Entre los 29 ex diputados que apoyaron el plan de saqueo de los recursos económicos y materiales del Poder Legislativo, está el empresario y propietario del Partido Verde Ecologista en Morelos, Javier Estrada González.
Este diputado también está perdido porque en la entidad no se le ve y menos ahora porque antes de irse de viaje, cobró un finiquito por 175 mil pesos, por los servicios prestados.
No fue lo único que recibió de dinero extra, también por votar a favor de reformas a la Constitución Política del Estado de Morelos, al Código Electoral, a leyes que beneficiaron y hoy evitan el castigo, la sanción y encarcelamiento de quienes saquearon al estado y entre esos saqueadores está Javier Estrada González.
El colmo del cinismo del exdiputado verdista, fue tener en la nómina legislativa, a una de sus empresas como el Club Hípico de Vista Hermosa, cuyos empleados desconocieron siempre que tenían un salario dentro del sector oficial.
Los negocios del niño verde de Morelos, son bastantes al amparo del poder que otorga una diputación local, entre otros están la quita de impuestos, tráfico de influencias y otros más.
¿Y qué aportó para el pueblo de Morelos Javier Estrada González?, absolutamente nada, solo gastos y quedarse etiquetado con una G mayúscula en la frente, la de pertenencia a Graco Ramírez.
Pero no sólo a Graco Ramírez, habrá que recordarse que siempre dentro del Poder Legislativo hubo un diputado 31 y responde al nombre de Rodrigo Gayosso Cepeda, quien no solo decidía qué hacer al interior del recinto Legislativo, sino también ordenaba.
Entre los principales sirvientes de Rodrigo Gayosso, están Julio Espín Navarrete, el lambiscón de Francisco Moreno Merino, la mitómana de Beatriz Vicera Alatriste y Hortencia Figueroa Peralta.
“El jefe” era como hasta el mismo Javier Estrada Cajigal nombró a Rodrigo Gayosso Cepeda, con quien también hizo negocios en los que hubo sumas millonarias en ganancias, obviamente provenientes de los recursos públicos.
El voto del Partido Verde al interior de la pasada Legislatura local era más caro que el de Nueva Alianza o el Partido Socialdemócrata, incluso los berrinches de Javier Estrada provocaron que sostuviera un desencuentro con el entonces presidente de la Mesa Directiva, Francisco Moreno Merino, tanto que por ambas partes vinieron las amenazas de muerte.
La Quincuagésima tercera Legislatura local, fue de negocios, de competencia para ver quién lograba sacar más dinero para su beneficio personal, o más plazas para inducir a la nómina a supuestos trabajadores y como Javier Estrada González tener mayores ganancias de las fuentes laborales.
Es por ello que actualmente hay un quebranto financiero dentro del Congreso local, en donde los cheques firmados por Francisco Moreno Merino, Beatriz Vicera Alatriste y la misma Hortencia Figueroa eran proporcionados sin problemas a los diputados.
Bastaba con una llamada telefónica o un whatss app para que de inmediato la entonces tesorera del Poder Legislativo, Patricia Bandera Flores, realizará las transferencias o los documentos bancarios a los diputados.
El saque a las finanzas públicas en su participación, Javier Faustino Estrada González logró sacarle la gran tajada al pastel, aunque nunca tuvo la cereza porque esa estaba aparatada para “El jefe”, quien trató a 29 diputados como sus trabajadores domésticos.
Quizá por todos los sobornos, extorsiones y abuso de poder en que incurrió Javier Estrada González ahora tenga su residencia en Benito Juárez, o bien en la península de la Florida.
Cuernavaca para el exdiputado del PVEM ya es su pasado, en donde solo tiene negocios y de ellos se hacen cargo otros que le rinden informes a fin de evitar el linchamiento crítico popular.
Sin embargo, el cinismo del ex diputado lo puede hacer volver a Morelos en tres años más, para que con las condescendencias de la democracia mexicana, pueda ocupar una curul, por milesima ocasión, sin tener que pedir el voto de una sociedad que jamás lo olvidara por haber sido parte de Graco y sus 40 ladrones