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OBSERVADOR POLÍTICO

AMLO y la termoeléctrica de Huesca

 
 

Desde que Graco Luis Ramírez era senador de la república e integrante de la Comisión de Energía, hizo todo lo posible para favorecer la instalación en el oriente al que se le denominó: Proyecto Integral Morelos que implicó un gasoducto de 160 km en una zona de riesgo volcánico, así como la termoeléctrica en Huexca, que pretende extraer de un acueducto de 12 km y extraer diariamente 50 millones de litros de agua del Río Cuautla, sin importarles la afectación a más de un centenar de pueblos.

 

HOSTIGAMIENTO Y ABUSO POR LA TERMOELÉCTRICA.- Fueron investigadores de la UAEM pero de varios estados del país quienes pusieron en alerta el daño ambiental y a las salud de los pobladores, lo que ocasionaría la presencia de estas dos mega obras que contaron con la complicidad tanto de Graco Ramírez en su calidad de gobernador a principios del 2012 como de Enrique Peña Nieto, también presente de la república en su momento, quienes les dieron todas las condiciones y garantías de instalarse sin importar la oposición, rechazo de la población que nunca estuvo de acuerdo y por tanto, tuvieron que comprar “las conciencias” de algunos líderes y autoridades en turno para entregar las firmas, la documentación y todo lo necesario para su funcionamiento.

El principal problema que tuvieron que pasar los empresarios españoles con la termoeléctrica es el agua, en razón de que la necesitan urgentemente para poder enfriarla al momento de ponerla a funcionar, sin embargo, desde el principio pretendieron apoderarse del vital líquido del río Cuautla, sin importarles la afectación de los alrededor de 16 ejidos que utilizan el agua para la siembra.

Fue desde los sexenios de Graco y Peña que prácticamente los despojaron de sus tierras y de sus bienes lo que provocó un movimiento y una resistencia que conforme avanzan los años, se mantiene más fuerte la unidad y la concentración de los morelenses que han arriesgado hasta la vida en el caso de algunos ciudadanos, cansados de tantos abusos, excesos, actos de prepotencia y todo por tener el control de la política que ha sido utilizada para reprimir los movimientos sociales que se registran contra la termoeléctrica y el gasoducto.

Jurídicamente los campesinos han acudido a todas las instancias, tanto a las Comisiones Estatal y Nacional de los Derechos Humanos, donde se ha constatado la flagrante violación a sus bienes naturales como son las tierras y el agua independientemente de que, los acuerdos que se hicieron con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) jamás se los dieron a conocer y los mantieron en secreto por considerar que esa información fue clasificada como confidencial por el tamaño del conflicto.

Lo cierto, es que el abuso y hostigamiento de la fuerza pública ha sido una constante del gobierno en turno en contra de los grupos que se mantienen en contra de este proyecto, que integró a Morelos, Puebla y Tlaxcala, en medio de actos de corrupción y chantaje a los pobladores para que aceptaran estos proyectos de empresas españolas que llegaron al estado en condiciones dudosas y amparadas y respaldadas por los gobiernos federal y estatal.

 

AMLO Y SU ENCUESTA.- Si la encuesta se hiciera de una manera profesional, con el respaldo de los órganos electorales y sin incidir a favor o en contra, la sociedad en su conjunto votaría porque se vaya de Morelos tanto el gasoducto como la termoeléctrica, y los argumentos son porque atentan contra sus derechos humanos, la vida, la integridad física, la seguridad, la salud, el agua, contra el medio ambiente su identidad, la cultura, y la autodeterminación de sus pueblos. En síntesis, porque los engañaron y se las impusieron los gobiernos federal y estatal.

Para los especialistas e investigadores, la termoeléctrica tiene muchos problemas tanto de distribución, desabasto y contaminación de agua, a la par de una quema de hidrocarburos que ha causado ya graves consecuencias al medio ambiente, y que siguen causando en una completa impunidad desatada, más aún porque está comprobado científicamente que la tecnología de las termoeléctricas, provoca la pérdida de cantidades impresionantes de agua. Es difícil su recuperación por la evaporación debido a los altos grados de temperatura y la mezcla de químicos lacerantes.

Solo como ejemplo, la termoeléctrica de Huesca en Yecapixtla, requiere diariamente el agua que consumen los habitantes de la Ciudad de México, del Estado de Guerrero y Morelos, juntos. Un exceso de la ahí la importancia de su impacto por el caudal del Río Cuautla, ya que requieren alrededor de 50 millones de litros. Por lo tanto, los habitantes del oriente, casi sin excepción se han pronunciado en contra de su presencia aunque la empresa, se ha dedicado a entregar recursos y apoyos a los líderes campesinos para que les permitan usar su agua a costa de otros beneficios que ofrecen para mejorar, dizque la calidad de vida de los vecinos.

Andrés Manuel López Obrador se metió en un problema severo al señalar que la gente es la que decidirá qué sucederá con la termoeléctrica y por ello, anunció la consulta para saber la opinión de la población, sin embargo, ya están jugando chuecos y están ofreciendo grandes sumas de dinero para que unos cuantos convenzan a la mayoría de los pobladores a cambio de dádivas y les permitan su funcionamiento de una vez por todas.

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