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SERPIENTES Y ESCALERAS

Morelos bajo fuego
 
 

El pleito político entre los diputados y el gobernador es también un duelo de credibilidad. La aprobación del Paquete Económico 2018 dividió a los poderes y ha llevado al límite la relación entre ambos. Nadie gana en este escenario, pero es notorio que los diputados sacarán la peor parte. Morelos es presa de su clase gobernante.

 

La disputa entre los poderes ejecutivo y legislativo de Morelos ya pasó de lo verbal a lo legal; la noche del martes, 15 diputados aprobaron un Paquete Económico para Morelos distinto al que envió el gobernador, hicieron varios ajustes a la propuesta original y le colocaron candados legales para que Cuauhtémoc Blanco no pudiese realizar transferencias. El espíritu de lo aprobado por el congreso, dijeron sus integrantes, es dotar al estado de un presupuesto social, austero, comprometido con los que menos tienen. Ya entrados en gastos, los legisladores también aumentaron su presupuesto en 100 millones de pesos.

El duelo político en Morelos ha ido in crescendo sin que ninguna de las partes haga algo por calmar las cosas; del lado del legislativo se percibe un aire de arrogancia que deriva de la mayoría que representa el bloque de 15 diputados; sus integrantes actúan, declaran, amenazan y están decididos a ir a una batalla frontal contra quien hace unos meses fue su candidato al gobierno estatal. “Vamos a ir hasta sus últimas consecuencias, tope a donde tope” dice Tania Valentina.

Enfrente hay un gobernador que se nota enfadado, que se contiene, pero sabe que no cuenta con el congreso; las divergencias en el tema presupuestal no son por la distribución de los recursos, sino por la falta de disposición de Cuauhtémoc Blanco de “pactar” con los legisladores y conceder lo que le pedían. El ejecutivo carece de operadores políticos, desconoce los pasillos de poder en el estado y aún no sabe cómo ejercer el poder que tiene.

La aprobación nocturna del paquete económico fue un duro golpe al gobernador, expuso la incapacidad de la clase política estatal para alcanzar acuerdos y evidenció que las diferencias entre ellos han subido de tono. Unos y otros apostaron por el todo o nada: los diputados pidieron un moche por aprobar el presupuesto y el gobernador se negó a entregarlo; derivado de ello los primeros se le fueron a la yugular, le cambiaron las cuentas, le quitaron la facultad de realizar transferencias y además se aumentaron 100 millones de presupuesto.

Luego de esta jugada el ejecutivo acompañado de sus secretarios dio la cara a la ciudadanía, cuestionó el proceder del congreso y advirtió que recurriría a una controversia constitucional. Mucho más prudente de lo que se esperaba, Cuauhtémoc Blanco dijo que no se enfrentaría al congreso, que su prioridad era trabajar por el estado y cumplirle a la gente. El consejero jurídico confirmó que se analizarían las vías jurídicas a las que se recurriría, el secretario de Hacienda detalló los cambios en las cifras, el de Transporte hizo hincapié en que el reemplacamiento es un tema federal y el jefe de la oficina de la gubernatura puntualizó la forma de actuar de los diputados. Todos coincidieron en que lo aprobado es ilegal y por ello trabajarán con el presupuesto del 2018.

El duelo por la aprobación del paquete económico tiene un trasfondo político y económico. En lo primero no se puede perder de vista que los cuatro legisladores que encabezan el G15 (Tania Valentina, José Casas, Ana Guevara y Naida Díaz) guardan fuertes lazos con el ex gobernador Graco Ramírez y su hijo Rodrigo Gayosso: se mantienen en contacto con ellos, protegen sus intereses y reciben asesoría de su parte. En lo segundo sobresale la ambición económica de José Casas y Tania Valentina y su deseo de obtener una jugosa ganancia de la aprobación del presupuesto.

Los legisladores del G15 hablan de compromiso social y austeridad, pero con sus hechos demuestran lo contrario; todos han olvidad la promesa de perseguir y castigar a los corruptos y a la hora de votar el presupuesto, en lugar de atender a la línea que ha marcado el presidente López Obrador, decidieron despacharse con la cuchara grande con un aumento de 100 millones de pesos, a pesar de ser 10 diputados menos.

Lo que sobresale en este pleito es la falta de operación política de ambos bandos y la cerrazón de quienes toman las decisiones; unos y otros se entramparon en un conflicto que pasó de la declaración mediática a una votación legal, que afecta a todos los municipios del estado y hoy anticipa una lucha jurídica en una corte federal.

Nadie gana con este brete: ni los diputados, quienes están sacando la peor parte ante la opinión pública por el mal manejo informativo del tema, ni el gobernador a quien lo comienzan a señalar por su falta da capacidad política y de consensos, ni la sociedad, porque mientras dos de los tres poderes del estado sigan en este tipo de problemas el avance y crecimiento se detiene.

Muy temprano en esta nueva época política comienzan a surgir diferencias que provocan desgaste a los actores de poder. La nueva legislatura lleva apenas 4 meses de gestión y el gobernador lleva 3, ese tiempo ha bastado para acabar con el romance que tuvieron durante el proceso electoral y está deteriorando la imagen de todos ante la gente.

Lo peor: metidos en este tipo de conflictos unos y otros no sólo han dejado de trabajar para mejorar la situación en el estado, también han perdido de vista su promesa de acabar con la impunidad y combatir la corrupción del pasado.

