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SERPIENTES Y ESCALERAS

Corrupción heredada… violencia también

 
 

Dos meses después de iniciado el nuevo gobierno estatal las cosas no caminan como todos quisiéramos. El régimen que encabeza Cuauhtémoc Blanco va de un conflicto a otro sin poder definir un proyecto concreto. Conforme avanza el tiempo la paciencia se agota, la confianza merma y los pretextos se acaban.

 

Durante dos meses el discurso de la nueva administración ha sido la corrupción heredada: “Morelos está quebrado” dijo José Manuel Sanz; “Es un Veracruz chiquito” añadió después Alejandro Villarreal. Hace unos días Cuauhtémoc Blanco inició una gira de agradecimiento que le ha servido para prometer nuevamente que meterá a la cárcel a Graco Ramírez y para asegurar que en el estado que gobierna no habrá impunidad. Todavía no hay castigo contra ningún corrupto y ya hay otro tema ardiendo en la agenda estatal: la inseguridad. “La violencia es herencia de la pasada administración” asegura el novel mandatario. Pronto, muy pronto, la paciencia de la gente con el nuevo régimen se acabará.

Graco Ramírez regresó a Morelos luego de un corto autoexilio que le sirvió para recargar fuerzas, para ver las cosas en perspectiva, para analizar el inicio del nuevo gobierno y para advertir que su sucesor es bueno para criticarlo en medios de comunicación, pero ha sido incapaz de proceder penalmente en su contra. El ex mandatario ha recobrado la tranquilidad y ahora luce confiado, seguro de que no le pasará nada y operando para desestabilizar a la nueva administración.

Los últimos días de septiembre y los primeros de octubre, cuentan personas cercanas al círculo del tabasqueño, fueron un infierno para la familia gobernante y sus allegados; las amenazas de proceder legalmente contra ellos y la persecución política que se avecinaba les robó el sueño (ladrón que roba a ladrón), dividió a la familia y a algunos hasta los hizo cambiar de residencia. “Vienen en serio” decían; “Se va a poner cabrón”, comentaban.

Pero con el transcurrir de los días y ante la obvia inexperiencia de la nueva administración aquellos personajes comenzaron a recobrar el aliento y la confianza, se dieron cuenta que sus sucesores son más inexpertos de lo que parecen y su capacidad para acusar está muy por encima de su habilidad para armar jurídicamente un expediente. “Son puros hocicones” dicen.

La esperanza de muchos ciudadanos está fincada en la posibilidad de que el nuevo gobierno actúe contra sus antecesores; para muchos esa sola idea fue suficiente para votar en julio por un personaje que no conoce el estado, que no sabe de administración pública, ni tampoco ha dado resultados en el gobierno. “Meterá a la cárcel a Graco” y eso es suficiente, comentaban. ¿Y si no lo hace?

A la vuelta de dos meses lo que vemos es un gobierno de excusas, funcionarios que insisten en echarle la culpa a otros, pero son incapaces de mostrar firmeza en sus actos contra la corrupción. Es plausible que Cuauhtémoc Blanco reitere que procesará al ladrón, que hable de cero impunidad y sostenga que en su gobierno no habrá perdón ni olvido, pero toda esa palabrería debe estar acompañada de hechos y acciones que demuestren que de verdad habrá justicia.

Y es que además de promesas, hasta ahora no hemos visto nada más de la naciente administración; dos meses han pasado y durante este tiempo lo único que ha sucedido es que se incrementó la violencia, se elevaron los niveles de inseguridad y continúan los conflictos políticos entre poderes.

A sesenta días de que Cuauhtémoc Blanco tomó el control del ejecutivo aún no sabemos hacia donde quiere ir el deportista, todavía no se ha presentado un plan de gobierno, ni tampoco existe (al menos no se conoce) un proyecto de estado que vaya más allá de encarcelar a los corruptos.

