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El regreso de Elba Esther Gordillo al Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, mantiene en jaque a la dirigente estatal de la misma organización, Gabriela Bañón Estrada.
El primero de diciembre es fecha clave para Elba Esther y quienes la apoyaron durante su encarcelamiento, sobre todo en Morelos donde además de darse la traición vino el ataque hacia la maestra.
Los seguidores de la profesora en la entidad ya preparan también la salida de Gabriela Bañón de la Secretaría General, porque su liderazgo ha sido con pésimos resultados para los trabajadores de la educación.
Para muchos es necesaria e indispensable que ya su actual dirigente deje la silla, para volver a la lucha por mejorar las condiciones salariales y de prestaciones sociales.
Hay maestros que observan de la mujer complicidad con el gobierno de Graco Ramírez, sobre todo los jubilados y pensionados a los que por bono de retiro solamente les dieron 25 mil pesos, cuando la cantidad que requerían era mayor.
No son los únicos, los profesores en aula también mantienen sus dudas sobre la profesora, porque nunca ha buscado que les otorguen los materiales didácticos requeridos y muchos tienen que comprarlos de su bolsa.
Los planteles dañados por los sismos, es un asunto de mucho odio hacia Gabriela Bañón porque nunca movió un dedo para su reparación, fueron –en algunos casos- reconstruidos por las presiones de los padres de familia y docentes.
Son muchas las anomalías que hay al interior del SNTE en Morelos, como la baja de salario y quita de prestaciones sociales hacia los trabajadores de la Sección 19 y el maltrato.
Para nadie es desconocido que Gabriela Bañón Estrada es una persona déspota, soberbia y agresiva ante sus compañeros cuando protestan por su escasa capacidad en apoyarlos para resolver sus conflictos.
Pero fue domesticada y aliada en el gobierno anterior, con un sindicato dócil y sin real peso ante las instituciones, situación que ha provocado problemas a los agremiados del SNTE.
La triste realidad es que quien llegue a ocupar la Secretaría General del sindicato magisterial morelense tendrá mucho trabajo, primero devolver la confianza de sus agremiados hacia su dirigencia.
Segundo, buscar el pago atrasado de las prestaciones sociales que dejaron de proporcionar a los docentes, durante el gobierno de Graco Ramírez.
Y tercero, buscar reencontrar el camino por la defensa de las prestaciones y salarios dignos para los agremiados del SNTE, que se perdió.
Pero como el miedo no nada en burro, la señora Gabriela bañón Estrada hoy tiene temor, porque al quitarla de la Secretaría General pierde sus privilegios y la forma ostentosa de vivir, a la que ya se acostumbró.
Los profesores saben que no hay mal que dure 100 años ni pueblo que lo aguante, por eso para los más de 23 mil afiliados que hoy tiene la organización en la entidad les urge un cambio en su dirigencia.
Hoy al interior de la Sección 19 hay una turbulencia, no hay divisionismo y a cambio una sola postura por parte de los profesores en el aula: QUE SE VAYA GABRIELA BAÑÓN.
El cambio es indispensable para lograr estabilizar un sindicato en el que sus integrantes están decididos a replantear sus objetivos, hacerlo más vivo y deje de ser un órgano meramente burocrático o bien una oficina anexa del gobierno estatal, como pasó con Graco Ramírez.
Vienen tiempos de cambio en el SNTE Morelos, quizá en diciembre la señora Bañón ya no estará en una silla desde la que perjudicó a sus representados por intereses personales.