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SERPIENTES Y ESCALERAS

Congreso vs Cuauhtémoc

 

El congreso local tiene detenido el presupuesto porque no ha sesionado; no hay acuerdos y lo que surgen son acusaciones mutuas, muchas de ellas relacionadas con actos de corrupción. ¿En qué es diferente la legislatura actual de la anterior? ¿Qué han hecho estos diputados en 4 meses?

 

La lucha de poder en el Congreso Morelos ha generado diversos contratiempos en la gobernabilidad del estado, la falta de acuerdos y las ambiciones desmedidas de los legisladores entrampó la discusión y aprobación del paquete económico al punto que el ejecutivo ha tenido que trabajar en el 2019 con el presupuesto del año pasado. Los diputados actuales son igual o más corruptos que los anteriores, con la diferencia que en ninguno de ellos existe talento político ni capacidad profesional. El primer periodo de sesiones de la legislatura transcurrió entre escándalos políticos y desencuentros sociales.

Hasta el momento el jefe del ejecutivo ha sido presa del parlamento y recientemente se ha convertido en blanco de sus ataques, el retraso en la aprobación del Paquete Económico 2019 fue, según lo declararon por separado la presidenta de la Junta Política Tania Valentina y el diputado José Casas, porque la propuesta enviada por el ejecutivo no cumple con las necesidades del estado, incluye partidas ocultas (lo cual supone corrupción) y privilegia intereses económicos personales por encima de los requerimientos del pueblo. Es un mal presupuesto, sintetizan.

Habrá muchos cambios, adelantó Tania Valentina, se modificarán muchas cosas porque lo que quiere el ejecutivo no es lo que Morelos necesita; “nosotros estamos a favor del pueblo y el presupuesto que aprobaremos será en beneficio de la gente” dice. Por su lado el petista José Casas volvió a criticar la propuesta económica enviada por Cuauhtémoc Blanco: “Contiene partidas secretas ocultas, trata de engañar a la gente diciendo que estamos pidiendo moche y quieren privatizar el servicio de basura por treinta años como un negocio personal”.

Valentina, Casas y Ana Guevara han puesto en jaque a Cuauhtémoc Blanco aprovechando su novatez, la falta de capacidad del presidente de la mesa directiva Alfonso de Jesús Sotelo y el distanciamiento del gobernador con Morena; la dupla petista controla la cámara y formaron un bloque de 15 diputados que mantiene detenida la discusión presupuestal hasta alcanzar sus objetivos. Lo de fondo en el jaloneo económico, como siempre, es dinero, recursos en efectivo para los diputados, como siempre ha ocurrido. Moches, para que quede claro.

No hay diferencia entre la legislatura anterior y la actual, salvo que en esta predomina la inexperiencia, la incapacidad y la falta de talento político. El parlamento actual es igual de corrupto que el anterior, la ambición económica se ve en cada uno de sus integrantes y la lucha es por dinero, no por las causas que sus partidos enarbolaron en campaña.

La desesperación de los diputados es porque hasta ahora no han tenido de dónde echar mano y “sólo” han recibido lo que les corresponde por concepto de salario, apoyos y prestaciones, que en suma son más de cien mil pesos mensuales; por eso les urge que el dinero llegue, pero quieren aprovechar la negociación presupuestal para obtener el primer moche del sexenio y sentar las bases del “pago por evento” que ha prevalecido en las últimas legislaturas.

El punto fino de esta historia lo ha dado la presidenta de la mesa directiva Rosalina Mazari al afirmar ante los medios de comunicación que el bloque de 15 diputados no ha estudiado el presupuesto, no se ha sentado a discutir el tema, no acude a las reuniones de trabajo, ni ha hecho ninguna propuesta. Declaran sin conocimiento, sin sentido y especulan, no han revisado el Paquete Económico ni sustentado lo que declaran a la prensa. “Un presupuesto se tiene que discutir de manera colegiada y ellos no se han presentado a trabajar, dicen cosas sin sentido porque no conocen el paquete económico y estiraron la liga hasta el último momento”.

Hoy el presupuesto para Morelos está entrampado porque el congreso no ha sesionado, las pocas reuniones que han llevado a cabo han sido en privado, a puerta cerrada y de noche, como lo hacían los diputados de la legislatura pasada cada vez que iban a aprobar algo a favor de Graco Ramírez. Tania Valentina, Pepe Casas, Ana Guevara y Nadia Roca actúan de la misma forma que lo hizo Tencha, Paco Moreno y los demás bellacos de la Legislatura 53.

