Congreso; rebelión en la granja
El G9 es un bloque parlamentario que se formó en el congreso de Morelos con un objetivo concreto: dinero y poder. Los legisladores que lo encabezan quieren cien millones de pesos y el control del parlamento. La pregunta es ¿Cederá el gobernador al chantaje?
Muy temprano algunos diputados han dejado claras sus intenciones en el parlamento: el bloque de 9 legisladores que formaron Tania Valentina y Pepe Casas ha paralizado la legislatura y busca arrinconar al gobernador en la negociación presupuestal. Lo de fondo en esta historia no es, como lo han dicho, el respeto al proceso parlamentario; ni siquiera podríamos suponer que es un clan pro Graco o anti Cuauhtémoc, lo que vemos es un jaloneo por dinero y poder. Si el gobernador se dobla en esta primera embestida, los diputados le tomarán la medida y así será la relación durante todo su sexenio.
Desde hace mucho tiempo se advirtió el error que cometieron los estrategas del régimen al apostar por Tania Valentina como operadora parlamentaria; la historia de la dama le precede y su forma de actuar en política es conocida por todos, excepto por quienes recién desempacaron en el estado.
Era cuestión de tiempo para que la dupla Valentina-Casas hiciera de las suyas y ya sucedió: los diputados en cuestión empezaron a armar un bloque disidente tomando como trinchera al PT y como aliadas a quienes representan los intereses del sexenio pasado: Rosalinda Rodríguez Tinoco, esposa de Matías Quiroz Medina, Naida Josefina Díaz Roca, esposa de Julio Yáñez y Ana Cristina Guevara, amiga de Jaime Álvarez Cisneros.
Lo que vemos es un duelo económico y de poder, lo que Tania Valentina y Pepe Casas quieren es obtener el control total de la cámara de diputados y el manejo de la chequera del parlamento; sus argumentos son válidos, aunque no sus intenciones: Alfonso de Jesús Sotelo, el presidente de la Mesa Directiva, ha sido incapaz de mantener la gobernabilidad al interior del poder legislativo, protege los intereses de la legislatura anterior y ha demostrado ser incapaz política y neuronalmente.
La 54 se perfila como una legislatura peor que la pasada: rápidamente han dejado ver sus intereses económicos y casi de inmediato comenzaron a actuar con el mismo pragmatismo que sus antecesores; la diferencia es que esta veintena de representantes populares no tienen experiencia política ni preparación profesional, aunque si los mismos gustos de poder y ambiciones económicas que sus precedentes. Digámoslo así: son igual de corruptos, pero burros.
Para el ejecutivo es una pesadilla tratar con un parlamento donde no hay liderazgos ni convicciones, donde no existe un personaje a partir del cual se pueda construir un proyecto de estado o en quien simplemente puedan confiar. Por supuesto que hay algunas damas a quienes habría que observar con atención a pesar de su novatez o su partido político (Alejandra Flores, Ariadna Barrera o Rosalina Mazari son algunos ejemplos), pero por el momento ninguna de ellas está en condiciones de tomar un rol principal o asumir el liderazgo de la cámara.
El duelo que vemos hoy es burdo, más incluso que los que vimos con Graco Ramírez. En el pasado reciente los legisladores vendieron su alma al ejecutivo a cambio de dinero y a partir de ese acuerdo hicieron todo lo que les pidieron. Hoy el G9 quiere provocar una condición similar, pretenden arrinconar a Cuauhtémoc Blanco y llevarlo al punto de ceder en todas las peticiones económicas que les hagan; es el regreso del Pago por Evento, pero ahora con el mango del sartén del lado del congreso.
Ceder en este primer intento de extorsión es muy arriesgado para el gobernador, Tania Valentina y Pepe Casas quieren dinero y poder, buscan entronarse en el poder legislativo y de lograrlo, conseguirán arrinconar a Cuauhtémoc Blanco en esta y todas las decisiones futuras. Insisto: si el jefe del ejecutivo cede en este chantaje, quedará expuesto por el resto de su sexenio.
