Magnífica colección
09 Jun. 2016
Doña Pasita regresó a su casa entrada ya la noche, pues había asistido a la Velación Nocturna. Al entrar escuchó ruidos extraños en la recámara de su hijo, doncel en flor de vida. Entró en la alcoba, y lo que vio la dejó sin habla: el muchacho estaba en la cama con dos chicas cuyos desnudos cuerpos, y el propio, apenas alcanzó el mozallón a tapar presurosamente con la sábana cuando su madre entró en el aposento. Aquello, para decirlo en la expresiva lengua de Molière, era un "ménage ^ trois". No lo sabía la cándida señora, que además nunca había oído hablar del celebrado autor del Tartuffe. Se puso seria doña Pasita y le dijo al muchacho: "No me mientas, hijo. Dime con cuál de esas dos jóvenes estás pecando"... Comentó en el juzgado un tipo: "No entiendo. Cuando hacía feliz a una esposa todos me veían con buenos ojos y era bien recibido en sociedad. Ahora que hago felices a dos me quieren meter a la cárcel por bígamo"... A esa muchacha le dicen "La tierra". Es de quien la trabaja... La mamá de lady Loosebloomers le anunció a su hija que iría a pasar algunos días en su casa. De inmediato lord Feebledick, el marido de milady, procedió a hacer una lista de los platillos favoritos de la visitante. Se la entregó al cocinero y le dijo: "Estos son los platillos predilectos de mi suegra. Si le hace usted uno solo de ellos lo despediré"... En la esquina de la calle una perrita le dijo a otra: "¡Siéntate rápido! ¡Ahí viene el perro ése de la nariz fría!"... Saltillo es ciudad de museos. Más de una veintena se pueden contar, entre ellos el espléndido Museo del Desierto, maravilla de propios y extraños; el Museo del Sarape, donde se exhibe y elabora esa galana gala saltillera; el Museo de los Presidentes, con la biografía de los coahuilenses que han ocupado la Presidencia de la República, y el Museo Casa de Saltillo, que fundé junto con mi esposa en la que fue morada de mis antepasados, y que conserva los muebles, cuadros y objetos de la vida cotidiana de sus antiguos habitantes. En el conjunto de esos recintos culturales destaca por su importancia el Museo de las Aves de Saltillo, riquísima muestra formada por más de 3 mil ejemplares diferentes de aves mexicanas coleccionadas a lo largo de su vida por don Aldegundo Garza de León, sabio ornitólogo y gran naturalista. Ese museo, que fue objeto de una completa remodelación, abrió de nuevo sus puertas ayer en una ceremonia presidida por el gobernador Rubén Moreira y por la secretaria de Cultura del estado, licenciada Ana Sofía García Camil. Conozco a Aldegundo Garza desde los días de nuestra niñez. Ya en aquella época sentía él amor por el campo y por las criaturas que en él viven. Al paso de los años se dedicó particularmente al estudio de las aves. Fue discípulo dilecto de don Miguel Álvarez del Toro, maestro de maestros en ecología y conservación de los recursos naturales. Fruto de aquellos empeños es esta magnífica colección que ha sido vista por más de un millón de personas, entre ellas investigadores venidos de 130 países. Como saltillense orgulloso de su solar nativo le doy gracias a Aldegundo por haber enriquecido a Saltillo con su vida y su obra... Dulciflor, muchacha ingenua, le reclamó a Libidiano, hombre salaz: "Usted me dijo que su coche era convertible, y no lo es". Replicó Libidiano: "Sí lo es, señorita. Tenga la amabilidad de subir al asiento de atrás y verá cómo en un dos por tres la convierto en señora"... Aquel matrimonio se estaba yendo a pique por los continuos pleitos de los cónyuges. La esposa le dijo a su marido: "Quizá si tuviéramos un hijo se salvaría nuestra relación". Acotó, extrañado, el hombre: "Pero si ya tenemos cinco hijos". "Sí -concedió ella-. Pero yo digo uno tuyo"... FIN.