Afinando detalles
En la foto, el Presidente Electo reflexiona.
A pesar de estar en la sala de su casa, no se ha quitado ni el suéter ni el saco. Acaso piensa que de ahora en adelante tendrá que ser más cuidadoso con su imagen.
Lo escucha con gesto amable, incluso con una media sonrisa, sentado en el filo de un sillón continuo, el Presidente en funciones.
De la información disponible se desprende que acaban de comer y acaso pasaron a la sala a tomarse una copita digestiva, desempance le llaman.
El Presidente Electo se ve preocupado mientras que el Presidente que se va parece relajado, lo que es muy comprensible. Están ultimando detalles de lo que ocurrirá el primero de diciembre.
El gesto de que el encuentro haya sido en el domicilio particular del Presidente Electo es una muestra de calidez. La transición fue, en efecto, contra todos los pronósticos, de terciopelo.
El blues de los guaruras
¿Pueden los funcionarios públicos andar por la vida sin escoltas?
La respuesta es que sí pueden, sin mayor problema. Tenerlos es parte de los usos y costumbres de la clase política mexicana.
A más guaruras mayor rango de poder, se pensaba.
Si tiene tantos como para conformar un convoy que intimide a los automovilistas en las calles de la ciudad, pues tanto mejor.
Son una parte de los excesos que la sociedad ya no está dispuesta a tolerar.
Claro que hay funcionarios del área de seguridad que desde luego requieren protección especial, eso no está discusión, pero la mayoría tiene escoltas como alarde de soberbia.
200 elementos de élite del EMP comisionados para cuidar funcionarios regresaron a sus cuarteles. Fin de una era.
Huella profunda
El comisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla, defiende a la corporación a su cargo hasta el último día.
Durante la última sesión del Comité de Control y Desempeño Institucional, ante los principales mandos operativos y administrativos de la corporación, Manelich dijo estar convencido de que las cosas se hicieron bien.
Desde la perspectiva del comisionado, la PF deja una huella muy importante en la vida institucional del país.
La corporación tiene los niveles más altos de percepción de eficacia entre los ciudadanos, gracias al trabajo cotidiano de todos sus elementos.
Justicia, a consulta
Fortalecer las instituciones de procuración e impartición de justicia en el país es un paso indispensable para comenzar a salir del barranco en el que caímos.
Profesionalizar a ministerios públicos y jueces, ajustar las piezas del debido proceso, cerrarle los atajos a la impunidad son medidas laboriosas, poco lucidoras, pero indispensables.
Por el contrario, anunciar que se pondrá a consulta ciudadana si se investigan o no probables hechos de corrupción de exfuncionarios, en particular de quienes ocuparon la Presidencia de la República, es un acto de voluntarismo que debilita el entramado institucional.
Claro que las venganzas políticas sólo enrarecen el ambiente. Nadie las pide.
Pero que la gente decida, por simpatías o antipatías, a quién se investiga, nada tiene qué ver con justicia, es grilla.