Digámoslo de esta forma: encarcelar a Graco Ramírez es la única promesa que hizo Cuauhtémoc Blanco durante su campaña y es lo único que ha repetido a lo largo de dos meses como gobernador; justificaciones es lo único que escuchamos del nuevo gobierno y ello podría entenderse de distintas maneras; pensemos en dos: 1- El combate a la corrupción es lo que más importa al nuevo régimen o 2- No tienen ningún proyecto de gobierno.

Aunque no se han dado cuenta, el tiempo que ha transcurrido es oro molido para la nueva administración; es la etapa más tranquila del sexenio, es el momento en el cual el nuevo gobernador goza de más apoyo y simpatía popular, cuando tiene todo a su alcance y no existe oposición. Poco a poco las cosas irán cambiando: la confianza se evaporará y sus adversarios comenzarán a reagruparse para hacer contrapeso político; como si eso no fuera suficiente ahora hasta su antecesor está de regreso con ánimo de pelea.

La luna de miel del nuevo gobierno con la sociedad no será eterna, muchos calculan que este periodo concluirá con el año y a partir de ahí comenzará un despertar ciudadano que exigirá más, que lo hará de manera más airada y sin la condescendencia de que se trata de una nueva administración.

El gobernador Cuauhtémoc Blanco tiene que definir un proyecto de gobierno que vaya más allá del discurso que hoy ofrece; la promesa de meter a la cárcel a Graco es atractiva, pero cada día menos creíble porque no se ve capacidad de su gobierno para pasar del dicho al hecho. Peor: la ratificación en el cargo de funcionarios claves de la administración pasada y el rol que ha decidido tomar la nueva legislatura vuelve sumamente complicado encarcelar a los personajes centrales del robo cometido en el sexenio pasado.

Al gobernador lo están engañando: le dicen que hay elementos para actuar pero no le muestran nada en concreto; las denuncias que se han presentado no tienen la consistencia jurídica necesaria y muchas de ellas, la mayoría, no procederá. Entonces el ex seleccionado nacional quedará en ridículo, exhibido y considerado cómplice del tabasqueño. Los graquistas lo presumen “Ya hubo pacto, se entregó una buena cantidad de dinero para que no suceda nada”

Las señales de alerta para el nuevo gobierno están a la vista, pero pocos se dan cuenta; la simulación que hubo en el sexenio anterior comienza a repetirse en el gabinete actual.

·         posdata

Las diferencias en el congreso han trascendido la vida parlamentaria y pegan de lleno en la dinámica del ejecutivo; el motín político impulsado por los diputados del PT Tania Valentina y Pepe Casas trastocaron la estabilidad en un poder que aparentemente sería aliado del gobernador.

Hoy el ejecutivo estatal trabaja horas extras no sólo en la elaboración del presupuesto para el siguiente año, mismo que tuvo que comenzar a hacerse de cero a partir del 01 de octubre porque el gobierno anterior se negó a dar información al equipo de transición, sino en el cabildeo político necesario para que el parlamento le conceda una prórroga para presentar el mismo y acepte los términos en que será enviado el paquete económico.

Los problemas son varios: en lo técnico por lo complejo de armar un presupuesto contra el tiempo y sin toda la información necesaria; en lo político porque anímicamente la administración de Cuauhtémoc Blanco pensaba que contaría con el apoyo del congreso y sus aliados, a esos a quienes entregó su confianza, pero fueron ellos los primeros en ponerles piedras en el camino.

Peor aún: en esta dinámica el proceso técnico y político se ha mezclado: los técnicos arrastran la pluma para cuadrar las cifras y también hacen cabildeo con diputados para sacar adelante el tema; los políticos mientras tanto observan a lo lejos porque no conocen a los actores de poder locales, ni tienen relación con ellos y parece que ni siquiera tienen ganas de entrarle al tema.

