El juicio por narcotráfico contra Joaquín El Chapo Guzmán entra en la recta final dando brochazos de telenovela en el intento de la Fiscalía por terminar de derrumbar la figura del jefe del cartel de Sinaloa. Lucero Sánchez, una antigua diputada local del PAN, describió con detalle la relación romántica y de negocios que durante años tuvo con el acusado. Siempre la negó públicamente, dijo, “por miedo a los enemigos y a que me agredieran”.
Es la segunda jornada en la que la también conocida como la Chapodiputada se sube al estrado. Esa relación con el acusado y los negocios que hizo para él le pueden costar el resto de su vida en prisión. De hecho, ya en 2017 fue detenida en la frontera por cruzar a EE UU mientras esperaba un proceso penal en su contra en México. Durante la sesión se presentó como prueba una carta escrita de puño y letra por el acusado en la que le detalla el plan para que pudiera visitarlo en la cárcel tras su segundo arresto en febrero de 2014.
Lucero Sánchez utilizó una identidad falsa para entrar al penal sin llamar la atención, porque entonces ya ejercía como diputada del partido conservador en el Estado de Sinaloa (noroeste de México). “El señor lo quiso así”, afirmó. Toda la gestión se hizo a través de su abogado. La fotografía de aquel encuentro, que se presentó también como evidencia en el juicio, se divulgó por los medios de comunicación en México. “A partir de ahí comenzaron todos los problemas”, lamentó.
“Al día siguiente recibí amenazas de muerte”, dijo Sánchez, que conoció al narco sinaloense en 2010. Fue destituida en septiembre de 2016. Desde la tribuna del congreso de Sinaloa y en su cuenta en Facebook negó haber tenido una relación sentimental con Guzmán, dice que lo hizco para proteger a sus dos hijos. En el juicio, sin embargo, dio hasta el último detalle de hasta dónde estaba dispuesta a llevar su amor por el capo de la droga. “Creía que éramos pareja”, confesó durante su intervención.
La fiscalía presentó como prueba más de 235 mensajes que se intercambiaron durante la relación romántica. “Hablamos de que queríamos tener algo más estable”, afirmó mientras Joaquín Guzmán trataba de mirar para otro lado. Se presentó este martes a la sesión sin corbata y con chaqueta de terciopelo. Emma Coronel, la esposa del acusado, que se mostró indiferente durante el intercambio, lució una chaqueta a duo con el acusado.
Amor y negocios
La Chapodiputada, según ha quedado establecido durante el juicio, empezó a trabajar para el cartel organizando cargamentos de marihuana desde la sierra de Durango. La relación romántica salpicó los negocios. La carga de la droga la marcaba con un corazón y el número cuatro, el día de su cumpleaños. Y para llamar su atención y tratar de que le llamara de regresó a Culiacán para estar juntos, le mandó un paquete de marihuana con semillas.
“No lo conseguí”, admitió. En uno los mensajes interceptados hablan del que podría ser un hijo en común de ambos, que llaman Rubencito. También habló de que se sintió amenazada por otros compradores de marihuana. “Me dijo que la mafia mata a la gente que roba o señala”, comentó, “pero no a la que es seria”. Poco después, le ayudó a crear de tres compañías tapadera para lavar el dinero de la droga.
El relato de la Chapodiputada mostró cómo el narcotraficante explotó a personas de bajos recursos para manejar su negocio. “Son más fáciles de manipular”, dijo, “cumplen las órdenes”. La relación se fue diluyendo y decidió dedicarse a la política. Pero el vínculo parecía no tener fin y siguió viéndolo. Juntos escaparon por un túnel un par de días antes de que ser arrestado por segunda vez.
Arresto
Con Lucero Sánchez, van ya pasaron ya doce cooperantes que testifican contra Joaquín Guzmán durante las últimas nueve semanas. Está previsto que la acusación llame a un par más de declarantes para probar su causa contra el capo mexicano, que hace ahora dos años fue extraditado a los EE UU por liderar una empresa criminal que le permitió distribuir cientos de toneladas de estupefacientes.
Lucero Sánchez fue detenida en San Diego en junio de 2017 acusada de conspirar para traficar con cocaína. Se declaró culpable en octubre. Quiso pedir asilo en EE UU porque, según dijeron sus abogados, su familia era objeto de amenazas. Le acompañaban sus dos hijos. En el interrogatorio comentó que no lo esperaba. También dejó claro que no llevaba encima ni cocaína ni marihuana.
El nombre de la exdiputada se incluyó en un diagrama que utilizó la fiscalía para explicar el sistema encriptado que utilizaba Joaquín Guzmán para comunicarse con las personas de mayor confianza. El gráfico identificaba a su actual esposa, Emma Coronel, y otra de sus amantes, Agustina Cabanillas Acosta. El Chapo pidió instalar en sus dispositivos un programa para espiarlas.