El número de migrantes no autorizados que vive en Estados Unidos ha venido bajando de manera gradual pero sostenida desde 2007, cuando se alcanzó una cifra máxima de 12.2 millones. Estos representaban entonces 4% de la población total del país. Para 2016, último año documentado, el número total había caído 13% a 10.7 millones, los cuales eran el 3.3% de la población.
“Esta declinación se debe principalmente a una gran caída en el número de nuevos inmigrantes no autorizados, especialmente mexicanos, que llegan al país. Los países de origen de los inmigrantes no autorizados también cambiaron durante ese tiempo, con una declinación del número que proviene de México y un aumento de los que proceden de una sola región, Centroamérica, según los últimos cálculos del Pew Research Center”.
Los inmigrantes mexicanos no autorizados en Estados Unidos bajaron de 57% del total en 2007 a 50% en 2016. El número de estos mexicanos pasó de 6.9 a 5.4 millones. En cambio, los de otros países apenas descendieron de 5.3 a 5.2 millones en ese mismo periodo, mientras que los centroamericanos aumentaron de 1.5 a 1.9 millones (Pew Research Center).
Mucha discusión ha habido sobre las razones de esta disminución en el número de inmigrantes indocumentados y en particular de los provenientes de México. Felipe Calderón se preciaba cuando era presidente de que el fenómeno era consecuencia de los beneficios que estaban generando sus políticas económicas y sociales; hubo incluso algunos artículos en la prensa internacional que así lo sugerían.
El inicio de la declinación en 2008, por otra parte, coincidió con el comienzo de la gran crisis económica que disminuyó la demanda de trabajadores en la Unión Americana. Aunque es posible que esta baja en la necesidad de mano obra haya incidido en un principio en la inmigración, la tendencia no se modificó una vez que se recuperó el crecimiento. El fortalecimiento de las acciones del Gobierno de los Estados Unidos para detener la migración en la frontera, con un aumento notable en las deportaciones, quizá haya tenido también algo que ver, pero esto no explicaría por qué ha bajado el número de indocumentados mexicanos, mientras que el de centroamericanos ha aumentado.
Cualquiera que sea la explicación, la información sugiere que la falta o presencia de un muro no es el factor fundamental para aumentar o disminuir el ingreso de migrantes sin autorización a territorio estadunidense: es mucho más importante mantener el crecimiento económico que ha tenido México y evitar la violencia que ha destrozado a Centroamérica. Si Trump quiere cumplir su promesa de campaña de disminuir la inmigración ilegal, tendría que prestar atención a los factores que realmente influyen sobre esta. El muro no parece ser relevante.
Sin datos
Dice el presidente López Obrador que del 8 al 30 de diciembre del año pasado se registraron mil 786 homicidios. Por lo pronto, sin embargo, los datos de delitos que antes se daban a conocer de manera sistemática en la página del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública están congelados en noviembre.