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COORDENADAS

¿Todo el poder a los soviets?

Tal vez usted ni se enteró, pero el 26 de junio de 2016 se realizó una consulta popular para definir la construcción del aeropuerto.

Quienes votaron a favor de seguir con el proyecto fueron el 55.2 por ciento de los que acudieron a la consulta y los que se opusieron a seguir con el proyecto tuvieron el 41 por ciento de los votos.

Al final, el presidente de la República optó por no hacer al caso al resultado de la consulta y tomó la decisión de cancelar el proyecto, asumiendo los costos políticos de esa determinación.

El pequeño detalle es que no se trataba del proyecto de Texcoco, sino del aeropuerto de Notre Dame des Landes en Francia.

La consulta popular fue organizada durante la gestión de Holland y cuando llegó al gobierno Macron, decidió ignorar los resultados de esa consulta y optar por lo que, a su juicio, resultaba mejor para el país.

Otro aspecto interesante es que la discusión respecto a la construcción o no de ese aeropuerto llevó ¡40 años!

No es inusual que las grandes obras de infraestructura produzcan debates enconados entre diversos sectores de la sociedad, pues es frecuente que se afecten intereses y se confronten visiones de la sociedad.

Y tampoco es inusual que haya consultas que se utilicen como insumos para que los gobiernos puedan tomar sus decisiones.

Lo que resulta inusual es que un presidente electo vaya a tomar una decisión exclusivamente sobre la base de una consulta que no tiene controles, donde no hay mínimos de participación y que se realiza al margen de lo que las leyes definen.

La impresión que existe es que la consulta (pues ya se definió que la encuesta, se realice o no, será irrelevante) pretende reducir el costo político de una decisión ya tomada.

En este espacio le explicaba hace algunas semanas que todo parecía indicar que AMLO buscaba en la consulta el mecanismo para justificar frente a sus adeptos la decisión de continuar con el proyecto de Texcoco.

Sin embargo, por lo que sabemos del diseño de la consulta, es claro que el sesgo que tendrá la votación será opuesto a Texcoco.

Aunque hoy pareciera que el tema principal es el del aeropuerto, en realidad el asunto de fondo tiene que ver con la forma de tomar decisiones de políticas públicas.

Y todo apunta a que el asunto del aeropuerto apenas va a ser el ejemplo de las decisiones que habrán de tomarse.

Aunque el tema del aeropuerto es muy importante, lo más relevante no es lo que se defina en esta materia, sino el rol que va a adquirir el proceso de consulta cuando de otras decisiones se trate.

Imagine por un momento, que el tema es que la ‘Cuarta Transformación’ dure demasiado poco y que se pretenda que mejor se consolide con un lapso más prolongado, como 12 años. Si la lógica fuera la misma, no importaría que 100 mil personas participaran en esa consulta. Se consideraría legitimada la decisión.

Ojalá que no se caiga en la tentación de creer que la democracia directa puede sustituir a la democracia participativa.

En ese caso, recordaríamos la consigna: “Todo el poder a los soviets”, que marcó la historia del mundo el siglo pasado.

Ámbito: 
Nacional