Plumazo. En 50 segundos, el Presidente acabó con la evaluación obligatoria de mentores, el Servicio Profesional Docente, el INEE... Abrogación. Proclama la reinstalación de mil profesores cesados; “la reforma peñista causó estrés a maestros”: Moctezuma
Cincuenta segundos le llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador aflojar un clip, ordenar un fajo de hojas y estampar dos rúbricas, para abrogar la reforma educativa de Enrique Peña Nieto.
“Compromiso cumplido, maestras y maestros de México”, dijo tras la firma, mostrando ya a las cámaras uno de los ejemplares de la iniciativa de cancelación y, a su vez, modificación de los artículos 3º., 31º y 73º de la Constitución.
En menos de un minuto, se proclamó la reinstalación de alrededor de mil maestros cesados por la aplicación de la reforma.
Y, en esa misma maniobra fugaz, se acabó con la evaluación obligatoria de maestros, el Servicio Profesional Docente y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), sustituido por el Instituto Nacional para la Revalorización del Magisterio, y el cual tendrá la facultad de certificar a todos los actores del sistema, incluida la SEP, además de emitir lineamientos para la formación y capacitación magisterial, y establecer parámetros para la medición de resultados en el ámbito educativo.
Parecía, en la descripción, sólo un cambio de nombre… En el nuevo Instituto habrá un consejo consultivo, con representación de profesores, sindicatos, investigadores, padres de familia y autoridades, cuyo objetivo es diseñar un programa a largo plazo, para unos 30 o 40 años.
“Al trabajar junto con la autoridad educativa, los sindicatos no renuncian a defender los derechos laborales de sus agremiados. Y la autoridad, al trabajar cerca de ellos, tampoco renuncia a ser el rector en la educación pública”, diría Esteban Moctezuma, titular de la Secretaría.
—¿Por qué no fortalecerlo y apostar por un organismo desligado de la SEP? —se le preguntó.
—Los maestros están en contra de la evaluación punitiva, ligada a lo laboral. Y el INEE participó de manera activa en ello.
—¿Por qué crear un nuevo Instituto, sin autonomía?, ¿tienen algún problema con la autonomía? —se cuestionó a Julio Scherer, Consejero Jurídico de la Presidencia.
—Ninguno.
—¿Y qué pasará con el personal del INEE?
—No pierde ningún derecho. Pasan a la SEP, y ésta tendrá que reubicarlos o aprovecharlos.
GARABATOS. Desde su aparición en escena, en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, el Presidente parecía tener prisa por sepultar la reforma, una de sus promesas de campaña más vitoreada, pero a la vez controvertida.
“Vamos a presentar el Plan General de Educación, iniciando por la firma de la iniciativa para abrogar la reforma y sustituir el marco jurídico actual”, dijo de arranque. Se adelantó a su consejero Scherer, quien se rezagó entre papeles y bolígrafos oficiales.
AMLO habló del derecho a la educación pública gratuita y de calidad en todos los niveles escolares, incluido el superior.
“Nunca se le faltará al respeto a los maestros, como sucedió recientemente, que se dedicaron a ofenderlos. Eso se termina. Hay muy buenas relaciones con ellos y con las organizaciones sindicales”, refrendó, y entonces se convirtió en su propio maestro de ceremonias: “Voy a suscribir la iniciativa”…
Ya lo esperaba Scherer con dos juegos sobre una mesa improvisada, listos para la firma. El consejero le señaló el espacio destinado para el refrendo, él aceleró el garabato, ajustó las hojas y exhibió su trofeo. Será enviada a la Cámara de Diputados, dijo entre premuras, pero en la copia presentada a los reporteros se leía Cámara de Senadores.
—Le damos la palabra Esteban —continuó el presidente.
La reforma peñista, aseguró el secretario, provocó “estrés” en los maestros: en los últimos 3 años 150 mil solicitaron su jubilación, algunos de manera anticipada, y la matrícula de las normales se desplomó 23 por ciento.
“En los diálogos, señor Presidente, con los directores y docentes, fue recurrente una frase: nos la pasamos, en vez de educando, defendiéndonos de la autoridad educativa”, aludió.
Andrés Manuel consintió la intervención de Moctezuma: “Está bien explicado el propósito”, apuntó como maestro en temporada de evaluaciones y anunció su retiro, con el argumento de una llamada telefónica ya concertada, y las urgencias del presupuesto.
“Mañana les recupero el tiempo, un cuarto de hora más si les parece”, prometió a los periodistas.
Cincuenta segundos y murió la reforma…
El secretario enfrentó los flashazos y en la misma sintonía del apresurado tabasqueño, comparó las evaluaciones magisteriales “como alguien que quiere bajar de peso” y se la pasa todos los días midiéndose en una báscula… Es mejor, dijo, ir al gimnasio.
Nuevo marco jurídico propuesto por AMLO
Revaloración del magisterio: se le reconoce como agente de cambio, bajo un nuevo servicio de carrera profesional.
Se añade el concepto de interés supremo de la educación en niños y jóvenes.
Se agregan los principios de integralidad, equidad (vehículo para romper con la pobreza) y excelencia de la educación.
Se consagra la obligatoriedad de la educación superior.
Se suma el derecho a los maestros para acceder a un sistema permanente de formación y actualización, sin obligatoriedad.
Se establece el fortalecimiento de escuelas normales y de instituciones de educación superior dedicadas a la formación docente.
Se determina la obligatoriedad de incluir en los planes de estudio la promoción de valores, civismo, historia, cultura, arte, música, deporte, temas psicológicos o socioemocionales y respeto al medio ambiente.
Se introduce una visión regional que promoverá contenidos diferenciados, con énfasis en la educación indígena, bilingüe y bicultural.