I. Tela de juicio. Alexander Cifuentes Villa, exempleado de El Chapo Guzmán, testificó que el narcotraficante, supuestamente, pagó a Enrique Peña Nieto 100 millones de dólares en sobornos para que dejara operar al Cártel del Pacífico. ¿Por qué dudar de la honorabilidad de un primer mandatario, en cuyo gobierno se capturó y extraditó al capo? ¿Por qué creerle a un criminal como éste? Estas acusaciones son, no sólo frágiles, sino sumamente cuestionables, por emitirse en un entorno en el que hay tantos intereses. Esta estrategia la ha usado dos veces el abogado de El Chapo, Jeffrey Lichtman. El pasado 13 de noviembre, acusó a Peña Nieto y a Felipe Calderón de recibir sobornos. “Falsas, difamatorias y absurdas son las declaraciones”, aseguró Francisco Guzmán, exjefe de Oficina de Peña. El show de El Chapo sólo busca notoriedad o venganza. El acusado es él, que no lo olvide.
II. ¿Coincidencias? Hasta para salir de prisión lo hacen al mismo tiempo Andrés Granier, exgobernador de Tabasco, y José Sáiz Pineda, exsecretario de Finanzas del estado. Ayer, un juez dio libertad preventiva a Sáiz, acusado de corrupción, al desestimar las acusaciones e imponerle una multa de 150 mil pesos, el mismo día en que Granier obtiene prisión domiciliaria. Juntos fueron acusados y enviados a prisión por un supuesto desfalco al estado en 2013. El tesorero era culpado de desviar 160 millones de pesos del sector salud. Le queda pendiente una segunda audiencia por el delito de peculado, por un monto menor. Insondables los tiempos de la justicia en México. Granier, en casa, así como Elba Esther Gordillo, exlíder del magisterio. Prisión sexenal o por encargo serían los términos a acuñar.
III. Otro fracaso. Una vez más, la justicia mexicana queda en entredicho. Bernardo Campillo, exsecretario de Salud en Sonora durante la administración de Guillermo Padrés, dejó la cárcel. Pese a evadir la justicia al huir de Sonora a Durango y a que varias de las investigaciones por desvío de recursos eran llevadas por la PGR, Campillo pagó fianza y ahora lleva su proceso en libertad. Fue detenido el 1 de enero en Victoria, Durango. Se le acusa de falsedad de declaraciones, confirmó Odracir Espinoza, fiscal Anticorrupción en el estado. Y por si fuera poco, el propio Padrés “se encuentra muy cerca de salir de prisión luego de dos años en los que se postergó la resolución de un caso en el que no hay pruebas sólidas”, aseguró su abogado, Antonio Lozano. Tardaron más en encontrar a Campillo que en dejarlo libre. Ya sabe usted, el que paga manda.
IV. Riesgos. La violencia en México amenaza con volverse una espiral interminable. Cuando el gobierno, las autoridades y la sociedad civil se enfrascan en una lucha contra el robo de combustible, con buenos resultados, fuerzas oscuras se aparecen para trastocarlo todo. Al menos tres mantas con mensajes en contra de traficantes de hidrocarburo aparecieron en la zona metropolitana de Pachuca, Hidalgo, según confirmaron autoridades de seguridad pública de la entidad. Un supuesto grupo criminal amenaza de muerte a los huachicoleros de la zona. Los mensajes fueron retirados por agentes de policía y entregados a la autoridad competente. Revisarán las cámaras para identificar a los que pudieran estar relacionados. Simón Vargas Aguilar, secretario de Gobierno de Hidalgo, confirmó que ya se realizan las indagatorias. Criminales matando criminales, lo que nos faltaba.
V. Normalidad. Jesús Ramírez Cuevas, coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, informó que no habrá nadie que impida el castigo al robo de combustible. Para ello, dijo, el gobierno federal trabaja a favor de la recuperación de los bienes de la nación, protegiendo siempre los derechos de los ciudadanos. Agradeció la cooperación y comprensión de los mexicanos, en especial de Jalisco, Michoacán, Aguascalientes y el Estado de México. La lucha es en serio. Los huachicoleros se mueren de sed y ya están sufriendo fuertes síntomas de abstención de combustible robado. El gobierno no debe cejar en su empeño. Desplegar helicópteros Blackhawk contra los huachicoleros demuestra que esta guerra va en serio. Un bien de la nación está en juego y hay que recuperarlo.