Los diputados del G9 tratan de acorralar al gobernador aprovechando su inexperiencia y la de su equipo, pero olvidan algo: ellos tampoco son expertos. Presionar con no aprobar el paquete económico 2019 es llamativo, pero no fundamental; si por cualquier motivo no se aprueba el presupuesto, la ley establece que se aplicará el del año anterior y ahí existe una cláusula legal que permite al ejecutivo realizar todas las transferencias económicas que necesite.
Más aún: Cuauhtémoc Blanco tiene muchos elementos para defender su posición en caso de que no se aprobara el Paquete Económico 2019, por ejemplo: 1- Puede referir que no hubo entrega recepción y por lo tanto no le fue posible terminar a tiempo la propuesta presupuestal. 2- Puede hacer pública la demanda del congreso de aumentar su presupuesto a pesar de que son menos diputados, lo cual además de abusivo, contraviene con el discurso de austeridad que impulsa López Obrador.
La promesa de combate a la corrupción que hizo Cuauhtémoc Blanco inicia con el encarcelamiento de Graco Ramírez, pero incluye no repetir las prácticas del gobierno pasado. Ceder al chantaje del G9 no sólo sentaría un precedente imborrable en la nueva relación entre ejecutivo-legislativo, también convertiría al ex seleccionado nacional en lo mismo que ha criticado y en aquello que ha prometido combatir.
Aunque políticamente es llamativo, la amenaza de Tania y Pepe no es tan fuerte para doblar al futbolista. Pero si cede, entonces sí Cuauhtémoc Blanco estaría en problemas.
· posdata
Los números son duros y muestran una realidad desgarradora en Morelos; el conteo es hecho por el Sistema Nacional de Seguridad Pública y expone el número de homicidios o feminicidios que se han cometido en el estado a lo largo del 2018:
Enero 67
Febrero 71
Marzo 61
Abril 57
Mayo 62
Junio 48
Julio 86
Agosto 49
Septiembre 79
Octubre 72
Noviembre 55
Total hasta ahora: 707
¿Qué reflexión merecen estas cifras? ¿Cómo entender la incidencia delictiva y de qué manera calificar la reacción de las autoridades? ¿Se puede defender y sobre todo, mantener la misma estrategia de seguridad con 707 muertes violentas en 11 meses? ¿A qué o a quién enfrenta el gobierno estatal? ¿Ante qué estamos los ciudadanos de Morelos?
La lectura de las cifras se puede hacer de distintas maneras y desde diferentes ópticas, de acuerdo a quien las haga: algunos pueden sentenciar que estamos ante la tragedia misma, el colapso de un sistema rebasado por la delincuencia y un gobierno que ya no sabe cómo enfrentar a los delincuentes; otros dirán que en función de esos números la violencia comienza a bajar y eso anuncia mejores tiempos.
Pero el problema existe y es mayor por donde se vea, el 2018 se convertirá en el año más violento de la historia de Morelos y a partir de ello se tiene que planear el 2019; el combate a la inseguridad es un reto para las nuevas autoridades y su solución no vendrá de los discursos.
Julio, el mes de las elecciones, fue el mes más violento de todo el año, seguido de septiembre y octubre, los meses en los que hubo transición de poderes en el estado. En noviembre el conteo va a la baja, pero habrá que esperar si esta tendencia se prolonga a lo largo de los meses siguientes.
El problema de violencia e inseguridad no es sólo un tema de estrategia, aunque destaca la importancia de la misma; para que la estrategia funcione se requieren de otros elementos que ayuden, como la fuerza policial y la decisión de las autoridades de ir a fondo contra el problema.
