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SERPIENTES Y ESCALERAS

La salida más fácil, cómoda y segura para un político, es brincar de un cargo a otro. Este movimiento no sólo los mantiene dentro del juego, también les garantiza impunidad y protección por sus actos. Ya lo decían los viejos actores de poder: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”

 

Dicen que ya se va, que está preparando su salida y organizando un relevo terso y a modo. Se va en enero, cuentan algunos… en febrero, afirman otros… Se va en septiembre, garantiza uno más.

Las hipótesis sobre la salida del gobierno de Graco Ramírez tienen un sustento lógico: se va porque quiere, porque le conviene, no porque lo presionen o vaya a proceder un juicio político en su contra. Graco buscará la dirigencia nacional de su partido para obtener blindaje político, pero también para mantenerse vigente en la vida pública nacional. Desde ahí tendría interlocución con el actual presidente de la república y con el que venga, no importa de qué partido sea.

Por si eso fuera poco, la dirigencia nacional concedería a Graco la posibilidad de acomodarse en el senado de la república, de proyectar a su esposa al congreso federal e impulsar a su hijastro al parlamento local.

El plan es perfecto: ir a la dirigencia nacional del PRD es una salida bastante digna de un gobernador, representaría una esperanza para ese partido porque, guste o no, el tabasqueño es un top five en la cartera solaztequista nacional. Fundador del partido, ex diputado, ex senador y ex gobernador: Graco es, en el papel, una espléndida carta para sustituir a Basave, porque los otros perredistas importantes ya abandonaron el partido o ya fueron presidentes.

Dejar la gubernatura es un paso clave para Graco Ramírez, pero los tiempos en los que lo haga son igual de importantes. Habría que remitirse a lo que marca la ley, para saber el momento en que debe abandonar el cargo para poder aspirar a un escaño en el senado; pero sobre todo hay que palpar el momento político y las circunstancias que rodean al tabasqueño: quedarse hasta el final de su mandato lo deja fuera de la fiesta política del 2018 y de todos los espacios que ahí se jugarán. Terminar su mandato (como le paso a Marco Adame) lo condena al ostracismo político, recrudece el desprecio social en el séptimo año y lo deja al alcance de la ley.

Por razones como estas los enterados afirman que Graco Ramírez abandonará el cargo antes de que concluya su periodo. La candidatura presidencial es una finta, fue una opción en otro momento, pero ha quedado desplazada por la dirigencia nacional. Graco está preparando su salida, amarrando lo necesario para dejar un sucesor a modo y seguir mandando en Morelos desde lejos.

Pero lo más importante para ellos: el salto de Graco a otro cargo político importante concede impunidad a la familia gobernante, les libraría del brazo de la justicia y de la persecución de que serán objeto antes de que concluya el sexenio. A Rodrigo Gayosso más que a nadie le urge tener fuero, pero sobre todo le interesa que su padrastro tenga la capacidad de abogar por él cuando sus negocios y el lavado de dinero que hace se haga público.

La ruta está trazada: Graco se va a ir, hay que darle condiciones y esperar unos meses más para que abandone el cargo. “Lo importante es que se vaya”, afirman algunos graquistas que hacen las veces de publirrelacionistas oficiosos. “Ahora que no esté, las cosas mejorarán para todos y la pesadilla quedará en el olvido… Cómo decían en alguna campaña a los panistas: ¡Váyanse con las bolsas llenas, pero váyanse!”

No me parece. No estoy de acuerdo.

La salida anticipada de Graco Ramírez para saltar a un nuevo cargo político que le conceda protección y deje impunes sus fechorías es una ofensa más para un estado que ha sido devastado por una familia enferma de poder y ambición. Pensar que el mal menor es dejar ir campante al peor gobernador que ha tenido Morelos en su historia por el simple hecho de que así “las cosas mejorarán solas” es una mentada de madre a todos los ciudadanos del estado y marca un asqueroso precedente político para todos.

Si Graco se va del cargo antes de tiempo para obtener protección e impunidad, todo el odio y maldad que descargó en Morelos quedará impune. Si nos conformamos con que él y su familia abandonen cómodamente el barco antes de que se hunda y se coloquen en un nuevo cargo desde donde puedan seguir sangrando al país, nosotros mismos nos estaríamos condenando a que la historia se repita.

