Los conflictos de Cuauh
Los primeros conflictos que enfrenta la administración de Cuauhtémoc Blanco no provienen de sus adversarios políticos, sino de quienes se suponía eran sus aliados. La traición es algo muy común en la política de Morelos.
A unos días de que venza el plazo de ley (ampliado) para la entrega del Paquete Económico 2019 de Morelos la negociación sigue entrampada y hasta el Obispo ha sido llamado para tratar de mediar en el tema. La diferencia entre el bloque de legisladores que encabezan Pepe Casas y Tania Valentina con gobierno estatal es económica y se reduce a la petición que hacen esos diputados de obtener más dinero. Al congreso local le vale la propuesta de austeridad que hizo el presidente López Obrador y no le importa la honestidad que impulsa la Cuarta Transformación. Los diputados de la 54 son iguales o peores que sus antecesores.
Con la negociación presupuestal el gobierno de Cuauhtémoc Blanco está viviendo un momento político que definirá el perfil y consistencia de la nueva administración; lo que plantean los diputados del G9 no es sólo dinero, también están poniendo a prueba al gobernador y a su equipo: si Blanco se dobla mostrarán debilidad y dejarán ver que será como en el gobierno pasado; si aguanta, sentará las bases de una nueva relación entre poderes, acorde a lo que ha planteado el Presidente de México.
El tema no ha sido sencillo desde ningún ángulo, empezando porque el ejecutivo estatal carece de operadores políticos y desconoce a muchos de los integrantes de la nueva legislatura, por eso los técnicos están haciendo el trabajo de los políticos; peor: Cuauhtémoc Blanco está pagando el gravísimo error de haber otorgado su confianza a diputados que se mueven a partir de intereses económicos y mantienen lazos con el régimen anterior. Si cede al chantaje, insisto, el ex seleccionado nacional no sólo quedará políticamente debilitado, también será exhibido por quien mueve los hilos políticos de los diputados.
La discusión presupuestal es importante no sólo porque en ella va de por medio el manejo financiero del estado para el próximo año, sino porque impacta en la gobernabilidad y pone a prueba al jefe del ejecutivo en un momento clave de su administración. A Cuauhtémoc Blanco se le está acabando muy rápido el bono electoral, su gira de agradecimiento responde a una baja en su popularidad y le sirvió para llenar el vacío de propuestas; el duelo con diputados lo exhibe, lo desgasta y eventualmente puede marcar el fin de su romance con la sociedad.
La fama del futbolista fue importante para ganar la elección, pero no es suficiente para mantener la gobernabilidad en Morelos; a dos meses de que inició su gobierno aún no se ha visto ningún avance o propuesta concreta, por el contrario, se han incrementado los niveles de violencia e inseguridad, se denuncian (pero no se procesan) actos de corrupción y ningún personaje del gobierno actual explica hacia dónde quieren llevar al estado en los siguientes seis años.
Las giras fueron una pasarela que satisfizo el alter ego del mandatario, pero tuvieron poco impacto social y nulos resultados de gobierno; a estas giras acudieron como acompañantes de palo casi todos los secretarios, lo cual hizo que el trabajo de las dependencias se detuviera y todo el esfuerzo institucional se enfocara en actos similares a los de campaña. El gobierno estatal necesita ponerse a trabajar y a los ciudadanos del estado les urge que sus autoridades comiencen a dar resultados; las giras fueron un buen espacio para que el gobernador escuchara y se mantuviera cerca de la gente, pero no sirvió de nada llevar a todo el gabinete.
Hay varios factores políticos y sociales alrededor del mandatario que meten presión a su gobierno y a ellos se añade desde hace algunas semanas el debate presupuestal; lo que se supondría iba a ser una negociación civilizada porque en el congreso local prácticamente no había oposición, se convirtió en una feroz lucha de poder y dinero; los supuestos aliados legislativos del gobernador fueron los primeros en traicionarlo y son quienes hoy tienen puesto el pie sobre su cuello.
Entre las múltiples presiones, el creciente descontento ciudadano, la inseguridad y la violencia, la ausencia de una propuesta de gobierno y el chantaje legislativo, Cuauhtémoc Blanco enfrenta un momento complicado que, insisto, lo pone a prueba como gobernante y afecta de manera determinante la imagen de su gobierno ante la gente.
Muchos de los opositores que dejó el futbolista en el camino observan con alegría la postura de Tania Valentina y Pepe Casas, los ven como el cáncer que romperá la estabilidad del régimen y abrirá las puertas para que los políticos de siempre retornen al poder; presionar al gobierno por el tema presupuestal desgasta al gabinete, expone a la administración, provoca ingobernabilidad y evidencia la falta de experiencia política del jefe del ejecutivo.
Cuauhtémoc Blanco no debe gastar sus fuerzas en este pleito, ni desperdiciar su bono democrático en una lucha estéril; haga lo que haga nunca cambiará la forma de ser de la dupla que encabeza el G9; lo prudente, lo inteligente, sería apostar por una mayoría distinta, por el convencimiento de otros legisladores de ese bloque y el replanteamiento de su confianza en la cámara de diputados.
Como gobernador Cuauhtémoc Blanco necesita hacer política y cuidar la gobernabilidad del estado.
· posdata
El duelo de poder entre el G9 y el ejecutivo también puede modificar las cosas al interior de la cámara de diputados; ahí las y los legisladores tendrán que definir su postura y fijar una posición: respaldan las peticiones de Tania y Pepe o se alinean a las reglas políticas que ha marcado el presidente López Obrador y apoyan al gobernador Cuauhtémoc Blanco.
