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VIDA POLÍTICA

SÁLVESE QUIEN PUEDA, PORQUE LA CRISIS UNIVERSITARIA, NO TIENE PARA CUANDO…

 

Hoy se cumple un mes de huelga al interior de la Universidad Autónoma del Estado y la situación empieza a causar preocupación entre los estudiantes, quienes exigen a sus autoridades informes sobre qué ha pasado y en dónde están atoradas las negociaciones.

Los integrantes del Sindicato Independiente de Trabajadores Académicos, también ya empiezan a cansarse y hay quienes aseguran que su movimiento es un fracaso, tantoque prefieren regresar y aunque sea cobrar una catorcena de lo que les adeudan.

La preocupación es mayor porque prácticamente la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, está a punto de bajar la cortina y cerrar sus puertas, por fin de sexenio al quedar un mes y 11 días de la administración federal.

El gobierno del estado está dispuesto en apoyar con el adelanto de participaciones a los universitarios con 140 millones de pesos, a pesar de haber heredado un quebranto financiero por parte del exgobernador Graco Ramírez.

Sin embargo, de darse ese dinero serviría para pagar las tres catorcenas pasadas, porque la nómina y gastos que mantiene la máxima casa de estudios son por cerca de 100 millones mensuales.

De hecho, hoy la máxima casa de estudios ya no recibirá aportaciones del gobierno federal, porque hubo adelanto del suministro económico y lo único que queda es esperar al próximo Presidente de la República y el presupuesto del año 2019.

Esta es la realidad de la UAEM y es por ello que la preocupación de la comunidad universitaria, sobre todo los trabajadores de base cuyo salario mensual no supera los ocho ml pesos y un 95 por ciento son cabeza de familia.

Hay una severa crisis económica en el alma mater morelense que tiene trasfondos personales y partidistas, que no solamente es culpa del exgobernador Graco Ramírez y la exsecretaria de Educación, Beatriz Ramírez Velázquez.

Por ello la Secretaría de Hacienda y Crédito Público exige también que haya una auditoría, porque la UAEM en los últimos seis años recibió recursos extraordinarios, para diversos proyectos administrativos, académicos y de investigación.

El rector Gustavo Urquiza Beltrán tiene un gran peso sobre su cabeza, porque la huelga universitaria afecta a todo el estado de Morelos, como lo han planteado también dentro de la iniciativa privada.

El que uno de los más de seis mil trabajadores universitarios deje de percibir su salario afecta a todo un entorno social, primero el de su familia y posteriormente a quienes paga servicios o bien los que les proveen de diversos artículos.

La crisis universitaria está reflejada en los transportistas, en la industria, en los comercios y en el mismo gobierno estatal porque para salvar el semestre de más de 43 mil estudiantes tiene que pensar de cómo apoyar una institución educativa.

Mientras tanto al interior de la UAEM hay la guerra sucia, el encono entre sindicatos de trabajadores administrativos con los académicos, entre exservidores universitarios con los actuales.

En esta guerra sucia vuelve a surgir el nombre del exrector Alejandro Vera Jiménez, a quien señalan ser también participe de la crisis universitaria no por sustracción de recursos económicos, sino por una mala administración y exceso en los gastos.

La huelga iniciada por los académicos también los ha dividido a éstos porque hay quienes plantean que por intereses personales del dirigente del SITAUAEM, Mario Cortés Montes, se llegó al paro laboral.

El paro total del labores, dicen que fue para reelegirse una vez más y de forma sempiterna en la secretaría general de la organización gremial, porque también le ha generado dividendos.

Es una mala señal ver la división universitaria, cuya comunidad durante décadas ha sido de unidad y establecer nuevos planes de desarrollo, como de investigación y estar del lado del pueblo.

Un ejemplo es que hoy los universitarios a través de sus facultades de Medicina y Enfermería caminarían por todo el territorio morelense, para colaborar en la Semana Nacional de Vacunación.

Los alumnos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias estarían en los campos, apoyando siempre al campesinado, al igual que de otras facultades más que también realizarían trabajo social.

Sin embargo, la realidad es triste: hay una huelga sin visos inmediatos de solución porque también para los gobiernos es mejor salvar carreteras privadas o partidos políticos en crisis, que abonarle al aspecto educativo.

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