El presupuesto 2018 está entrampado, podemos especular y suponer que es porque no hay moche, porque no les han llegado al precio o quizá porqué verdaderamente estamos frente a una legislatura honorable y comprometida que impulsa el mejor presupuesto del la historia de Morelos. Lo real, lo tangible, es que al no sesionar no hay presupuesto y eso afecta a todos en el estado.

¿Qué ha hecho la 54 legislatura de Morelos en 4 meses?

·         posdata

La falta de acuerdos en el congreso estatal ha provocado que hasta el día de hoy no haya presupuesto para Morelos. Van siete días del 2019, el plazo de ley ya se cumplió y las cosas en lugar de mejorar en la cámara de diputados, se ven cada día más complicadas.

Unos y otros se acusan y todos exponen su ineptitud y falta de talento; por un lado está el presidente de la Mesa Directiva, quien carece de liderazgo y se ubica en un mini bloque de cinco diputados donde, por cierto, quien sobresale es la presidenta de la Comisión de Hacienda Rosalina Mazari. Ellos dicen que sus homólogos no acuden a las sesiones, hacen caso omiso de los llamados, que no han estudiado el paquete económico y que declaran puras tonterías.

Del lado contrario está la tripleta conformada por Tania Valentina, Pepe Casas y Ana Guevara; los tres encabezan el bloque opositor al gobernador que ha detenido el presupuesto, que acusan al gobernador de enviar una propuesta ventajosa y que lo señalan por intentar cometer actos de corrupción al buscar un beneficio personal del presupuesto; ninguna de sus señalamientos, por cierto, ha sido sustentado con documentos, todo hasta ahora es de palabra.

Independientemente de quien tiene la razón, a siete días de que inició el año Morelos y sus municipio no tienen presupuesto; el ejecutivo envió la propuesta de Paquete Económico y hasta la semana pasada el Legislativo no había sesionado.

Pero aunque parece muy grave (y lo es), la ley contempla lo que debe pasar cuando ocurren este tipo de cosas: se aplica el presupuesto del año anterior. Eso sucede hoy en Morelos desde el primer minuto del 2019: el ejecutivo se mueve con la base del 2018 y aunque eso no es lo ideal y genera muchas complicaciones, tampoco es el fin del mundo.

Grave sería que el estado verdaderamente se paralizara por la incapacidad y ambiciones de los diputados, por su falta de acuerdos y los intereses personales que los mueven; si así fuera, hoy el estado y los municipios estarían al borde del colapso.

Ante un escenario así me pongo a pensar:

¿Qué tal que Cuauhtémoc Blanco, quien reiteradamente ha dicho que no es político y con sus actos ha demostrado una y otra vez que no le interesa respetar las viejas reglas de poder, se arma de valor (webos, diría él), se presenta hoy ante la opinión pública y da a conocer de manera formal que trabajará con el presupuesto del 2018 hasta en tanto los diputados se ponen de acuerdo.

Hasta imagino su discurso:

“Ante la falta de acuerdo de los señores diputados, y para no entorpecer la marcha del estado y de los municipios, he tomado la decisión de trabajar con el presupuesto del año pasado como lo marca la ley, hasta que en el congreso encuentren un punto de coincidencia y nos permitan como estado atender las graves y urgentes necesidades que tenemos.

Morelos no se puede detener por la falta de acuerdos de los diputados; ni los municipios, ni las instituciones pueden quedar a expensas de este tipo de situaciones y de ninguna manera vamos a poner en riesgo temas fundamentales para todos, como la seguridad, la salud, la educación y todas las demás acciones y servicios que dependen del estado y los ayuntamientos.

Nosotros enviamos en tiempo y forma el paquete económico, hemos acudido a diversas reuniones a discutir y explicar cada uno de los temas y no ha habido coincidencias entre los propios legisladores; nosotros ya cumplimos y no podemos desperdiciar tiempo en discusiones políticas cuando la gente lo que quiere es que nos pongamos a trabajar y demos resultados.

Me comprometí en campaña con ustedes y no les voy a fallar; con el presupuesto 2018 o con el 2019, voy a cumplirles a todos, particularmente a quienes más lo necesitan.

