Un tipo y una tipa de cuidado
La rabiosa embestida en San Lázaro contra Rosario Robles da idea de la vileza en que grotesca pero gozosamente caen quienes, a falta de aptitudes productivas, pepenan lo que sacie su hambre en el muladar de la política.
De los más ruines: los linchadores Gerardo Fernández Noroña y Martha Tagle.
Juzgándola cínica y desvergonzada, al primero le pareció “intolerable” la serenidad que la señora mantuvo frente a las arteras acusaciones de corrupción que se le hacían.
A la segunda le ardió que Robles le recordara el respeto a las mujeres que la feminista ha venido enarbolando.
Incapaz de rebatir el comentario de la compareciente respecto a que únicamente y sin prueba alguna se le mencione a ella entre todos los titulares de 11 dependencias y ocho universidades (“se puso el nombre y la cara de una mujer y eso se llama violencia política de género”), Tagle se salió por la tangente: “No te equivoques, Rosario”, le dijo, insistiendo en acusarla de formar parte de una “red de corrupción”.
A la misógina actitud de Fernández Noroña y sus injuriosos ataques personales, lo mejor es jalarle la cadena.