Luego de casi cuatro años de martirio en Morelos, de ver miles de personas asesinadas, cientos de desaparecidos, miles de ciudadanos extorsionados, cientos de secuestrados, miles que ha sido agredidos en lo personal, cientos de negocios que han cerrado y miles de personas que han emigrado por la inseguridad y la crisis, las cosas no se pueden quedar en un “usted disculpe, ya e voy”.

Personalmente quiero que Graco Ramírez concluya su mandato, que llegue hasta el final de su periodo y como ciudadano enfrente los costos sociales, políticos y legales de sus actos, que no se escude en el fuero político ni en la complicidad gubernamental, que no venda lo que queda de su partido a cambio de protección para su familia y se burle del dolor que ha causado a miles de morelenses.

Por supuesto que para la clase política un salto así es una buena salida. Obviamente para quienes se benefician del poder, lucran con el dolor y se hacen ricos a costa del caos, este tipo de acomodos son normales, porque el día de mañana serán ellos quienes repitan la acción. ¿Y para los ciudadanos?

Si Graco, como lo presumen él y su familia, es un gobernante querido y como consecuencia su partido será nuevamente primera fuerza en Morelos en el 2018, no hay nada que temer para quedarse. Si como la cúpula gobernante piensa, sólo son algunos los que se quejan, muy pocos los que reclaman y casi nadie está inconforme con su gobierno ¿Por qué abandonar la nave antes de tiempo?

Hace Graco dijo a su periódico rosa: “Me quedaré hasta el final de mi periodo; ese es mi compromiso con la gente de Morelos”.

Así sea. Que su declaración sea tan verdadera como las notas que cada día publican sus medios oficiales.

Nos vemos a la salida.

  • posdata

El relevo en la dirigencia estatal del PRI es inminente. La salida de Rodolfo Becerril es cuestión de días, tantos como tarden en llegar los delegados que enviará el CEN a resolver (tratar de) los problemas políticos locales.

En la ruta de la renovación hay varios personajes apuntados, algunos con ciertas posibilidades y otros con muchos deseos. Unos y otros abanderan la derrota pasada del PRI en Morelos, fustigan al doctor por su falta de carácter, por su poco liderazgo y por su rendición a los designios de Amado y Maricela.

Pero ninguno hasta ahora ha dado argumentos que vayan más allá del odio, que superen la descalificación y propongan algo diferente. El priísmo de Morelos busca el cambio de su dirigencia bajo una sola premisa: quítate tú, para que me ponga yo.

Lo que los priístas no han alcanzado a entender es que a pesar de los tristes resultados que obtuvieron en las elecciones pasadas en el país, la presidencia en el 2018 aún no está definida para nadie. Pero sobre todo, lo que los priístas de Morelos no han comprendido es que el escenario local les favorece, los yerros de Graco les benefician (políticamente hablando) y la contienda estatal se definirá entre dos propuestas: la del PAN y la del PRI.

Pero igual que a nivel nacional, en Morelos nada está escrito. Lo que venga para el 2018 depende de lo que hagan desde el 2016 y de la selección de un dirigente que no pretenda utilizar el partido como trampolín electoral personal.

Ítem más: lo que el priísmo tendría que buscar es una presidencia que no sea lo mismo de siempre, que no sea controlada por Maricela Sánchez o por Amado Orihuela, quien por cierto ya es parte del equipo político de Rodrigo Gayosso.

¿Quién? Esa es la gran pregunta. ¿Quién es capaz de poner sus intereses de lado, de sumar a todos (ahí si caben Amado y Maricela) y de colocar a cada cual en la posición que le corresponde, diseñando una estrategia pensada en convencer y representar a los ciudadanos y no en repartirse los espacios entre los grupos.

Aunque a nivel nacional el escenario electoral se le complicó al PRI, localmente tienen buenas posibilidades de ganar la gubernatura. Item más: al perder el PRI los grandes bastiones electorales nacionales, entidades pequeñas y con menos votos como Morelos se volverán importantes en la estrategia federal.

