Para qué sirven ‘las mañaneras’
Sin estrategia precisa ni motivo claro, las ruedas de prensa de Andrés Manuel López Obrador (que su propio equipo demerita llamándoles mañaneras) corren el riesgo de volverse puro bla bla bla y ser cada vez menos dignas de tomar tan en serio como corresponde a los asuntos relevantes de cualquier gobierno.
Hace varias semanas afirmé aquí que el Presidente habla más y se le entiende menos, aunque transmite muy bien su mensaje sustantivo: pasar a la historia con el rango de los próceres emblemáticos y como impulsor de la machacona cuarta transformación.
Lo inexplicable es que se exponga todos los días, tanto por lo variado y superficial de los temas que aborda como por las casi nulas contribuciones de quienes se hace acompañar, en las que sobresale su patético silencio.
Estudioso de la comunicación, Luis Estrada Straffon le ha puesto especial atención a las 52 mañaneras que ya van en 73 días y, por lo dicho ayer con Joaquín López-Dóriga, no resisten la prueba del ácido: “En ocho años, Reagan hizo 11 conferencias de prensa. AMLO está a 17 de alcanzar a Obama”, que en el mismo lapso tuvo 45 (W. Bush y Clinton empataron con 49). “Trata de posicionar un mensaje, pero en los siete diarios más importantes, la nota que quiere fijar el Presidente es retomada como principal en solo 13 por ciento. Y repite temas no resueltos en términos de comunicación. Las giras las utiliza para dar a conocer un programa social y menos del cinco por ciento de las veces es noticia importante. Y el Presidente dice ‘Vamos avanzando’, cosa curiosa porque no esperarías menos, y lo ha dicho 45 veces en 52 conferencias; en 55, que va bien. Más de una vez en promedio al día ha dicho la palabra neoliberal y todos sus derivados: 79 veces; 17 a Porfirio Díaz y al porfiriato; a los conservadores se ha referido 43 veces, y todo lo que tiene que ver con lo fifí lo ha mencionado 11 veces, casi siempre en relación con la prensa. A Fox y Calderón, 13 veces. Peña Nieto y Salinas 10 veces y a Zedillo nueve.
“Luego evade las preguntas cuando dice ‘no tengo el dato, no tengo la información’, y con variantes de lo mismo se suman 68 veces”.
El secretario de Hacienda debutó “pasados 60 días para hablar sobre el sistema de pensiones. Lo de que a los niños los cuiden los abuelos lo hizo fuera de la conferencia y esto fue lo que más repercutió. La secretaria de Gobernación ha asistido 17 veces y sólo en siete ha hablado. Muchos secretarios van pero no hablan. El de la Sedatu fue solo para decir que gana menos que su antecesora y es todo lo que ha dicho en los primeros 73 días de gobierno”.
Luis Estrada Straffon disecciona y hace añicos el uso de las redes sociales del gobierno federal y observa:
“Lo que vemos es una ausencia selectiva y poco estratégica de los secretarios al hablar y el poco impulso que tiene el Presidente en hacer valer su voz para fijar la agenda…”.