Hace unas semanas el gobernador se quejaba de los diputados de Morena, los acusaba de tratar de chantajearlo y de servir a los intereses del pasado; hoy vemos que los legisladores de Morena son los que lo respaldan, los que le otorgan su voto de confianza y quienes mantienen una postura institucional. Los que le juegan la contra son otros, los del G9, los que encabeza Pepe Casas.

Los aliados de Cuauhtémoc            Blanco, quienes presumían ser sus amigos, son quienes hoy le detienen las cosas y lo tratan de chantajear.

Así es al política en Morelos.

·         nota

Un buen gobierno como una buena mesa, dicen los cánones, se sustenta en cuatro patas: Finanzas, Seguridad, Política y Comunicación. Si esos cuatro pilares son sólidos, se le puede cargar todo lo demás.

En la de Cuauhtémoc Blanco hay personajes con experiencia y capacidad que pueden ayudar a sacar adelante el enorme reto que la administración tiene por delante; en seguridad han nombrado a un Marino cuya historia profesional da confianza; en materia de política interna hay opiniones encontradas pero prevalece la idea de que la oficina está lejos de ser lo que necesita el nuevo régimen. Veamos algunas áreas más del gobierno:

Alejandro Villarreal es el mejor secretario de Hacienda que Cuauhtémoc Blanco pudo nombrar; el contador ha ocupado esa oficina en dos ocasiones anteriores con dos gobernadores distintos y siempre entregó buenas cuentas. Alejandro tiene experiencia y capacidad, conoce de números, pero también domina los pasillos de poder y sabe cómo se maneja la administración pública. Villarreal no sólo es un hombre con capacidad y talento, también tiene el reconocimiento de propios y extraños y la fama pública de ser honesto, confiable e institucional. Es, sin duda, pieza clave en la nueva administración.

Mirna Zavala se estrena como servidora pública del ejecutivo en una oficina muy importante del naciente gobierno de Cuauhtémoc Blanco; la maestra es una mujer preparada, metódica en su actuar y confiable en su desempeño. La Secretaría de Administración del ejecutivo es un área determinante en el devenir del régimen, ahí se mueven muchos recursos y se definen líneas de actuación que pueden marcar el éxito o el fracaso del equipo. Mirna es leal al proyecto y muy confiable en su actuación.

Alexander Pisa acompaña a Cuauhtémoc Blanco desde el ayuntamiento y en ese tiempo ha demostrado lealtad y compromiso con su proyecto; su llegada a la oficina de comunicación fue natural y carga una enorme responsabilidad estratégica para el futuro de la administración y del proyecto político del ex seleccionado nacional. A Pisa le entregaron un área sumida en el caos, sin recursos y sin proyecto; hasta el momento ha ido sorteando la crisis con saliva, pero pronto la paciencia se acabará. Alex es un buen elemento, pero no podrá manejar la comunicación sin apoyo. Un dato más: los problemas políticos no se resuelven en el área de comunicación.

·         post it

Lo aclara el gobierno estatal, por su había dudas: no hay dinero para la universidad. Más aún: el poder ejecutivo, dicen, no es aval de la UAEM para el pago de los salarios y prestaciones de los trabajadores universitarios.

Este comentario surge porque la rectoría ya informó: no hay dinero para el pago de la catorcena y el proceso de rescate financiero sigue entrampado, es decir, no hay para cuando.

Grave, muy grave, la situación en nuestra máxima casa de estudios.

Grave y triste.

·         redes sociales

En campaña nos dijeron que bajaría el precio de las gasolinas, también los impuestos en la frontera norte del país; nos prometieron estabilidad económica y una moneda fuerte; luego surgió la idea de otorgar amnistía a criminales y ahora nos dicen que se perdonará a los corruptos.

Las primeras tres cosas no pasarán en el corto plazo, pero las segundas dos sí. Parafraseando a Taibo II “Nos la metieron doblada”.

Mañana inicia la Cuarta Transformación de México.

Que sea para bien de todos.

·         es viernes

Hace frio.

Lo bueno es que hoy toca.

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