entre dos opciones, es realmente un referendo sobre Texcoco, uno que se debió hacer hace varios años. Pero haría bien el próximo gobierno en presentar la consulta como lo que es.
¿Cómo se decide un megaproyecto de infraestructura y cómo se decidió el actual? A eso dedicaré las siguientes dudas razonables.
Mañana: lo que aquel día dijo Mitre.
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