Nosotros estamos trabajando por la gente, cuando los diputados resuelvan sus diferencias, aquí los esperaremos para trabajar Juntos por Morelos”.

Algo así, concreto, sin estridencia, pero puntual; sin entrar al debate de corrupción que impulsan alguno diputados, pero dejando claro que no cederá a chantajes ni a actos de corrupción.

Al fin y al cabo, los que conocen el manejo de un presupuesto lo entienden: la clausula de transferencias ha permitido a todos los gobernadores anteriores manejar cómodamente el presupuesto, incluso en aquellas ocasiones en los que momentáneamente no se los han aprobado.

·         nota

El nuevo alcalde de Cuernavaca está recurriendo a las redes sociales para informar sus acciones de gobierno y hasta realiza transmisiones en vivo para mostrar lo que está encontrando en las dependencias; es, como su titular de obras, afecto al Facebook, se siente influencer y supone que todo lo que hace, dice o come es interesante para los demás. Se equivoca.

Eso está bien para un adolescente, para un escolapio narcisista o una jovencita que comparte selfies a cada rato, no para un representante popular ni para un funcionario público; en ellos se ve mal, les quita seriedad, es ridículo y expone algún tipo de trauma personal.

Antonio Villalobos ya es el presidente municipal de Cuernavaca, tiene enfrente un enorme reto y los ojos de muchas personas; el apoyo del partido Morena es importante, lo mismo que el respaldo de la dirigente nacional Yeidckol Polevsnky, pero no serán suficientes si él y su equipo no ponen de su parte.

El ayuntamiento que recibió Villalobos Adán está lleno de problemas, arrastra pasivos multimillonarios y retrasos históricos que se mezclan con la marcada desesperación de la gente porque las cosas vayan mejor. Recordemos que Villalobos Adán no ganó la elección, es alcalde de manera circunstancial y no tiene un capital político más allá de sus amigos, de quienes lo ven como refugio laboral o con intereses económicos; la mayoría lo observa, se reserva su opinión y espera (esperamos) que haga bien su trabajo por el bien de todos los que aquí vivimos.

Por eso el nuevo presidente municipal debe ser cuidadoso de su manejo, no caer en la frivolidad o la estridencia de las redes sociales; en esos espacios se dicen muchas cosas, pero muy pocos son los que verdaderamente generan opinión y quizá nadie tiene la capacidad o la fuerza personal para orientar por si mismo a la opinión pública desde una cuenta personal de Twitter o Facebook. Vamos, ni el gobernador y sus más de dos millones de seguidores. Para eso se necesita una estrategia de comunicación que por el momento, aún no se ve.

La prudencia que mostró el alcalde en la víspera de que tomara posesión fue clave para que las cosas le salieran bien en su llegada y evadiera los torpedos políticos que le lanzaron; esa misma actitud la debe mantener y exigir a sus colaboradores (varios de ellos gente decente, pero sin el perfil para los cargos en los cuales fueron designados), antes de que los problemas comiencen.

Entendamos algo: tomar protesta quedó en el pasado, ahora toca gobernar y tendrá que hacerlo a contrapelo del gobierno estatal, sin el respaldo real del partido (sólo le darán su apoyo moral) y en una ciudad en donde los problemas se multiplican y los recursos son muy pocos.

Espero que al nuevo presidente municipal de Cuernavaca la vaya bien, para que a la ciudad y a sus habitantes nos vaya mejor. Es bueno recordar que en política como en el futbol, ni las victorias ni las derrotas son para siempre, sobre todo cuando recién se escribe la historia.

·         post it

Rafael Reyes realizó el primer cese en el municipio al despedir al jefe de la policía vial por reiterados señalamientos de abuso. Firme y contundente el novel alcalde mostró como actuará de aquí hacia adelante.

Ahora faltan los grandes pillos del municipio.

·         redes sociales

¿En qué momento los funcionarios públicos empezaron a suponer que a la gente les gusta verlos como artistas de las redes sociales? ¿De verdad esos chavorrucos piensan que así gobiernan mejor o simplemente les satisface su ego?

Si lo que quieren es fama de ese tipo, que se pongan a bailar, a cantar, que cuenten chistes o se vuelvan youtubers; el servicio público es cosa seria.

Hay quienes se tropiezan dos veces con la misma piedra.

Comentarios para una columna optimista:

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