Los graquistas mueren de risa al ver la situación en la que se han metido los nuevos gobernantes.

·         posdata

Al gobierno estatal le faltan operadores políticos. No tiene.

El distanciamiento con el congreso local es resultado de las ambiciones de los diputados, pero también es consecuencia de la mala conducción política del gabinete.

Por principio de cuentas el jefe del ejecutivo nunca debió confrontarse con Morena, ni confiar en figuras históricamente cuestionadas, ni mucho menos romper la naturaleza política de la nueva legislatura; los consejos políticos de Ruvalcaba y Saravia hoy tienen consecuencias.

La administración de Cuauhtémoc Blanco y la 54 Legislatura enfrentan muy temprano su primera gran crisis y fue provocada por ellos mismos. La coalición Juntos Haremos Historia tiene el control de ambos poderes, comparten el mismo origen político y se suponía, persiguen principios, ideales y metas conjuntas; hoy están peleados.

En ambos casos prevalece la soberbia y no hay talento político, unos y otros piensan que pueden gobernar solos, que el ejercicio de poder se  trata de vencer en lugar de convencer y los dos pierden de vista que la política desgasta, la sociedad observa y en las elecciones se cobran o se pagan facturas. Por el camino que siguen las cosas en el congreso local, ninguno de sus integrantes podrá reelegirse en el cargo, como sucedió en la legislatura pasada.

Congreso y Ejecutivo han entrado a una espiral de desgaste que dificulta la marcha de la entidad, pero sobre todo en este primer tramo de gobierno, da pie a la impunidad de los pillos del pasado reciente. Los enconos entre ejecutivo y legislativo han llegado a tal nivel que ambos se han olvidado de perseguir a quienes en el gobierno pasado abusaron de las instituciones.

Peor: con sus actitudes Cuauhtémoc Blanco está provocando que se reagrupen los graquistas y todos aquellos que ahora se sienten agraviados o perseguidos por el nuevo gobierno. Algunos de los personajes del sexenio pasado, incluyendo al ex gobernador, ya asoman la cabeza, opinan de la cosa pública y toman confianza frente a lo que consideran es un acelerado desgaste del gobierno actual.

Algunos integrantes del congreso apuestan por este escenario porque responden a los intereses del ex gobernador y sacan doble provecho de la coyuntura: por un lado pactaron con el tabasqueño y por otro se benefician del presupuesto que fue aprobado.

En ambos casos lo que sobresale es la falta de talento político, la inexistencia de operadores y el desconocimiento de la ley; estamos frente a una lucha de poder y de egos, de intereses y de conveniencias.

Es una apuesta de perder-perder.

·         nota

La aprobación del Paquete Económico 2019 para Morelos, según comentan algunos expertos en materia legislativa, es ilegal. Los diputados del G15 utilizaron su mayoría para someter al Ejecutivo en la cámara y cambiar diametralmente la propuesta enviada, pero al parecer equivocaron el procedimiento y al hacerlo dejaron el camino libre para que el jefe del ejecutivo recurra a una controversia y eche abajo lo aprobado.

Estos son sólo algunos de los puntos en los que habrían fallado los legisladores:

1-     Incumplen con su deber al no convocar la presienta de la Comisión de Hacienda; la presidenta de la comisión no condujo ni dirigió el procedimiento.

2-     No hay dictámenes de la Comisión de Hacienda estando presente la titular de la comisión.

3-     Votaron un dictamen irregular y lo subieron al pleno sin la convocatoria del presidente.

Los integrantes del G15 han violado todos los procedimientos y en todos los pasos han cometido errores que hacen jurídicamente vulnerable su dictamen. Sus acciones se basan en la mayoría que por el momento tienen, pero al errar el procedimiento pueden perder la partida en una controversia.

El problema no es ese, porque a la vuelta del tiempo los legisladores podrían reponer los procedimientos y corregir las fallas; lo grave es que entre ambos poderes las diferencias crecen y la posibilidad de un acuerdo se desvanecen.

Veremos si el equipo jurídico del gobernador es más eficiente.

·         post it

El bloque legislativo opositor puso contra la pared al gobernador, modificó su Paquete Económico, le colocó candados y votó el presupuesto que quiso. Para tratar de quedar bien con la gente cancelaron el reemplacamiento, aunque esa no es su atribución; también le bajaron el presupuesto a varias secretarías (empezando por la de José Manuel Sanz) y se lo aumentaron a la universidad, al poder judicial y a seguridad.

Con estos ajustes la legislatura se pudo vestir de luces frente a los ojos de la gente, podrían haber presumido su espíritu obradorista, su compromiso con el pueblo… pero aumentaron 100 millones de pesos a su presupuesto y se otorgaron partidas millonarias en diferentes rubros, como los 10 millones de pesos para la fundación de Tania Valentina; con eso todo se vino abajo.

Hoy el debate público no está en el reemplacamiento, sino en el aumento que se asignaron los diputados.

Simple: les ganó la ambición.

·         redes sociales

Los espacios virtuales se han convertido en la otra cancha donde los políticos dirimen sus diferencias. Paginas falsas, troles y publicidad dirigida, son algunas herramientas de las cuales están echando mano los actores de poder en su lucha presupuestal.

El desgaste de unos y otros es evidente, de los dos lados hay aspectos criticables y a todos ellos la gente los observa con desconfianza y enfado.

Nadie se salva en estos espacios, aunque evidentemente hay algunos que salen más lastimados que otros.

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