Pero entendamos algo: para que el PRI o cualquier partido gane en Morelos, tiene que hacer contraste con el gobierno de Graco Ramírez. Y para que el votante los conciba como algo diferente al tabasqueño, la distancia se debe marcar desde hoy, no unos meses antes de la elección.

Hoy en Morelos el único partido que es oposición a Graco es el PAN y el único personaje que cuestiona y reclama al gobernador es el rector.

  • nota

Asesinaron a un abogado más en Morelos; van 17. La cifra no alarma a las autoridades, pues “Un muerto más no cambiará la estrategia” (Capella dixit).

Tras esta nueva ejecución algunos abogados vuelven a insistir: urgen cambios en la Comisión Estatal de Seguridad.

Aún no hay respuesta oficial, pero podemos anticipar que su petición volverá a ser despreciada por las autoridades; “Los abogados sólo se quejan y no hacen nada” les dijo en la ejecución pasada Matías Quiroz.

¿Qué cambia un muerto más en esta historia? Nada. Ni del lado de las autoridades, que siguen minimizando los hechos de violencia, criminalizando a las víctimas y burlándose de la población, ni tampoco del lado de los profesionales del derecho, que sólo atinan a dar ruedas de prensa, pero no son capaces de armar un expediente para demandar formalmente a las autoridades por estos hechos. Esta muerte como tantas otras nos causa indignación, duele, pero queda pronto en el olvido porque vivimos en la tierra de la impunidad.

Muy probablemente hoy el comisionado Capella o el secretario Quiroz dirán que al abogado lo mataron porque andaba en malos pasos, porque se metió con la gente incorrecta o porque se lo merecía. “Quien camina en el borde del abismo no le puede reclamar al gobierno que se cayó”, dijo anteriormente el tijuanense.

Va un muerto más en esta historia; suman 17 profesionales del derecho, pero más de 210 en total en lo que va del año.

El baño de sangre en Morelos no cesa, ni cesará mientras no tengamos una estrategia efectiva de seguridad, ni un gobierno al que le interese la población.

No podemos esperar nada de un comisionado que no conoce Morelos, ni de un gobernador que odia a los morelenses.

  • post it

Hace unos meses Julio Espín renunció al PRI para afiliarse a Nueva Alianza; ayer abandonó Nueva Alianza para sumarse al PRD. La salida fue operada por Rodrigo Gayosso.

El cambio de camiseta de Espín deja a NA al borde de convertirse en fracción parlamentaria, golpea políticamente a Paco Santillán, afecta a Hortencia Figueroa y modifica los acuerdos internos en el GPPRD.

Julio Espín se siente fuerte, con “patas de gallo para gobernador”, como hace poco lo describió Paco Moreno y supone que su bello rostro será suficiente para ganar otra elección a pesar de los negativos de Graco.

El tiempo lo dirá.

  • redes sociales

El lunes el rector de la UAEM pidió la expulsión de dos funcionarios del gobierno de Graco Ramírez: Ricardo Robledo y Gustavo Martínez. Al primero lo acusa de buscar desestabilizar a la universidad y de corromper a menores de edad tratando de “comprarlos” para generar ingobernabilidad en la comunidad universitaria. Al segundo (El comandante trolero) le achaca agresiones permanentes a la universidad a través de las redes sociales, de ser el artífice de la propaganda negra y de haber amenazado de muerte a un integrante del equipo UAEM.

La exigencia del rector causó risa en el gobernador. La renuncia de ambos personajes no está en la mesa: uno es el marido de la diputada federal Lucy Meza y el otro es el artífice de toda la estrategia en redes de esta administración; a Gustavo se debe el éxito, respeto y enorme prestigio que ha ganado Graco en la comunidad virtual.

Pero sí hubo respuesta a la expresión universitaria: desde ayer los TimeLine se llenaron de imágenes en contra del rector que se multiplicaban por miles desde cuentas con uno o cero seguidores.

¿Cómo hacen para gobernar si se la pasan haciendo memes? Preguntaría alguien al tabasqueño. ¡Fácil, No gobierno! Sería la respuesta.

Comentarios para una columna con memes: eolopacheco@elregional.com.mx

Twitter: @eolopacheco www.facebook.com/Eolopachecomx

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