El abogado del diablo
Siguiendo el guion de una película, o de una de esas series de televisión de narcos tan de moda en nuestros días, el abogado del Chapo Guzmán levantó la mira de su fusil y disparó contra el expresidente Calderón y el presidente Peña Nieto.
El abogado los acusó de recibir sobornos del Cártel de Sinaloa cuyo jefe real es el Mayo Zambada, y no el Chapo que en realidad no tenía un rango importante.
Planteó así su estrategia de defensa: presentar al Chapo como delincuente menor, el capo es el Mayo quien sobornó a las autoridades mexicanas del más alto nivel.
Los personajes aludidos ya respondieron sosteniendo su inocencia.
Quedó claro, no obstante, que la defensa convertirá en un circo la corte de Nueva York, pues el juicio apenas comienza, y va para largo.
Teléfono descompuesto
No estaría de más que los integrantes del equipo del Presidente Electo se tomarán un cafecito, o dos, para delimitar responsabilidades.
Están hecho bolas por ese virus compartido del protagonismo. Todos quieren salir en los medios y llevarse una nota importante.
Ayer a lo largo del día se metieron en dimes y diretes sobre si Donald Trump vendría o no, a la toma de posesión de López Obrador.
La última afirmación es que no viene y que mandará al vicepresidente Pence, que era lo que se había dicho desde el principio.
Lo cierto es que una eventual visita de Trump complicaría mucho las cosas, lo mejor es que se quede en la Casa Blanca jugando con su teléfono celular.
Fraude a la Constitución
La Ley de Seguridad Interior está a punto de descarrilar.
Al menos seis de los 11 integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación la han encontrado anticonstitucional.
Si en las próximas horas otros dos ministros la descalifican habrá que cantarle Las Golondrinas.
Lo malo es que la actuación del Ejército en las calles cumpliendo tareas de seguridad pública seguirá sin cobertura legal.
El gobierno federal y sobre todo los integrantes de la anterior legislatura quedarán muy mal parados pues confeccionaron una ley que a decir del ministro Arturo Zaldívar es un fraude a la Constitución. Una declaración durísima.
Habrá que comenzar de nuevo. El nuevo gobierno está a favor del regreso del personal militar a los cuarteles, pero todavía no tiene claro con qué lo sustituirán.
El pretexto
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México se escuda detrás del pretexto de persecución en flagrancia.
Así justifica la irrupción de la policía capitalina en el Estado de México que dio lugar a una movilización popular que paró por 20 horas la carretera México-Pachuca, que es clave en la movilidad metropolitana.
Los policías capitalinos perseguían a delincuentes que habían robado mil quinientos pesos en una gasolinería y terminaron ocasionando pérdidas millonarias por las protestas.
El bloqueo no lo resolvió la policía capitalina, sino la PF que tuvo que entrar al quite.
Amieva dice que investigan y que detectó la presencia de grupos de infiltrados. Si no presenta pruebas se considerará un pretexto.