La espera de los miles de inmigrantes que piden asilo a Estados Unidos será en México. El Gobierno mexicano ha anunciado que desde este lunes comenzará a recibir a los centroamericanos que han llegado a Estados Unidos para solicitar asilo, mientras cada uno de sus casos son desahogados en los tribunales de inmigración. Un primer grupo de 20 personas será llevado a la garita de San Ysidro —en la frontera entre San Diego y Tijuana— para cruzar hacia territorio mexicano donde esperarán a ser llamados a las audiencias sobre su caso, según ha informado la Embajada de Estados Unidos en México a la Cancillería.
“Los integrantes del grupo serían personas originarias de diversos países de Centroamérica que iniciaron su trámite para obtener asilo en aquel país, mismas que ingresaron a Estados Unidos a través de territorio mexicano y al parecer cuentan con una visa humanitaria expedida por nuestro Gobierno, que permite entradas y salidas múltiples del territorio nacional”, ha explicado Roberto Velasco, portavoz de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). El Departamento de Seguridad Nacional avisó el 20 de diciembre a la SRE que, ante la saturación de los albergues en las ciudades fronterizas de EE UU, aplicaría su Ley de Inmigración para que los aspirantes a asilo aguarden en México mientras los tribunales resuelven su situación migratoria.
Velasco ha explicado que, en las últimas semanas, ambos gobiernos se han reunido tres veces para establecer las condiciones para llevar a los inmigrantes de vuelta a México. En una primera fase, el Gobierno mexicano solo recibirá a 20 personas al día en la garita de San Ysidro, en Tijuana. Los centroamericanos tendrán visas humanitarias para permanecer en México mientras esperan a ser llamados a las audiencias migratorias en Estados Unidos. Aunque este modelo, de momento, solo se llevará a cabo en Tijuana, la Administración estadounidense ha expresado que desea que en las próximas semanas se extienda a todos los puertos de entrada en los 3.169 kilómetros de frontera. El Gobierno de México ha asegurado que solo está reaccionando a las medidas tomadas por EE UU, pero que no están trabajando en plan de refugio y que tampoco se está generando un gasto extraordinario. "No estamos planteando una política de albergue", ha señalado Velasco.
México ha insistido en que en la devolución de ciudadanos extranjeros no aceptará a menores de edad no acompañados, personas con problemas de salud y familias. Además, la cancillería ha asegurado que una vez que el proceso de cada uno de ellos en los tribunales estadounidenses finalice, y en caso de no ser admitidos en ese país, Estados Unidos se hará cargo de su deportación. “El Gobierno de México no coincide con la medida unilateral implementada por el Gobierno de Estados Unidos, no obstante y en congruencia con nuestra política migratoria, reiteramos el compromiso con las personas migrantes y los derechos humanos”, ha dicho el portavoz.
El Departamento de Seguridad Nacional ha señalado en un comunicado que, desde octubre, la patrulla fronteriza ha detenido al día, en promedio, a unos 2.000 inmigrantes en la frontera con México. También ha reconocido que miles de extranjeros se encuentran en un limbo legal mientras esperan la solución a sus casos en los tribunales, unos 800.000, según la misma fuente. El panorama para los centroamericanos que desean entrar a Estados Unidos no es promisorio, dado que de todas la solicitudes de asilo que el Gobierno estadounidense recibe el 90% son rechazadas.
Los centroamericanos que han viajado en caravana hasta Tijuana han recibido el anuncio con recelo y han señalado que aunque México toma la decisión de Estados Unidos como “unilateral”, ese país está cooperando con las políticas antiinmigración del presidente Donald Trump. “El anuncio de hoy es un paso más hacia la prohibición de refugiadas y refugiados de Estados Unidos, y hacia la conversión de todo México en un policía migratorio para el gobierno estadounidense”, han señalado en un comunicado. Hasta la tarde de este viernes, las autoridades fronterizas de EE UU no habían trasladado al primer grupo de inmigrantes a la garita en Tijuana.