acto de terror y de odio, al destacar que se trata de
la peor matanza en la historia de Estados Unidos.
El atacante, identificado como Omar Saddique Mateen, de 29 años –nacido en Nueva York y de padres afganos–, fue abatido por un equipo Swat tres horas después de que comenzó la masacre.
Mateen llamó al número de emergencias 911 antes de comenzar su ataque y proclamó su lealtad al Estado Islámico (EI). La agencia Amaq, vinculada al EI, aseguró que el atacante era un combatiente del grupo extremista, información que el senador de Florida Bill Nelson dijo que no pudo ser confirmada.
Según testigos, las escenas caóticas del tiroteo iniciaron poco antes de que el club cerrara alrededor de las dos de la madrugada, hora local.
Un hombre entró y comenzó a disparar contra todo mundo. Traía un rifle automático, así que nadie tuvo ninguna oportunidad
, señaló Jackie Smith, quien vio cuando dos de sus amigos fueron alcanzados por las balas.
El sospechoso fue confrontado a tiros por un policía que trabajaba en el Pulse, donde permanecían unas 300 personas, gran parte de origen latino. Entonces, el hombre tomó a varias personas como rehenes, indicó el jefe de policía John Mina.
Alrededor de las cinco de la madrugada, un equipo Swat irrumpió en el Pulse para rescatar a los rehenes, y Mateen fue muerto a tiros.
Amigos y familiares se reunieron a las afueras del hospital para saber cuál era el estado de salud de los heridos que fueron trasladados.
Christine Leinonen manejó a Orlando a las cuatro de la madrugada al enterarse del tiroteo, ya que su hijo Christopher se encontraba en el Pulse. Estas matanzas son absurdas
, dijo sollozando.
Leinonen comentó que el amigo de su hijo, Brandon Wolf, sobrevivió escondido en un baño y tras correr con las balas rozándole el cuerpo.
Una mujer que permanecía afuera del club nocturno trataba de contactar a su hijo Eddie, quien le envió un mensaje de texto mientras sucedía el tiroteo para pedirle que llamara a la policía. En el mensaje le decía que había corrido a esconderse a un baño con otras personas. Después le contó que el atacante se acercaba. El siguiente y último mensaje decía: Nos tiene, está con nosotros
, comentó la mujer, que al cierre de esta edición desconocía el paradero de su hijo.
El presidente Obama pronunció un discurso después del mediodía, en el que calificó la matanza de acto de terror y de odio
, y dijo que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) indaga el ataque para descubrir y aclarar el motivo.
“Este es un día especialmente triste para todos nuestros hermanos estadunidenses que son gays, lesbianas, bisexuales o transgénero... El tirador atacó un club nocturno donde la gente se reúne para hacer amigos y bailar, cantar y vivir. El lugar donde fueron atacados es más que un club nocturno. Es un sitio de solidaridad y empoderamiento donde las personas se unían para generar conciencia, para expresar sus opiniones y defender sus derechos civiles”, agregó.
La Casa Blanca exhibió la bandera de Estados Unidos a media asta en señal de luto.
La FBI minimizó su peligrosidad
Mateen, quien era un guardia de seguridad de la empresa G4S y vivía en Fort Pierce, Florida, fue investigado previamente por sus lazos con un atacante suicida estadunidense y prometió lealtad al EI, dijo la FBI.
El agente especial Ronald Hopper declaró a la prensa que Mateen fue exculpado en esa pesquisa, pero que prometió lealtad al EI antes de la matanza de Orlando en una llamada al número de emergencia 911.
Agregó que Mateen llamó dos veces la atención de los investigadores, en 2013 y 2014, por presuntos vínculos con extremistas islamitas. Fue investigado en 2013 luego que hizo comentarios provocadores a colegas alegando presuntos vínculos terroristas
, pero la pesquisa fue cerrada.
Después, se investigaron sus lazos con Moner Mohammad Abusalha, otro ciudadano de Florida, el primer estadunidense en perpetrar un ataque suicida en Siria. Determinamos que el contacto era mínimo y no constituía una relación sustancial o una amenaza en ese momento
, indicó Hopper.
Estamos analizando todas las conexiones, tanto locales como internacionales
, concluyó.
Mir Saddique, el padre de Mateen, lo describió como homófobo, que se había enojado recientemente al haber visto a dos hombres besarse frente a su esposa y su hijo.
La ex esposa del atacante declaró al diario The Washington Post que éste la golpeaba durante su matrimonio. No era una persona estable
, dijo la mujer, quien no fue identificada.
Él me golpeaba; regresaba a la casa y simplemente comenzaba a golpearme porque yo no había terminado de lavar la ropa o por cosas como esas
, afirmó.
Finalmente los padres de ella tuvieron que intervenir al darse cuenta de la violencia hacia su hija, concluyeron los reportes de la policía por esa violencia doméstica. Literalmente ellos me salvaron la vida
, aseguró la mujer.
Rutina trágica
Las declaraciones de Obama son las más recientes de lo que se ha vuelto una rutina trágicamente familiar
. El mandatario demócrata habló desde la sala James S. Brady, nombrada en honor de un ex secretario de prensa que fue baleado y quedó discapacitado en un atentado fallido contra el presidente Ronald Reagan, el 30 de marzo de 1981.
El año pasado más de 13 mil personas fueron asesinadas en Estados Unidos por armas de fuego y 26 mil fueron heridas. Hubo 372 tiroteos en los que fallecieron 475 personas y 64 de estos incidentes ocurrieron en escuelas. Existen 300 millones de armas de fuego en Estados Unidos, casi una por cada ciudadano.
Desde que asumió la presidencia en 2009, Obama se ha presentado ante las cámaras más de una decena de veces tras tiroteos masivos, y escrito declaraciones en las que se ha pronunciado por un mayor control en la venta de armas de fuego, a lo que se opone el Congreso, dominado por los republicanos.
Luego de las masacres, Obama ha viajado a lugares como Newtown, en Connecticut; Tucson, en Arizona, y Charleston, en Carolina del Sur, para ofrecer sus condolencias e implorar a la nación trabajar seriamente para frenar la violencia con armas de fuego.
La masacre de Orlando ocurre seis meses después de que una pareja de simpatizantes islamitas radicales mató con armas de fuego a más de una decena de personas en San Bernardino, California.
El tiroteo en Orlando es el más mortífero en la historia de Estados Unidos, y de ser un acto terrorista
sería el peor desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.