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JAQUE MATE

Aeropuerto perdido

José Antonio Meade, excandidato presidencial del PRI y exsecretario de Hacienda con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, publicó una serie de tuits el 27 de diciembre mientras salía de vacaciones en un vuelo con su familia. Tras considerar el gasto de un pasajero promedio en el actual aeropuerto, y lo que aportaría un viajero en el nuevo, concluyó que “dejar de hacer el aeropuerto nos cuesta 145 mil millones de dólares”. No se limitaba Meade a calcular el rembolso de los bonos o la indemnización de los contratistas, sino que buscaba definir el costo de oportunidad que se perderá por no tener un aeropuerto con la escala y conectividad que tendría Texcoco.

Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes del actual Gobierno, y desde siempre crítico de Texcoco, respondió furibundo en Twitter el 30 de diciembre: “La ‘enorme pérdida’ -145 mMde USD- que el ex Candidato presidencial y Ex Secretario de HyCP, José Antonio Meade le asigna a la cancelación del NAIM, son ‘las cuentas alegres de un hombre triste’”. No hubo en este mal redactado tuit ni un sólo argumento. Desde la arrogancia del poder, Meade es un hombre triste porque ya no está en el Gobierno y por eso todo argumento suyo es inválido.

Miguel Torruco, secretario de Turismo, se unió al ataque el 31 de diciembre de la misma manera: sin argumentos, sólo con descalificaciones personales. “Muy curioso el activismo de @JoseAMeadeK con sus cifras. Mejor que nos aclare por qué no detectó, como titular de la @SHCP_mx, los miles de millones de pesos de tanta transa que lograron poner a México en el penoso lugar 135 de las 170 naciones más corruptas del mundo ¿?”.

Las premisas del cálculo de Meade son públicas. El gasto por pasajero y el incremento esperado en el número de viajeros con un aeropuerto de gran escala y conectividad proceden de la IATA y la Dirección General de Aeronáutica Civil. No son cuentas alegres ni Meade parece particularmente triste en sus vacaciones.

La cancelación del aeropuerto de Texcoco no va a descarrilar la economía, pero sí va a significar una menor competitividad en una actividad en la que nuestro país tiene ventajas importantes. Pensar que los pasajeros van a hacer conexiones de dos horas yendo de un aeropuerto a otro es cerrar los ojos a la experiencia internacional. Los aeropuertos que se beneficiarán de la cancelación de Texcoco serán los de Estados Unidos y el de Tocumen, en Panamá, que ofrecerán la conectividad que está descartando México. Y la conectividad representa ingresos multimillonarios.

La cancelación de Texcoco es un desplante dogmático. Los argumentos en contra del proyecto se han caído uno a uno. Se dijo que el sistema Santa Lucía-AICM sería más barato, hoy sabemos que será más caro y menos eficiente. Se dijo que los contratistas eran corruptos, pero el nuevo gobierno les está ofreciendo nuevos contratos para compensarles las pérdidas. Se dijo que el proyecto de Texcoco representaría un daño ecológico enorme, hoy sabemos que la afectación es menor mientras que el Tren Maya se está comenzando sin manifiesto de impacto ambiental. Se dijo que Texcoco tendría problemas de niebla, hoy sabemos que Santa Lucía tiene más incidencias de niebla.

El que un ciudadano mexicano ofrezca argumentos de manera respetuosa para mostrar que la cancelación es un error no debería llevar a las descalificaciones que hemos visto de dos secretarios de estado. La intolerancia es una señal peligrosa en un Gobierno que apenas empieza.

Ministro presidente

Hoy deberán elegir a un nuevo presidente los ministros de la Suprema Corte de Justicia. El nuevo ministro presidente tendrá la difícil tarea de mantener la independencia de la Corte ante un gobierno más poderoso que cualquiera desde los tiempos del viejo PRI.

Ámbito: 
Nacional