Pese a los retardos en el suministro de gasolina y la inquietud social, el gobierno federal mantendrá su estrategia de apertura gradual de ductos y suministro de combustible a través de pipas.
“Vamos a resistir las presiones que sean”, expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien aparentó serenidad, pero como nunca en sus encuentros mañaneros, solicitó el auxilio de los diversos actores involucrados en el tema.
Mencionó la palabra “ayuda” 15 veces y la palabra “apoyo” en 10 ocasiones… “Quiero pedir a todos los ciudadanos que nos ayuden para no dejarnos someter ni vencer por la delincuencia”, dijo de arranque, aunque sus llamados se extendieron a transportistas, trabajadores sindicalizados y transitorios de Pemex, gobernadores y demás autoridades del país.
La administración lopezobradorista apostó por el cierre de ductos para atacar el robo de gasolina mediante redes alternas de distribución, lo cual ha originado demoras y desabasto en gasolineras.
Tras la aplicación de esta fórmula el ilícito ha decrecido, según cifras oficiales. En el último reporte el robo equivalió a 27 pipas, cuando antes el promedio era de mil diarias. “Es el día en que menos gasolina se han robado en la historia reciente, desde la expropiación petrolera. Vale la pena”, dijo AMLO.
—Detrás del huachicoleo hay bandas con gran poder de fuego, ¿piensa reforzar su seguridad? —se le preguntó.
—El que lucha por la justicia no tiene nada que temer.
La falta de transporte para el trasiego de combustible es uno de los principales problemas para normalizar el suministro. Por eso AMLO, en su colección de suplicas, externó: “Estamos hablando con transportistas para que nos ayuden. Aprovecho para convocarlos, que nos ayuden los que tienen pipas”.
El esquema de transporte terrestre de Pemex ya trabaja hasta en tres turnos…
“Llamo a todos los trabajadores petroleros, sindicalizados o transitorios, para que nos ayuden, como lo han hecho siempre. El transporte en un porcentaje considerable lo hacen trabajadores sindicalizados, (les pido) que nos apliquemos todos en esta circunstancia”, insistió el mandatario.
La petición de ayuda a ciudadanos fue para “actuar con prudencia y tranquilidad, sin caer en pánico, sin hacer caso a información alarmista; en algunas gasolineras habrá colas, que se resista; si tienen gasolina disponible en los tanques de sus automóviles, no vayan a cargar, estamos en proceso de normalizar el abasto”.
A sus ruegos, sumó a gobernadores y el resto de autoridades: “Se les pide apoyo, sobre todo en los estados con más problemas, que nos ayuden además a cuidar que no se roben el combustible”.
Esto, a pesar de la información que los expresidentes de la República y mandatarios estatales tuvieron en los últimos tres sexenios en torno al robo de combustible: “Se les informaba día por día, pero había una especie de ceguera, de tolerancia, algo pactado. Lo sabían todos, desde Fox”.
—¿Piensa actuar contra el presidente Peña o altos mandos de Pemex?
—Se actuará con responsabilidad en las investigaciones. No acusaremos sin elementos de prueba.
—¿Conocen el paradero de Carlos Romero Deschamps (líder del sindicato petrolero)?
—Sí ha habido comunicación, yo no, pero sí la secretaria de Gobernación.
—¿Cuándo se resolverá el desabasto?
—Muy pronto, tengo estimado, no los quiero decir para no alimentar a quienes están dedicados a cuestionarnos.
¿POR QUÉ NO FALTA GASOLINA EN EL PAÍS?
En México se consumen a diario 800 mil barriles de crudo refinado. Aunque las refinerías del país sólo producen 200 mil barriles al día (en promedio, y derivado del poco abasto por la baja generalizada en la producción nacional), se están comprando 600 mil barriles de petróleo en el extranjero para abastecer las necesidades de la población. De acuerdo con el gobierno federal, todos los contratos de compra en otros países continúan vigentes, ninguno ha cancelado. Y diariamente llegan a territorio nacional decenas de buques tanques para el suministro nacional. Incluso, la gasolina se está comprando más barata, por el descenso del precio internacional, lo que aún no se ha reflejado en el precio final al consumidor. El problema actual no es la falta de petróleo, sino su distribución interna.