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OBSERVADOR POLÍTICO

Va Terrazas por el triunfo panista
 
 

Durante octubre pasado, el virtual presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, Marko Antonio Cortés Mendoza, en el hotel Puerta Paraiso, unificó a los panistas. Ahí estuvieron con él -a su diestra-, Juan Carlos Martínez Terrazas y Adrián Rivera Pérez -a su siniestra-, a quienes les pidió unidad y respeto en el proceso interno que tendrá su etapa final este once de noviembre. Hoy, en Morelos, quien tiene prácticamente perdido la elección es quien no le pudo ganar la gubernatura en el 2012 a Graco Ramírez.

 MARKO, EL CANDIDATO AL CEN.- Quien tiene el respaldo de la mayoría de los militantes panistas en el país es Marko Cortés, quien en su visita al estado, logró la unificación de los azules pese a las grandes y severas divisiones existentes en la entidad. Por ejemplo, estuvieron los simpatizantes de los Terrazas al igual que los de la “Sagrada Familia”, los mismos que hoy competirán por la dirigencia estatal panista.

Por ello, y conociendo las graves diferencias entre las dos expresiones, Marko les aclaró que él sería respetuoso y no inclinaría la balanza a favor de nadie y por el contrario, respetará el triunfo a quien obtenga el mayor número de votos en la elección interna.

Ahí, fue claro: “Buscar la unidad entre la militancia” y pugnar por código de ética para que “nunca más un panista difame sin pruebas a otro panista” o incluso, apoyen a aspirantes a puestos de elección popular de otros partidos políticos”.

Su evento fue emotivo, caluroso y provocó la algarabía de los presentes pese a las enormes diferencias existentes lograron estar en el mismo salón por casi hora y media que duró el evento, donde al final, se retrató con todos en señal de unidad.

 

GANA TERRAZAS EL DEBATE.- En Morelos solo hay dos candidatos a la dirigencia estatal del PAN: Juan Carlos Martínez y Adrián Rivera. Antes del debate, el respaldo fue mayoritario en favor de Terrazas, quien incluso salió en hombres al final por sus simpatizantes que han mostrado la fuerza que tiene al interior del blanquiazul. Mientras que Pérez, tiene severos problemas para tratar de convencer a la militancia de que ya no es aquél panista de la Sagrada Familia. Lo cierto es que lo identifican no como un mal candidato sino como un pésimo contendiente.

El debate estuvo interesante para los azules y más cuando se acusaron mutuamente los candidatos, al final, Adrián Rivera, no pudo contestar el señalamiento que le hizo Juan Carlos Martínez Terrazas, de que él estuvo recibiendo 60 mil pesos mensuales durante el sexenio de Graco Ramírez Garrido Abreu para mantenerse al margen de su administración y no criticarlo. Quizá el haber sido compañeros en el Senado de la República en el periodo 2006-2012 provocó ese acercamiento después de que perdió la gubernatura precisamente a manos del tabasqueño.

Lo cierto, es que hoy en día el PAN está fracturado y urge una vez que se defina al ganador este once de noviembre y que como van las cosas, todo hace indicar que mantendrá la jefatura panista por los próximos tres años Juan Carlos Martínez Terrazas, en virtud de que el daño provocado durante décadas por la Sagrada Familia, aún no logra disiparse y ese rechazo, la molestia y coraje aún no se eliminan del todo entre la militancia blanquiazul y peor aún, con Adrián Rivera que no es un mal candidato sino un pésimo contendiente para este proceso interno. No convence, no motiva, no logra ganarse la confianza y al contrario, provoca recuerdos de cuando por décadas, se apoderó de prácticamente todos los espacios cuando tuvieron el control político, económico y administrativo del estado.

¿Y si no, que se lo pregunten a Sergio Alberto Estrada Cajigal Ramírez?

 

SE DESINFLA ADRIÁN RIVERA.- Atrás quedó esa propuesta de quien será sin lugar a dudas su dirigente nacional, Marko Cortés, de que se dieran la mano y se perdonaran los agravios… Esto no sucedió durante el debate panista en Morelos. Por ello, de concretarse el proyecto del Código de Ética que anunció implementar, provocará la expulsión de varios militantes quienes no tendrán empacho en auto flagelarse con las acusaciones que constantemente se hacen los panistas como fue ayer por la noche.

Y es que, en el debate entre Juan Carlos Martínez Terrazas y Adrián Rivera Pérez, insistió, se evidenció lo polarizado que se encuentra el Partido Acción Nacional, contrario a la unidad que tanto pregonan.

Las pláticas y recuerdos antes, durante y después del debate no se hicieron esperar:

“No le bastó ser dirigente del PAN en Cuernavaca y luego en el estado; convertirse en diputado local plurinominal, presidente municipal de Cuernavaca, ser senador y ahora, otra vez, intenta regresar sin importarle lo desgastado y rechazado que ha sido por la militancia panista Adrián Rivera Pérez, quien busca dirigir la dirigencia estatal del blanquiazul”, es lo que expresaban panistas que acudieron al debate.

Y es que a solo días de la elección interna en la que participaran alrededor de cuatro mil militantes, y a pesar de los datos que otorgó su contrincante contra Juan Carlos Martínez Terrazas, por haber perdido en la elección del pasado primero de julio por la ola de Andrés Manuel López Obrador, el de la Sagrada Familia, no se pudo quitar el señalamiento que le hicieron de que cobró durante el sexenio de Graco Ramírez como gobernador, 60 mil pesos mensuales por su silencio.

Adrián Rivera antes de la elección ya se desinfló. Su pasado le pesa mucho. Quizá si le hubieran puesto a un candidato de la Sagrada Familia a Juan Carlos Terrazas pero con menos cola y más preparación, la cosa sería diferente. Rivera Pérez, no se puede quitar de la noche a la mañana todos los errores, abusos y excesos que cometió cuando tuvieron el poder en Morelos. Cuando fueron gobierno, y hoy nuevamente pretenden regresar para seguir haciendo de las suyas. Cómo olvidar la pseudo campaña que hizo como candidato a gobernador, donde quedó en el tercer lugar. Muy por debajo de Graco Ramírez, del PRD así como de Amado Orihuela del PRI. El punto es que dicen que se quedó con el dinero de la campaña porque sabía que iba a perder y por tanto, decidió resguardarlo para evitar echarlo a un pozo sin fondo. Historias rurales de los panistas.

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