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TERTULIA POLÍTICA

 
Encuesta y responsabilidad
 
“Si queremos que todo siga como 
está, es necesario que todo cambie” / 
El Gatopardo / Giuseppe Tomasi di Lampedusa
 
Pedro Martínez Serrano
Lo que hoy ocurre con la decisión de mantener la construcción del nuevo aeropuerto en la Ciudad de México, en Texcoco o, dejar de lado esa inversión multimillonaria y redireccionar el proyecto a la base aérea de Santa Lucía, es un tema profundamente preocupante, más aún porque con el pretexto de que “el pueblo es sabio”, se “pone en sus manos” una decisión que debería tomar un jefe de estado (Andrés Manuel López Obrador), asesorado por especialistas, no por ancianos ocurrentes, irresponsables y bravucones, precisamente como el próximo Secretario de Comunicaciones y Transportes, el corrosivo Javier Jiménez Espriú.
        El tema de la encuesta que se realiza en las zonas de cultivo electoral de Morena, me parece que es una puntual reedición del Gatopardo, la novela del italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa que concluyó con el dibujo a mano, puntual, como fotografía de lo que hoy ocurre en México, barnizada con el estilo ocurrente, bravero y difamador de Andrés Manuel: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”.
        Y efectivamente, el tabasqueño está cambiando las formas, pero en el fondo avanzamos vertiginosamente a un retroceso político de cuando menos medio siglo, a los tiempos del populismo y la quiebra moral, que encabezó Luis Echeverría Álvarez, pero también más allá, al momento del Maximato, cuando Plutarco Elías Calles decidía que sí y que no se hacía en el país. Él personificó el poder absoluto, como hoy, la Cámara de Senadores y la de los Diputados Federales, no hacían más que aprobar y aplaudir a gusto del sanguinario general. Eran años de gobiernos dictatoriales.
        El tema del bloqueo y la rabiosa guerra que mantiene Andrés Manuel en contra del presunto nuevo aeropuerto, me parece un tema que se ha conducido en medio de un ambiente irresponsable, bravucón y tendencioso. Se trata de un ensayo monárquico, para evaluar su influencia en el colectivo y su capacidad de movilización de las masas, en el sentido que a sus intereses convenga.
        Lo que es una realidad es que la decisión de continuar o no con la construcción del nuevo aeropuerto, Andrés Manuel deberá tomarla después del 1 de diciembre, a partir de que inicia su periodo presidencial. Lo que hoy hace, no tiene ninguna legalidad, es una movilización irresponsable y tendenciosa, como lo es también vociferar que las grandes decisiones del país, serán consultadas, porque somos muy democráticos.
        Frente a lo anterior, valdría preguntar: ¿Y dónde está el piloto?, porque el avión va en picada en zona de alta turbulencia y parece que no hay conducción, peor aún, el responsable de pilotear la nave, sale de la cabina a preguntar ¿qué hacemos?
        Así las cosas, me parece que Andrés Manuel hace todo a su alcance, para conseguir el objetivo final: “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”.
        Con todo y el apoyo de los 30 millones de mexicanos que votaron a su favor y a favor de quién él ordenó, no es posible que López Obrador evada su responsabilidad de gobernar, porque las consultas, ante los grandes errores del gobierno federal, van a conducir a la disculpa recurrente de que fue la voluntad popular la que ordenó.
        Y no se trata de disculpar a ladrones, asesinos y todo lo que se le quiera agregar, a los integrantes de la socorrida mafia del poder, que se encarcele a medio gobierno federal que está a punto de concluir, porque lo ameritan, pero también que se asuma con responsabilidad el cargo para el que fue electo, que incluye la obligación de Andrés Manuel López Obrador, de tomar decisiones.
Ámbito: 
Local