El nuevo comisionado estatal de seguridad recién llegó a Morelos y su único objetivo es regresar la paz al estado; José Antonio Ortiz Guarneros fue nombrado por el gobernador Cuauhtémoc Blanco, pero llegó a la entidad enviado por el equipo de Andrés Manuel López Obrador como parte del esquema nacional de seguridad que se apoya en la Marina Armada de México.
Al militar lo acompaña un grupo de marinos que desde hace algunas semanas analizan lo que ocurre en la entidad y realizan un diagnóstico zona por zona; el objetivo es, cuentan, identificar a los grupos delictivos y actuar contra sus operadores bajo un esquema de inteligencia que descabece a los cárteles y evite el surgimiento de nuevas células criminales.
Los números son duros y nada halagadores, es claro que a Ortiz Guarneros le dejaron una bomba de tiempo que incluye a personal que responde e informa a los grupos delictivos, pero también hay la certeza de que al Marino no le mueven los mismos intereses que a su antecesor Alberto Capella.
Un perfil como el de José Antonio Ortiz Guarneros genera confianza, su formación permite pensar que en verdad estará del lado de la sociedad y no se convertirá, como ha sucedido varias veces en el estado y en el país, en cómplice de la delincuencia.
Su reto principal es disminuir los niveles delictivos y acabar con la violencia; para que ello se logre necesita tiempo y eso implica tener de su lado la percepción pública.
Si la CES pierde la batalla de la percepción, la gente se desespera y comienza a hablar de un fracaso en la estrategia, todo lo demás se va a complicar.
· nota
¿Qué pasa si los diputados no se ponen de acuerdo y no aprueban el paquete económico 2019?
Nada.
· post it
Para quienes no han leído la novela de George Orwell, Rebelión en la Granja (Animal Farm), este es un resumen:
Un día los animales de la granja decidieron terminar con el dominio de los seres humanos y toman el poder. En la nueva sociedad todos los animales serán iguales. Pero a medida que pasa el tiempo van apareciendo caudillos, un líder, grupos excluidos... Y bajo el mandato de las nuevas autoridades la mayoría va perdiendo poco a poco sus derechos...
El libro cuenta la historia de una revolución en la que los animales toman una granja y expulsan de ella a los humanos, es una analogía satírica de lo que fue la revolución socialista rusa de la mano de Stalin. Además la novela hace un análisis de la corrupción que puede surgir tras el deseo de poder en cualquier nivel, por lo que incluso sin conocer esa parte de la historia rusa, podemos hacernos una idea de lo que nos quiere enseñar esta narración.
Es un libro corto que va narrando como el discurso de un viejo cerdo les abre los ojos a los animales, les dice cómo trabajan como esclavos y no reciben ningún beneficio; los cerdos lideran una revolución que termina con la expulsión de los humanos.
Al principio todo es color de rosa, pero los principales lideres, Bola de nieve y Napoleón, cada vez pelean más, ambos quieren tener el control de la granja y eso hace que las cosas no funcionen como todos esperan.
El libro es predecible, pero no por ello deja de ser entretenido y revelador; Orwell logra entregarnos un mensaje político en una aparente fábula infantil y una vez más nos encontramos con revoluciones que terminan siendo más tiranas que el régimen contra el que se peleaba y la libertad finalmente se convierte en utopía.
Aquí los cerdos representan la elite y uno llega a odiarlos, pero también guarda rencor hacia los pasivos animales que en su ignorancia no son capaces de ver la forma como siguen siendo explotados, como pasa con los humanos en muchas partes del mundo.
Rebelión en la Granja es una fábula moderna que nos cuenta de forma amable la historia de cómo los animales de una granja se rebelan contra los humanos y crean su propio sistema para manejar el trabajo y las ganancias en la granja, pero al pasar las páginas vemos que las ansias de poder de unos pocos terminan por acabar con los ideales de libertad del resto.
· redes sociales
El tiempo corre y cada día aumenta el desgaste hacia las nuevas autoridades. El amor se acabará antes de que termine la luna de miel.
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