La Rosario... ¿de Amozoc?
Ayer se dio un ejemplo ilustrativo de la miserable propensión a los linchamientos en sectores políticos y sociales durante la comparecencia de la secretaria Rosario Robles ante la diputación federal.
Ignorantes del nuevo sistema acusatorio y el principio de la presunción de inocencia (que proviene de la Roma del siglo III), legisladores de Morena y contlapaches (sobre todo mujeres enchiladas) de partidos revanchistas y rijosos arremetieron en su contra basándose en insinuaciones periodísticas, no en acusaciones formales, propaladas como “la estafa maestra” por el supuesto saqueo de 7 mil millones de pesos.
De nada sirvió que Robles les dijera que vive en la casa de siempre o se hurgue en sus cuentas bancarias y que no haya un solo contrato de Sedatu o Sedesol con empresas fantasma para desviar recursos a través de convenios con universidades.
Prevenida como estaba de que “mentir al Congreso puede tener consecuencias”, se sostuvo en que ese dinero “no está desaparecido, llegó a esas instituciones...”.
Si mintió, sus excitados victimarios la tienen fácil: demostrar que Rosario es ladrona.