En este momento las cabezas del G9 tienen el paquete económico como instrumento para presionar y cuentan con el apoyo de un grupo de diputados que se han entusiasmado con la posibilidad de obtener dinero; el siguiente paso de este bloque es conseguir nuevos elementos de negociación, como el juicio político o la revocación de mandato, para seguir presionando al deportista y disfrutar de más dividendos.
Es eso lo peligroso de que Cuauhtémoc Blanco ceda, porque la negociación del paquete presupuestal es sólo el primero de muchos pasos que daría el G9 si obtiene lo que quiere; ya lo vimos en otros momentos con otras legislaturas y gobiernos cuando los diputados jugaban con la estabilidad y chantajeaban al ejecutivo a cambio de protección. Marco Adame, por ejemplo, fue víctima de principio a fin de este tipo de extorsiones políticas y fueron sus propios diputados y sus funcionarios (como Oscar Sergio Hernández y Javier López) los que promovían el chantaje económico.
En la Legislatura 54 tendrán que definir cuál es el rumbo que pretenden dar a su gestión, una opción es económica como lo plantea el G9 y la otra es política: si apuestan por lo primero habrá dinero para los diputados, pero difícilmente tendrán futuro político; si deciden actuar en congruencia con lo que prometieron en campaña podríamos ver una generación distinta de políticos, con vigencia y carrera más allá de su periodo.
La pauta que ha marcado Andrés Manuel López Obrador no deja espacio para dudas: quienes estén con él y con su proyecto tendrán que asumir sus compromisos y seguir sus lineamientos; casos como el de Morelos serán revisados a nivel nacional y la presión también vendrá desde allá.
Desde ahora algunos diputados morelenses están definiendo su futuro.
· nota
La clave de un gobierno exitoso es el equipo que acompaña a su titular; en el caso de Morelos estamos frente a un gabinete conformado en su mayoría por quienes desde hace tiempo apostaron por el proyecto político de Cuauhtémoc Blanco. La pregunta es ¿Tendrán capacidad de sacar adelante sus áreas?
Guillermo López Ruvalcaba es un viejo militante de izquierda que por muchos años estuvo en el PRD, siempre cerca de Graco Ramírez. El nuevo titular de la secretaría de agricultura conoce esa oficina, la ocupó en el gobierno de reconciliación de Jorge Morales Barud luego de la caída de Jorge Carrillo Olea, precisamente como cuota política de Graco Ramírez. Hace algunos meses López Ruvalcaba dio el salto a Morena y de ahí se pasó al equipo de Cuauhtémoc Blanco; el ex perredista es un político grillo, no muy congruente de ideales y fue poco eficiente la primera vez que ocupó esa dependencia. Veremos que tal lo hace ahora.
La secretaría de Desarrollo Social de la nueva administración quedó en manos de un hombre cercano al gobernador; Gilberto Alcalá Pineda conoce a Cuauhtémoc Blanco desde hace años, coincidieron muchas veces en la cancha cuando uno era árbitro y el otro jugador profesional. La vida los volvió a ubicar juntos cuando el gobernador decidió entregar a un hombre de su confianza una oficina por demás importante para el desarrollo del estado. Gilberto es un personaje de Cuernavaca, conoce Morelos, tiene buen trato con la gente y seguramente realizará un buen papel en la oficina que le encomendaron.
Víctor Mercado entiende el funcionamiento del gobierno, pero nunca había ocupado una posición como la que tiene ahora; al “Güero”, como le llaman desde que era funcionario del área de licencias, no le es ajena la administración pública, aunque desde hace años se ha dedicado a la iniciativa privada. Mercado se asomó a la política hace algunos meses y apostó por el proyecto de Cuauhtémoc Blanco, dicen que nunca pretendió ocupar un espacio en la administración pública, pero ahora está al frente de la secretaría del transporte. La dependencia a su cargo es compleja, requerirá de mucha habilidad para tratar con ese sector y de un buen manejo de imagen para no sucumbir en el camino. Víctor Mercado es uno de los hombres cercanos al gobernador.
· post it
Concluyó el plazo de ley para hacer observaciones al proceso de entrega recepción en la cámara de diputados y algunos de los miembros de la élite de la legislatura pasada celebran.
Ojo: concluyó el tiempo para observar ese proceso, pero no para fincar demandas por actos cometidos en esa administración.
· redes sociales
La denuncia se hizo a través de las redes sociales, se trata de la descarga de aguas negras de una supuesta propiedad de la presidenta del TSJ Morelos que va directamente a un manantial de agua limpia en Chapultepec, específicamente en calle de la Luz.
El video no deja lugar a dudas, se observa claramente el tubo y la descarga de aguas residuales que cae al agua cristalina. Quien realiza la grabación afirma que esa situación tiene meses, que se trata del drenaje de una iglesia construida en una propiedad de Carmen Verónica Cuevas y que a pesar de las múltiples denuncias que se han hecho las autoridades no hacen nada.
Los manantiales de Chapultepec son de los más importantes en la zona metropolitana, contaminarlos es un acto criminal que no debería pasarse por alto, sobre todo cuando se trata de una persona con los recursos económicos suficientes para remediar esta situación.
Pero como en Morelos todo pasa y nunca pasa nada, las cadenas comerciales pueden talar árboles y los magistrados pueden contaminar el agua.
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