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VIDA POLÍTICA

 
 NO MÁS PLEITOS, URGE LA RECONCILIACIÓN DE LOS TRES PODERES DE MORELOS…

 

 Por: Felipe Villafaña

¿Cuándo son los tiempos del diálogo?, Preguntó un joven estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México a su catedrático, asombrado el académico hizo una mueca de “me tomaste en mis cinco segundos” y le contestó: siempre.

Posteriormente, el profesor caminó lento hacia el pupitre del estudiante y fue enfático al preguntar: “¿Acaso nunca dialogas con tus padres, hermanos y otros familiares?”. El joven respondió con un si en voz baja.

Luego entonces, el catedrático vio a todos los jóvenes del aula y fue claro: quien no dialoga es porque tiene problemas personales, de ambición y considera que es el único hasta para resolver sus propios conflictos.

Este profesor en un discurso ante jóvenes del partido en el que militó toda su vida, convencido de su filosofía revolucionaria y social fue claro: “Siempre hay que dialogar, dialogar y dialogar. Cuando se termina el diálogo todavía nos queda toda una vida para continuar con el diálogo”.

El politólogo de nuestros tiempos modernos e incluso en el presente siglo es Don Jesús Reyes Heroles, quien hoy aún y cuando es olvidado en la praxis política es necesario recordarlo.

Actualmente, en Morelos pareciera que los hombres encumbrados en el poder público se han olvidado que mediante el diálogo es como suelen solucionarse los problemas, tanto así que pareciera que cada uno trata de defender su trinchera.

Es necesario e indispensable en estos primeros días del año iniciar con el intercambio de ideas, con las propuestas y que haya soluciones a todos los obstáculos presentados para el avance del estado.

La falta de diálogo y la imposición, hoy genera una entidad en incertidumbre e incluso de desilusión social, porque ni los pequeños e “insignificantes” compromisos mantienen respuesta.

En tres meses y medio del cambio de administración gubernamental, hay algunos desencuentros que provocan –en estos momentos- conflictos en las economías productivas del estado y malestar entre sus habitantes.

El enfrentamiento entre los tres poderes del gobierno por la aprobación de un paquete fiscal por la falta –primero- de diálogo para llegar a los acuerdos tiene detenidos varios proyectos de inversión financiera, que significan empleo y armonía social.

Es el momento que los tres poderes y los ahora 36 ayuntamientos, siembren en la entidad un territorio de estabilidad política, financiera y hasta emocional en donde nadie sobrepase sus atribuciones legales.

Esta falta de diálogo ya permea en los asuntos económicos y laborales, por ejemplo, de más de seis mil trabajadores universitarios, sobre los empresarios que no pueden realizar su actividad cotidiana y al final de la cadena productiva quienes por los disensos entre cinco o más personajes quien pierde es el trabajador.

No hay más, dentro del sector público debe haber una gran mesa de encuentros permanentes, que deje resultados a favor de la sociedad quien al final es la que aporta con sus impuestos los salarios de “los políticos”.

Son los tiempos de la unidad, de hacerlo frente al pueblo y con la adquisición de compromisos que merecen una respuesta inmediata por parte de quienes hoy están en el gobierno estatal, dentro de sus tres poderes.

El Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben terminar con esa división que han sostenido desde hace algunos días, porque sus posturas provocan inseguridad en todos los sentidos incluyéndose la pública.

Desde el primero de julio, los electores morelenses de manera democrática apostaron a un cambio en Morelos, así es los que obtuvieron el voto directo de la ciudadanía mantienen un compromiso de respuestas inmediatas con la sociedad.

Aquellas que lograron acceder a un curul por las prerrogativas de la ley, su compromiso no es con el partido político que les dio la oportunidad, sino buscar las formas para el desarrollo de las comunidades.

Morelos es una familia y entre quienes habitan este estado la comunicación directa debe de darse inmediatamente, dejar de lado los disensos y buscar las formas de hacer unidad.

Quien logre reunir a la clase política gobernante sin duda tendrá el agradecimiento eterno de un pueblo, porque el diálogo nunca suele terminarse aun y cuando haya consenso.

Lo interesante del asunto es que hoy los presidentes municipales dejan ejemplo de diálogo, al estar con sus trabajadores al ofrecerles respuestas en sus peticiones, en salir a sus comunidades para también hacer compromisos de caminar juntos y salir adelante.

Hace falta que venga un mensaje de reconciliación entre los poderes que hoy están en pugna, pero primero también hay que limpiar la casa por dentro para poder salir a reconciliarse con el vecino. ¡Que así sea!

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